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Lance George Brown, músico de reggae, camina de un lado a otro del stand de su natal Jamaica. El hombre de casi 1.85 metros de estatura, barbado, explica que vive en México, Querétaro en particular, desde el año 2000, con breves intervalos en su país. Señala que aquí ha encontrado un lugar agradable para vivir con su familia, pues en tierras mexicanas también encontró el amor, casándose con una mexicana.
En el stand de Jamaica, en el onceavo Festival de las Comunidades Extranjeras 2018, se escucha reggae de fondo. En un costado se muestran con orgullo las fotos de Bob Marley, músico, y de Usain Bolt, atleta y medallista olímpico de aquel país. Se muestran prendas de vestir tradicionales, así como los famosos gorros rastafaris, con sus colores rojo, verde, amarillo, con un fondo negro.
Los visitantes al festival llegan con curiosidad. Jamaica llama la atención por sus figuras más conocidas a nivel mundial, pero también por la hospitalidad de su gente.
Lance es originario de Saint Thomas, sitio cercano a la ciudad de Kingston, capital de Jamaica. Desde hace 18 años radica en Querétaro, sólo que hace viajes constantes, aunque su base es la capital queretana.
Señala que en Querétaro vive tranquilo, pues la violencia es menor a la que se vive en otras partes del país, donde la inseguridad es más latente.
Indica que Jamaica es un país muy caluroso, con ríos y montañas, con mucho aire, pues al ser una isla el calor es abundante, aunque bajo la sombra de un árbol, indica, el calor es menor.
“Es un país que está creciendo, tiene mucho turismo, la música. La industria de la música del reggae allá es muy grande e internacional, además de la agricultura. Es un buen lugar para personas que quieren divertirse”, asevera.
Con calma y tranquilidad, Lance dice que visitar Jamaica no es tan costoso, pues los precios y tipo de cambio son muy similares entre Jamaica y México. Añade que la vida siempre será dura para quienes no trabajen lo suficiente.
Mientras Lance conversa una cantidad numerosa de personas se acercan, observan los productos, preguntan precios y en algunos casos compran los artículos.
Muchos voltean a ver a Lance, quien ríe mientras comenta que su esposa es de la Ciudad de México, con quien tiene dos hijos. No son los únicos vástagos del hombre, pues tiene otros hijos que son mayores.
Los niños son mexicanos, pero cuando ellos quieran puedan obtener la doble nacionalidad de manera muy sencilla, pues sólo se tiene que acudir a la embajada y realizar el trámite correspondiente.
Lance explica que es músico, tiene una banda, aunque también se dedica a la producción musical y de eventos.
Refiere que lo han invitado a conciertos y eventos masivos. En mayo tocará el Tlalmanalco, Estado de México, en un festival de reggae.
Comida tradicional.
Apunta que la comida de Jamaica es variada y rica. “La comida nacional [tiene] vegetales y fruta, se llama ackee, lo preparamos con saltfish, que es el bacalao. También usamos plátano verde, cocido, con arroz y frijoles”, abunda.
Dice que parte fundamental de su cocina es la preparación del pollo jerk, que se prepara asado, tapado, ahumado, preparado con condimentos especiales naturales. La historia de este platillo, dice Lance, se remonta a sus ancestros, quienes preparaban este pollo justo cuando llegaron los ingleses.
Dice que los habitantes originarios se ocultaban de los británicos, y por eso se cocina en la tierra, pues se pone “una cama” de madera sobre las brasas, se coloca el pollo y posteriormente “otra cama” de madera, sobre la tierra.
Señala que en casi toda Jamaica se hace jerk chicken. Por cuestiones comerciales, indica, se usan actualmente asadores modernos, pero el tradicional es en madera y tierra, así como los condimentos.
Explica que uno de los secretos en la elaboración del pollo jerk es que el humo participa en la cocción del pollo, así como los condimentos que lo acompañan, para obtener su sabor peculiar.
Mientras Lance conversa su expresión se suaviza. Quizá los recuerdos de los sabores y olores de Jamaica llegan hasta él. Su voz se torna más suave, la ansiedad inicial se convierten en calma.
Agrega que en el rubro de las bebidas hay muchas, pues van desde limonadas hasta las preparadas con ron, pero un ingrediente que nunca falta en las mismas es el hielo, pues las condiciones climáticas así lo requieren. La piña es también uno de los ingredientes de las bebidas jamaicanas.
Lance, con sudadera negra con la figura de un león que porta unos audífonos y está rodeado por hojas de cannabis, regresa a sus actividades en su stand, que está rodeado de algunos de sus vecinos insulares, como es el caso de Haití, que también está presente en el festival, en la carpa que corresponde al continente americano.
Los stands en esta parte del festival son coloridos y la música se escucha por doquier. Desde le reggae de Lance, hasta los ritmos de República Dominicana, también muy cercanos en la ubicación del festival.
Además de la ropa, algo característico de Jamaica son los gorros rastafaris, que son vistos con atención, principalmente por los jóvenes quienes sienten interés por este movimiento espiritual, en el cual una de las premisas es el consumo de marihuana, como vía para acercarse a la parte divina.
La música en Jamaica no cesa, así como los movimientos de Lance, quien se mueve de un lado a otro del stand, viendo que todo esté en orden y presentable para los paseantes, que en los próximos días podrán disfrutar del festival.