Los hermanos Limón, con su indumentaria, se alistan para ir a una tocada en el barrio de San Pablo. Jorge Limón, vocalista de la agrupación Limones Punk, saluda a algunos de sus vecinos en la calle Revillagigedo, en el barrio de San Francisquito, quienes a la distancia le gritan vivas a los Limón.
Junto con algunos de sus amigos, conviven en la puerta de su domicilio al lado de un grafiti pintado junto a su casa, mientras escuchan rock que sale del estéreo del primer cuarto, lleno de equipo de sonido, los instrumentos y algunos recortes viejos de las tocadas en las que han participado.
José Jesús Limón, llega apurado del último partido de los Gallos de Querétaro, y lamenta la mala temporada del equipo, pero ya con el chip para una presentación más en los barrios queretanos. Al portar una playera de los Sex Pistols y una boina en su cabeza, José es de los que imprime el ambiente entre los hermanos roqueros.
Con más de 25 años dedicados a la música, los hermanos Limón junto con Tave Flores, han producido ocho discos y escrito más de 100 canciones. Su inspiración para componer y cantar sus temas se basan en vivencias propias y las del barrio de San Francisquito.
El gusto por la música de los hermanos es hereditario, pues en el barrio, su abuelo se dedicaba a esta actividad al igual que su padre. Como anécdota, cuentan que utilizaban utensilios de cocina para simular ser una banda de rock, hasta tener la oportunidad de contar con instrumentos.
“Ya es herencia porque el abuelo tocaba aquí la trompeta y nuestro papá tocaba la bataca en los 70 y 80 y mi jefa era vocalista, entonces ya viene todo eso antes; sin embargo los hermanos empezamos a trabajar con una guitarra, con cosas de cocina”, relatan.
José Jesús plantea que en los inicios de la agrupación, se autodenominaron como Sex Drugs, no obstante, aquellos que los conocían y los del barrio siempre los conocieron como los Limones y al estar enfocados en una corriente como el punk, fue que los bautizaron como los Limones Punk.
La tendencia de las canciones que interpretan es para aquellas situaciones de la vida cotidiana. Jorge cuenta que en una ocasión en San Luis Potosí, salieron de una presentación y les tocó caminar un tramo con instrumentos en mano. Por su vestimenta y sin preguntar, los policías se los llevaron a la cárcel.
Ese tipo de vivencias, las expresan en sus canciones contra la represión, así como las injusticias a la clase obrera.
“Nosotros tocamos canciones contra el gobierno, del trabajo, la clase obrera, la gente, la depresión, temas hasta de cierta forma psicológicos. Alguien puede escuchar una “rolita” y lo puede alivianar porque vives en esta imaginación, vamos adelante de lo que está sucediendo, de lo que nos está presentando el gobierno, somos los primeros que lo recibimos, por ejemplo Querétaro es un estado chico pero lleno de represión, muchas patrullas, alcoholímetros, son trampas a la sociedad”.
Tave Flores, quien es guitarrista y coro de la agrupación expresa que aquellos a quienes les gusta el rock son satanizados y se les asocia con delincuencia y adicciones; sin embargo, en todos lados existe gente buena y mala, no sólo en su barrio.
“Creo que la banda rocanrolera está satanizada, si vistes como chavo banda ya eres delincuente o drogadicto que te va asaltar y en realidad no. En todos los ámbitos y clases sociales hay gente buena y mala, no necesitas ser del barrio para ser “gandalla”, en todos lados hay banda “chambeadora” y ratas de corbata”, considera.
Jorge Limón, de voz grave, viste su playera estampada de la agrupación, explica que muchas de sus canciones permanecen vigentes porque la situación no cambia. Una canción cuyo título es Ni obrero ni ciudadano se hizo hace 20 años y sigue vigente.
“Le pido de verdad a la raza que despierte y sepamos exigir nuestros derechos. Ahí está una que se llama Ni obrero ni ciudadano, hay un intervalo que dice que no soy obrero, tampoco ciudadano, ni guerrillero, soy sólo un ser humano. La canción sigue de moda porque no deja de pasar lo mismo, no hay ningún cambio, al contrario, se patea, se vapulea, y se sigue hundiendo la raza”, comenta el vocalista.
A través del género punk han buscado incidir en los jóvenes para que se empleen en actividades que estimulen la creatividad. Si bien muchas de sus composiciones son de protesta, buscan que los jóvenes puedan utilizar al arte para expresar inconformidades.
José Jesús asegura que en los 25 años dedicados a la música, mantienen la hermandad como un valor que prevalezca tanto en los escenarios como en su vida diaria. A pesar de que en los años de trayectoria, han logrado dar a conocer su música, su principal sustento no proviene de ella. El gusto persiste, pero no como un trabajo formal al cual se dediquen 100%.
Afirma que hay chavos que dicen que los escuchaban cuando estaban “morritos” y a veces tocan sus canciones.
Tave le dice a José Jesús que en la tocada los alcanza. Los Limones salen de la habitación de su casa, lugar que es su nación y su cuartel, como dice una de sus canciones y parten a su presentación en el barrio de San Pablo.