Elvia Casas Olvera no puede evitar el llanto cuando pasa a recoger el reconocimiento que recibe a nombre de su hermano, Sergio, quien con sólo 29 años muriera hace dos meses por complicaciones renales. Sin embargo, al fallecer sus córneas fueron donadas por sus familiares para que alguien más pudiera ver, y, por ello, la delegación de Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) decide honrar a los hombres y mujeres que antes de dejar el mundo decidieron ser donadores de órganos con el Árbol de la Vida, en la Alameda Hidalgo.
“Falleció en el Seguro (Social) y donamos sus córneas. El proceso fue muy rápido. A mi hermana le comentaron que si queríamos donar sus córneas, que era lo único que quedó bien. Mi hermana dijo que sí, que estaba bien, y se donaron”, apunta.
Sergio era chofer de una pipa, pero tenía una enfermedad renal, pues sus riñones no se habían desarrollado normalmente. Toda su vida vivió con la enfermedad, pero nunca se dio cuenta, pues su condición física era buena.
“Hasta que empezó a sentirse mal. Se la detectaron en marzo y falleció el 10 de julio. De hecho, pensaban hacerle un trasplante de riñón, pero ya no se pudo. Duró muy poquito, nada más como tres meses”, asevera.
No es la única pérdida en la familia de Elvia, ya que hace apenas dos años murió su madre, al igual que su padre. El golpe por la muerte de su hermano, dice, aún no lo asimila.
Dice que las campañas de donación de órganos, como la que se lleva a cabo en el IMSS, son positivas, pues dan a otras personas oportunidad de vivir.
Recuerda que Sergio era muy alegre, le gustaba la música, bailar y el futbol, que era su deporte favorito. Incluso, cuando estaba hospitalizado todavía les dijo a sus hermanos que se iba a levantar a jugar, pero “no se pudo, así Dios lo quiso”.
Narra que le practicaron hemodiálisis, pero su cuerpo no resistió y comenzó a sentirse mal, por lo que un viernes lo internaron en el IMSS y falleció al lunes siguiente, a las 15:30 horas. “Él estaba tan animado que lo veía y pensaba que no tenía nada, parecía que mejoraba, pero se nos fue”, agrega.
Sergio era soltero, pero tenía planes para casarse con su novia, Andrea Breña, con quien mantuvo una relación por seis años. Ella estuvo con Sergio la noche previa a su deceso.
“Yo me quedé una noche con él y tenía ganas de vivir, porque me decía que ya se quería levantar, que se quería ir a jugar, porque le gustaba mucho jugar futbol; quería ver a sus hermanas, a sus sobrinos, pero no se pudo”, precisa.
Elvia y Andrea se reunieron, junto con más familiares de donadores de órganos, en la Alameda Hidalgo a invitación del IMSS para inaugurar el Árbol de la Vida, con motivo del Día Nacional de Donación y Trasplante de Órganos y Tejidos.
Ahí, los familiares de los donadores de órganos recibieron un reconocimiento por parte de las autoridades. Elvia pasa cuando escucha el nombre de su hermano. En el recorrido desde su lugar hasta donde están los funcionarios no puede evitar el llanto, al recordar a su hermano.
Emotivo discurso. Entre los oradores se encuentra Monserrat Acosta, cuya madre al fallecer dio a tres personas la oportunidad de vivir.
La voz de Monserrat se quiebra cuando comienza a leer: “El día que mi vida termine me gustaría que tomaran de mi cuerpo lo que a otros sirva para continuar viviendo, pero a esta edad, ¿ya qué podría servir de mi cuerpo? Esas eran las palabras de mamá. Ella que quería ayudar dando vida, pero pensaba que no podría hacerlo. Hace cuatro meses sus ojos se cerraron para siempre”.
Los asistentes escuchan atentos las palabras de Monserrat, guardan silencio. Por un momento parece que todo el ruido y la actividad de la Alameda se detiene ante la voz de la joven mujer, quien se esfuerza por continuar leyendo y no romper en llanto.
“Aquel día tomé con mi familia la decisión más difícil de mi vida: decir sí, en un momento en el que lo único que quieres es salir corriendo... No negaré que por un momento pensé de forma egoísta: ‘no la toquen, ya no lastimen más su cuerpo’, pero dentro de ese dolor hay algo que te hace pensar en que esos horribles momentos no se los deseas a nadie”, continúa al borde del llanto.
Aunque en el estado el IMSS no realiza trasplantes, la Coordinación del Hospital General Regional Número 1 hace la gestión y el proceso de procuración de los órganos y tejidos para su envío a los centros médicos del país.
De acuerdo con datos del Centro Nacional de Trasplantes (CENATRA) se tiene una lista de más de 21 mil pacientes en espera de un órgano, en donde más del 60%, requiere un riñón.
Durante 2016 la Coordinación de Procuración de Órganos y Tejido del Seguro Social, a cargo de la doctora Irene García Hernández, reportó cinco donaciones multiorgánicas y 31 de córneas, y en lo que va de 2017, tres multiorgánicas y 21 de córneas.
En el Árbol de la Vida quedarán plasmados los nombres de todas aquellas personas que donaron sus órganos para que después de su muerte otras pudieran tener una segunda oportunidad de vivir.
En lo que va del año en el IMSS de Querétaro se ha descartado a más de 30 donadores multiorgánicos potenciales por la negativa de los familiares para efectuar la donación, dijo Irene García Hernández, coordinadora de Donación del instituto.
Hasta junio de este año había 65 queretanos registrados en la lista de espera del Centro Nacional de Trasplantes (Cenatra).
Explicó que, a pesar de la necesidad de órganos, en 2017 en el IMSS sólo han concretado la donación de cuatro pacientes cadavéricos, con la colaboración de sus familiares.
Con esas intervenciones han logrado beneficiar a ocho personas, una cifra muy baja en relación a la necesidad en el estado. Alma Córdova