A sus 13 años, Isaac ha viajado a los Estados Unidos cuando menos unas cuatro veces. Se ha ido en avión, autobús de pasajeros y en vehículos particulares. Regularmente viaja con sus papás, quienes hace tiempo le tramitaron una visa para que pudiera visitar a sus hermanos. La última vez que hicieron el trayecto se quedaron tres semanas.
—¿Qué has visto allá?
—Yo pienso que todo es diferente. Allá no hay nada, como para salir o así. Todo el tiempo estamos encerrados. No nos podemos mover, no podemos salir, y en cambio aquí podemos andar donde sea.
Seis de los 10 hermanos de Isaac (cinco hombres y una mujer) residen desde hace varios años en los estados de Texas y Oklahoma. Casi todos trabajan en la construcción. Uno está arreglando papeles y el resto son indocumentados. Los que pueden, aprovechan el fin de año para venir a visitarlos a México.
Lo que más impresionó a Isaac de Estados Unidos fueron los edificios y un establecimiento de Chuck E. Cheese’s, éste último por los juegos que hay al interior del lugar. Le gusta ver a sus hermanos, pero le aburre estar encerrado y no poder salir a jugar.
El futbol es su deporte favorito. Su equipo, el Cruz Azul. A la hora de estar en la cancha suele ocupar la posición de defensa, y de vez en cuando de medio campo. “Estoy en un equipo de futbol y luego me voy a jugar los sábados. Los domingos voy para Huimilpan”, comenta.
Le gusta la música de Los Inquietos del Norte, y de más grande le gustaría ser maestro de educación física. Actualmente cursa el sexto grado de primaria. En ello se ocupa de las 8 de la mañana a las 12.30 del día. Cuando sale de la escuela, lo que hace es jugar o ver televisión.
Ya se preinscribió para ir a la secundaria ubicada en la localidad de El Salto, a unos cinco kilómetros del lugar en que vive. Algunos de sus amigos ya no quieren seguir estudiando. A él se le hace difícil la escuela (la materia que más se le complica es matemáticas), pero sus papás le han dicho que si no quiere estudiar tiene que ponerse a trabajar.
“Ahorita está estudiando y piensa estudiar. Quién sabe si siga. Ya ven que luego se desaniman”, comenta don Santos, papá de Isaac.
“Decía que no quería ir a la secundaria, pero ya después se animó. Luego se desanima. Le dijimos que si no iba tenía que ponerse a trabajar. Nada más que para trabajar todavía está muy chico, y el trabajo es pesado. Yéndose para Estados Unidos tienen que estar trabajando siempre porque si no, no hay para comer”, dice.
Los hijos de don Santos se fueron a Estados Unidos desde muy chicos. A Isaac le gustaría regresar, pero no quedarse a vivir o trabajar allá.