En el mes de agosto se celebra el Día del Abuelo, la fecha varía dependiendo de el país de Latinoamérica. Con dicha celebración se busca reconocer el esfuerzo y amor entregado por los adultos mayores hacia sus hijos, nietos, bisnietos y demás.
Sin embargo, no todos los abuelos de México son recompensados con amor y apapachos de sus familiares. En el Asilo San Sebastián, en Querétaro, más de 20 abuelos viven en situación de abandono. En total son 42 residentes.
“En este momento tenemos 42 abuelos en el asilo y más de 20 están en situación de abandono. Lo más común es que las familias vengan a dejar aquí a sus abuelos, los visitan un par de semanas y después se cambian de domicilio y ya nadie los encuentra, es muy fuerte la situación de abandono. Algunos no tienen ni documentos de identidad y cuando fallecen no hay quien los reclame ni cómo contactar a sus familiares” comenta Elizabeth Ugalde, encargada del lugar.
“Jamás debemos dejar de agradecer a los abuelos, debemos cuidar nuestras raíces Aunque no sean nuestros abuelos de sangre, pueden venir aquí a adoptar a un abuelo, visitarlos, estar al pendiente de sus cumpleaños, traerles tal vez un par de zapatos, etc. Ellos merecen amor y afecto todos los meses, no sólo en agosto. El lazo afectivo entre los abuelos y los visitantes es tan fuerte, que ellos esperan el miércoles, se ponen guapos, salen desde antes al jardín para reservar su mesa, es como esperar a sus amigos. Eso mejora su calidad de vida, cura la depresión y todo eso se refleja en una mejor salud”.
Como en cualquier residencia de adultos mayores, en el Asilo San Sebastián la demencia, el alzheimer y las dificultades motrices son cosa de todos los días, por eso es tan importante que niños, adolescentes y jóvenes vivan de cerca dichos padecimientos, pues esto garantizará una mejor cultura de respeto y amor hacia los adultos mayores.
Aunque más de las mitad de los residentes del asilo ya no ven a sus familiares pues fueron abandonados por sus hijos o nietos; nadie se quedó sin celebrar el Día del Abuelo.
Todos celebraron con música en vivo, baile, pastel y helado de galleta. Rompieron la dieta, se levantaron de sus sillas para cantar al frente, bailar “Juana la Cubana” o tomarse fotografías con los visitantes.
Los pocos abuelos afortunados, salieron del asilo para ir a comer con sus nietos, hijos y demás familiares; los que no, fueron adoptados por sus “nuevos nietos”, como ellos les llaman; se refieren a las familias que semana tras semana acuden al asilo para platicar con ellos.
Con canciones de Javier Solís y Pedro Infante los abuelos recordaron viejas vivencias y las contaban en susurros a sus visitantes, algunos cerraban sus ojitos para recordar mejor y cantar en voz baja, mientras los visitantes los miraban atentos, escuchando todo lo que el adulto tuviera que decir.
La Celebración del Día del Abuelo coincidió con los miércoles de café en el asilo, pues se tiene el programa “Invita un café a un abuelo”, del que esta casa editorial ya ha dado cuenta a sus lectores.
Lilia Landeros es una de las visitantes más frecuentes en el asilo, casi se considera nieta de todos los abuelitos residentes. Cada miércoles llega una hora y media antes a su trabajo, para poder salir más temprano y tomarse un café con los adultos mayores del asilo. Lilia asegura que la verdadera familia no siempre está unida por la sangre.
“Yo supe de este programa del café con abuelitos a través de las redes sociales, yo estaba buscando alguna forma de hacer labor social así que no dudé en venir a visitarlos. He venido todos los miércoles durante más de un año, platicar con los adultos mayores es algo muy bonito. Creo que ya los conozco muy bien a todos y ellos me conocen a mí, nos gusta salir al jardín, contarnos nuestras historias, nuestros problemas, las cosas que nos hacen felices”.
“Realmente creo que he creado nuevos lazos familiares aquí, la mayoría de los abuelitos del asilo ya no tienen familiares y tienen mucho amor que dar; me ha tocado también cuando algún abuelito fallece, se siente mucho su ausencia. A las familias les diría que no pierdan la oportunidad de visitar a los residentes del asilo, no se necesita ser el Día del Abuelo para acercarnos a ellos, escucharlos y dedicarles un poco de nuestro tiempo”, comenta.
El programa “Invita un café a un abuelo” está activo desde hace un año y medio, el objetivo es recibir visitantes todos los miércoles de 17:00 a 19:00 horas para que junto con los abuelos salgan al jardín y se tomen un café acompañado de un pastel, helado o lo que sea que se le antoje al abuelito; en ese día se vale todo.
En México el Día Nacional de los Abuelos o de la Senectud se instituyó desde la década de los noventa y este año se conmemoró el 28 de agosto; aunque la fecha hace referencia a los adultos de la tercera edad, ya que en nuestro país el promedio de edad para convertirse en abuelo es de 45 a 50 años.