Más Información
Recorrer México arriba de un auto de carreras y de colección debe ser una experiencia única en la vida. A lo largo de 31 años La Carrera Panamericana nos ha transmitido lo que se vive en las carreteras de nuestro país, nos ha mostrado pedazos del folclor en cada uno de los estados que recorre, todo gracias a un visionario… Eduardo León, fundador de este evento deportivo.
Este domingo arribaron a Querétaro los autos que compiten año con año en esta carrera. Son más de 3 mil kilómetros de carretera los que recorren los pilotos en estas máquinas de valor incalculable
Oaxaca, Ciudad de México, Michoacán, Zacatecas, Durango y Querétaro, fueron los lugares designados para recibir esta 31 edición de La Carrera Panamericana.
“Es nuestra segunda casa, aquí en Querétaro vive mi hija, y ella colabora con nosotros. Aquí inauguramos dos autódromos que prácticamente por culpa nuestra se construyeron y aquí estamos de nuevo. Panamericana siempre considera a Querétaro en la ruta”, explicó Eduardo León, fundador de la carrera.
Los autos antiguos fueron los primeros en arribar, seguidos de un contingente de Mini Cooper. En total son 80 autos y 160 pilotos los que están recorriendo México, más que la intención de ganar, son las ganas de promover una especie de turismo motor, convivir con los miembros de otros equipos, y mostrarles a los competidores extranjeros un pedacito de nuestro país.
“Las etapas de Oaxaca son preciosas, aquí en Querétaro la salida de Huimilpan, la salida de Chapa de Mota y Villa del Carbón son preciosas. Las alternativas de Panamericana son tan diferentes, cada una tiene su personalidad, y nos han dado muchos sustos, pero somos pilotos y sabemos a lo que nos arriesgamos”, aseguró León.
Lamentablemente la carrera también es un peligro latente, y en el trayecto de CDMX a Querétaro tres pilotos sufrieron un accidente y tuvieron que abandonar la competencia, entre ellos, Rodrigo Cordero, quien iba de líder hasta ayer, y quien posee el título de campeón de 2017. Afortunadamente todo quedó en daños materiales y los autos serán arreglados para continuar mañana rumbo a Morelia.
El centro de Querétaro se convirtió en un garaje enorme, ya que una vez que cruzaron la meta los autos se estacionaron alrededor del jardín Zenea, donde los curiosos aprovecharon para tomarse la foto.
La carrera es una forma muy peculiar de alentar a los ciudadanos extranjeros y locales a visitar nuestro país, ya que transitar por las carreteras federales resulta una aventura ante la mala publicidad que han recibido por la situación de violencia que aqueja al país. No solamente es ir al volante, también es detenerse a conocer la gastronomía de cada sitio, comprar recuerdos hechos por artesanos locales, tomar fotografías de los cientos de paisajes que nos ofrece nuestro país. El año pasado, esta carrera originó una derrama económica para el estado de 38 millones de pesos, lo que ayuda a la economía local, y favorece a que este evento sea esperando cada año y se tome como una tradición, ya no solamente deportiva, sino cultural.
Este año la lluvia perdonó el arribo de los pilotos en Querétaro, por lo que se pudieron hacer bellas postales de los autos que son una maravilla sobre ruedas.
A la meta en Querétaro, los Damiron, el equipo de Hilaire y Laura Damiron, arribaron en primer lugar, seguidos de Emilio Velázquez, ambos Turismo Mayor.
Y como tercero llegó el auto 511 del contingente Mini Panam Challenge, tripulado por Francisco Díaz y Óscar Javier Mendoza, quienes siguen con paso firme luego de 35 etapas en el acumulado.
Los participantes de La Carrera Panamericana descansaron este domingo en tierras queretanas y, tras cumplir con siete etapas cronometradas, llegarán este lunes a Morelia.
bft
