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Hay quienes creen que el destino lo forma uno mismo, y hay quienes creen que el destino está trazado. Damián Villa es el taekwondoín mexicano que desde los cuatro años se puso un dobok y no lo ha dejado de usar a sus 27 años. “Empecé desde los cuatro años, por parte de mi padre [Octavio Villa] quién también fue seleccionado nacional mexicano, fue medallista mundial, empecé por él. Pero el momento donde lo empecé a tomar más en serio fue a los 12 años que decidí que quería ser seleccionado nacional y a los 14 quedé como seleccionado juvenil donde estuve tres años y a los 17 quedé como seleccionado en adultos”, comentó.
Experiencia con selección mexicana
Damián se sumó a la selección mexicana en 2008, siempre fue un guerrero en el tatami, hecho que le dejó muchas experiencias como taekwondoín. Los viajes son de lo que más recuerda, pero representar a México es algo único en la vida.
“Son momentos y experiencias inolvidables, he tenido la fortuna de ir a más de 30 países todos han sido por el taekwondo, uno se lo gana y ya estado ahí tener la experiencia de conocer diferentes culturas, formas de vida, personas, comida; eso y la euforia que se siente tener en lo más alto la bandera de México, poder estar en el podio y escuchar el himno nacional también es una experiencia inigualable y es algo que no puedo comparar con nada”, comentó.
Villa ha estado presente en tres generaciones de taekwondoínes mexicanos; con su padre le tocó ser testigo de una generación, después vio a otros pasar mientras luchaba por pertenecer al equipo nacional, y cuando lo consiguió, también compartió tatami con algunos de la generación actual de seleccionados.
“Desde antes de ser seleccionado nacional por parte de mi papá conocía la trayectoria de muchos atletas, había visto entrenar a Víctor Estrada, he entrenado con los hermanos Salazar, con Guillermo Pérez que todos ellos son medallistas olímpicos, con Guillermo peleé para muchos eventos importantes. Creo que el taekwondo siempre ha dado grandes resultados, desde los años 70 se traía medallas, hubo medallas en los Olímpicos de exhibición en 1988 y en 1992, y desde Sidney para acá ha sido el único deporte que ha dado al menos una medalla a México, siempre ha sido un deporte fuerte y ahorita desde el nivel de cadetes hasta absolutos siguen cayendo los triunfos”, especificó.
Damián fue doble medallista panamericano y mundial, pero que marcó su carrera y vida, fue la presea que obtuvo en 2009 en el Mundial.
“La primera vez que fui medallista mundial después de los Juegos Olímpicos de Pekín, ya que mucha gente no me conocía o no creía en mí, considerando que tenía que ganarle al campeón olímpico y al subcampeón, afortunadamente pude ganarles y llegué a la final, me quedé a nada de la medalla de oro, y esa fue la que más significó para mí porque me di cuenta que también podía competir con cualquiera de los mejores”, expresó.
Los protocolos en el deporte para obtener plazas a los campeonatos más importantes de la especialidad no siempre son los más justos. En el caso del taekwondo sólo clasifica un taekwondoín por peso, es la plaza para el país lo que consiguen los competidores, más no su lugar, ya sea en campeonatos mundiales, centroamericanos, y por supuesto, Juegos Olímpicos; para elegir quien representará a México, se hace una evaluación interna entre el deportista que consiguió la plaza y el que compite en la misma división, por lo que no siempre llega el mejor preparado.
“A mí no se me hace correcto que ganes la plaza y vaya alguien más, sólo porque estás haciendo el trabajo, no estamos en un deporte de equipo; la persona que está peleando es la que ganó la plaza. Creo que es coincidencia o tal vez no, pero en Juegos Olímpicos, al menos en la categoría más exitosa de México que es la de 58k, en Barcelona Williams de Jesús ganó oro, en 2004 Óscar Salazar sacó la plaza y ganó plata, en Pekín Guillermo Pérez ganó la plaza fue y ganó oro, y en 2012 y 2016 dos atletas que sacaron la plaza no fueron y no hubo medalla, yo creo que todos los atletas que mejor les va en Juegos Olímpicos son los que obtienen la plaza y no creo que sea la forma más justa de hacer procesos selectivos pero es lo que hay y uno debe trabajar con eso”, argumentó.
Mirada en el futuro
Damián Villa se instaló en Querétaro desde hace unos meses, donde se está dedicando a enseñar todo lo aprendido durante su carrera, un centro deportivo lo ha albergado en la capital queretana donde da clases a niños y jóvenes que podrían ser promesas del deporte nacional.
“Siempre es algo que me ha gustado, desde chico he dado clases, ahorita que tengo la oportunidad de estar aquí en La Loma es otro tipo de trabajo el que llevábamos ya que debo combinar la formación con el alto rendimiento, es mi segunda pasión después de competir y a diario lo sigo disfrutando”, comentó.
Damián sigue en activo en algunas competencias, la próxima con la que comenzará el año es el Abierto de Estados Unidos, ya que, a pesar de no estar en Selección Nacional, Villa no se aleja del tatami.
“Definitivamente, voy a competir un poco, ya no es a la misma exigencia, pero todavía me siento bien pateando, entreno diario con mis alumnos, y voy a seguir compitiendo siempre y cuando lo siga disfrutando y pueda, voy a pelear en varios torneos de ranking olímpico para seguir disfrutando y estar a nivel”, sentenció.
Con una licenciatura en mercadotécnia, academias de taekwondo en Estados Unidos, y en varios estados de la República, Damian Villa quiere dejar un legado en los futuros taekwondoínes y sobre todo, formar la historia de nuevos talentos.
“Quiero seguir creciendo en la escuela de taekwondo, llegar a un acuerdo con la Asociación Queretana de Taekwondo para tener un programa de becas a futuro y tener a varios atletas de nivel trabajando con nosotros. Aunque sea en segundo término, pero tener buenos resultados en todas mis competencias donde seguiré haciéndolo al menos tres años más”, mencionó.
Damián Villa es un ejemplo de que la constancia y la disciplina puede llevarte a grandes cosas, a pregunta expresa sobre ¿qué le diría al taekwondo si fuera una persona?, Villa respondió con una sonrisa:
“Gracias por todo lo que me ha dado; buenas experiencias, momentos bonitos, los amargos. Suena raro, pero todo lo disfrutamos, las lesiones, las derrotas, hasta una injusticia por parte de un juez, porque sabes que eso te hizo crecer porque trabajaste más fuerte para no dejarlo en manos de otra persona. Y siempre va a ser alguien muy cercano a mí corazón”, finalizó.
km