Tímidos, callados, con sueños y anhelos, son adolescentes que padecieron cáncer y que ahora, tiempo después, recuperados sirven de ejemplo a los niños y adolescentes que como ellos sufren en sus cuerpos este mal, a través de un grupo que se formó en el HITO.
El grupo de chicos pasaría desapercibido en cualquier plaza, parque o jardín donde los vieran. Entre ellos platican, ríen, se hacen bromas.
Fernanda Merina, padeció linfoma de Hodking hace un año y ahora está completamente recuperada e integrada al Escuadrón HITO, que ayuda motivacionalmente a los menores que están en tratamiento.
Dice que hace un año le detectaron el cáncer y ahora está recuperada, por lo que ahora la joven, de 16 años de edad, oriunda de Celaya, Guanajuato, ve el futuro de manera prometedora, y quiere estudiar odontología.
Los muchachos posan para las fotografías que toman sus familiares afuera del HITO. Se colocan en posiciones casuales, cruzan un paso peatonal al estilo Abbey Road, de los Beatles. Ríen cuando les piden posar también conversando, mientras sus familiares les piden no ser tan serios y que platiquen entre ellos, que no sean tan “apagados”.
Sin embargo, nada más alejado de la realidad. Los jóvenes, de entre 12 y 17 años de edad, en el fondo, están felices y con la moral elevada.
Como Rolando Guadalupe Ruiz Palacio, de 16 años de edad, enfermo de sarcoma sinovial y quien también se recuperó en un año del mal, dice que en el HITO tratan bien a los enfermos.
Originario de Jerécuaro, Guanajuato, Rolando narra que estuvo en el hospital acompañado de sus padres.
Recuerda que “abajo de la rodilla tenía una bola, como una manzana, y nunca me imaginé que fuera cáncer. “Me operaron el 2 de noviembre, y el 12 de noviembre me dieron resultados [de la biopsia hecha del tumor]. Ya me lo iba a tratar en el Seguro [IMSS], nada más que dijo un tío que viniéramos a ver al HITO, y gracias a Dios sí me trataron. Duré siete meses en tratamiento aquí. Tengo ocho meses de vigilancia”, asevera. Dice que piensa dedicarse a la ganadería con su familia.
Por su parte, Juan Manuel Hernández Mireles, de 15 años de edad, padeció un tipo de linfoma hace dos años. A la fecha está recuperado. Dice que recibir esa noticia a tan corta edad fue duro, pero el día que le dijeron que estaba sano fue como quitarse un peso de encima.
Juan Manuel quiere ser guitarrista y bajista, con influencias musicales clásicas, pesado, rock funk y algo de heavy metal. Ve la vida de forma positiva, ahora que está sano todo es diferente.
Junto a él, Jorge Lizarín Guerrero, de 16 años de edad, escucha a su compañero. Él padeció osteosarcoma en el fémur derecho hace dos años.
Jorge se visualiza dentro de unos años estudiando una carrera, trabajar y formar una familia, llevar una vida normal. La vida es otra, es un cambio, las cosas para él ahora son más sencillas, hasta olvidar es más fácil.
Se dio cuenta, señala, que hay cosas muy importantes en la vida, como la familia, además de aprender a vivir el día a día y ser feliz.
Se nota en todos ellos personalidades, opiniones, quizá futuros diferentes y separados unos de otros, pero todos tienen en común las ganas de vivir y de salir avantes de la prueba que a muy corta edad les puso la vida en su camino.
De voz suave, Laura Fernanda González tuvo también cáncer hace dos años. Originaria de Irapuato, Guanajuato, dice que ahora ve las cosas de manera más positiva, mucho más que antes de enfermarse.
Laura, de 14 años de edad, se ve en el futuro próximo estudiando Administración de Empresas, luego de estar internada tres meses y en tratamiento de dos meses y medio, dice que no fue desesperante su estadía en el HITO, pues como tiene familia en Querétaro la venían a ver, principalmente sus primos, quienes la visitaban caso todos los días.
Añade que nunca se sintió mal en ese tiempo con los tratamientos, no tuvo síntomas negativos por los fármacos y los tratamientos.
Zaira Jocelyn Silva Velázquez, también padeció osteosarcoma, hace un año, aunque dice que los doctores aún no la dan de alta completamente porque le han expresado que tiene unas “manchas” en los pulmones, pero no saben si son tumores o sólo manchas que tenga.
Con su voz infantil, precisa que le gustaría estudiar medicina, con especialidad en Pediatría, para tratar a niños, como los han atendido a ellos en el HITO.
Todos tienen una meta en la vida, todos tienen algo en común: Un pasado que los unirá el resto de sus vidas y tendrán una historia para contar a sus hijos y nietos. Podrán contar que siendo aún unos niños lucharon con una enfermedad mortal y que la vencieron.