Rosalba Saldaña trata de llamar la atención de los hijos de Victoria Chacón, una niña y un niño de no más de cuatro años, para que volteen a ver a la cámara fotográfica. Rosalba logra las imágenes que quiere y vuelve, luego de 10 minutos, con el resto de sus compañeras fotógrafas, con quienes lleva a cabo mini sesiones de fotografía familiares, para bebés o individuales, con el propósito de reunir recursos para apoyar a los damnificados por los terremotos en México.
La dinámica que se lleva a cabo en el camellón de la calle de Monasterio, en la colonia Carretas, mejor conocido como los árboles caídos, atrae a la gente. Los automovilistas disminuyen la velocidad para leer la manta que colocan las mujeres en el sitio, esperando a las familias que quieran su sesión fotográfica a un precio más económico.
Imazul Nieto forma parte del grupo de fotógrafas que se suma a una iniciativa nacional, con el propósito de ayudar a los miles de mexicanos en desgracia por los sismos del 7 y 19 de septiembre pasados.
“La razón por la que organizamos este tipo de sesiones es para ayudar a los damnificados de los recientes terremotos. Sabemos que se necesita mucha ayuda, muchas cosas y ésta es nuestra forma de aportarla”, indica.
Explica que comenzaron a organizarse por estados, pues esta actividad no sólo se lleva a cabo en Querétaro. Posteriormente, por ciudad comenzaron a contactarse, formando grupos locales por WhatsApp, para coordinarse en la logística de la dinámica.
Las fotógrafas esperan ansiosas. Platican, estiman cuántas personas pueden acudir, confían en que el domingo, cuando lleven a cabo la dinámica, a partir de la 11:00 horas, en el mismo lugar, se concentre más gente.
Sin embargo, y a pesar del cielo nublado, las familias llegan de manera constante. En menos de una hora, tres donantes llegan. Se les toman datos básicos, como nombre y correo electrónico, y se les pide una foto para compartir en sus redes sociales, o tener una imagen de recuerdo de este acto altruista.
Imazul dice que lo recaudado se depositará a una cuenta bancaria para comprar materiales para rescate, como picos, palas, guantes, todos los artículos que se necesitan para el rescate y salvamento, pues consideran que los víveres donados en estos días pueden ser suficientes, ya que muchas personas están aportando y esa área está cubierta.
Apunta que alrededor de 20 fotógrafas participan en la actividad, que por lo pronto sólo está programada para este fin de semana,
Vivir la tragedia
Imazul comenta que vivieron de cerca la tragedia, pues la esposa y el bebé de uno de sus compañeros fotógrafos estaban en uno de los edificios que se vino abajo y perdieron la vida.
Por otro lado, Imazul espera que esta dinámica convoque a mucha gente, para que lo recaudado sea más. La difusión se hizo a través de las redes sociales, principalmente Facebook.
Victoria llega con sus hijos. Saluda a las presentes y dice que quiere la sesión de fotografía. Proceden a tomarle sus datos y Rosalba es la encargada de esta sesión.
Le pide a Victoria que tome a sus hijos, de cierta forma, que posen de lado, que sonrían, que tome a sus hijos de tal forma, a lo que la joven mujer accede, mientras sus pequeños hijos tratan de permanecer quietos.
Victoria explica que apoyan esta causa porque es una situación de emergencia, nada grata, “donde quisiéramos tener capacidad para hacer un poco más para ayudar a las ciudades que se vieron afectadas, pero poner un granito de arena y nosotros vernos beneficiados con un recuerdo, se nos hace una genial idea”.
Invita a los queretanos a sumarse a la iniciativa de las fotógrafas, aunque también exhorta a apoyar a los mexicanos en desgracia, ya sea con este tipo de sesiones o llevando víveres a los centros de acopio, “lo importante es ayudar”.
Victoria comenta que se enteró de la dinámica porque la misma Rosalba es conocida de ella, por lo que vio la invitación a participar en estas sesiones, lo que pareció buena idea, además de que el precio es accesible, y no dudó de la calidad de las fotografías de las jóvenes.
Imazul, en tanto, considera, junto con sus compañeras, que la mejor manera de ayudar para ellas es en efectivo, depositando a una institución bancaria que aún analizan, que sea seguro y que llegue a donde se necesite.
“Creo que comprar las cosas y llevarlas nosotras es muy aventurado, porque recordemos que no solamente es en la Ciudad de México donde se necesita la ayuda. También se necesita en Morelos y Oaxaca, entonces, más que nada, es canalizar los recursos a quienes más lo pueda dirigir a donde se necesite y haga falta”, apunta la fotógrafa.
En su oportunidad, Gabriela Alcaraz, una de las fotógrafas que se suma a esta campaña, precisa que otra de las ciudades importantes donde se lleva cabo es Monterrey, Nuevo León, donde se organizaron varios fotógrafos para sumarse solidariamente a la ayuda que se brinda a la población afectada por estos fenómenos naturales.
Una mujer llega con su hijo, aún en brazos. Pregunta si es ahí donde realizan las sesiones. La respuesta es positiva, y procede a pagar, pero aclara que su esposo viene en camino, para que aún no comience la sesión.
Luego de unos minutos de espera y dos llamadas, el esposo de la mujer llega a Carretas. La fotógrafa le dice qué hacer. Los dos adultos cooperan de manera espontánea; sin embargo, el bebé está más interesado en otras cosas.
La fotógrafa saca de su bolsa un juguete que agita junto a la cámara, para que el menor voltee a verla.
Logra su objetivo, aunque sea por unos segundos, pues el ruido de una motocicleta distrae al bebé que busca con la mirada de dónde salió en estruendo. Así es el trabajo.