En el Asilo San Sebastián hubo fiesta. La enorme finca con el número 17 en la calle Otoño, dejó las puertas abiertas durante toda la tarde.
Los abuelos esperaban visitas porque celebraron el primer aniversario del programa “Invita un café a un abuelo”, creado para que los internos del asilo tuvieran compañía y platicaran sus historias de vida con los visitantes.
Durante la celebración, algunos abuelos festejaron con sus familiares, otros disfrutaron de la compañía de los visitantes que semana a semana acuden al lugar para conversar con los adultos mayores. El público cantó al ritmo de una estudiantina que coreaba “Marieta, no seas coqueta”, disfrutaron del baile de la capa y del vibrar de los panderos.
Después, se animaron a bailar con un ballet folclórico en sillas de ruedas, y al ritmo de la música típica de Jalisco y Tabasco continuaron la celebración; algunos aplaudiendo, otros moviendo la cabeza y otros sacando fuego en la pista con sus pasitos cortos y tambaleantes.
Los abuelos bailaron salsa, cantaron cumbias y hasta canciones rancheras; Aquiles, uno de los internos del asilo con una voz privilegiada, deleitó a los visitantes con su talento innato y cantó entre otras piezas “pero sigo siendo el rey”.
Mientras abuelos y visitantes disfrutaban del espectáculo musical, degustaron tortas de chorizo, jamón y queso, agua de jamaica o piña, además de cócteles de frutas. En esta celebración no pudo faltar el pastel, por eso, una enorme tarta sabor café con la leyenda “Invita un café a un abuelo”, fue el broche de oro con el que cerró la fiesta. ¡Viva la diabetes! Gritaron algunos y degustaron el postre.
Gabriel Álvarez director del asilo, confesó que el proyecto de “Invita un café a un abuelo” sólo estaba proyectado para que durara un mes, sin embargo, al ver la respuesta positiva de los visitantes, el proyecto que ya cumplió un año, pudo seguir adelante.
“Cuando empezamos el proyecto no teníamos tantas expectativas, queríamos que los abuelos tuvieran compañía, que la gente se sensibilizara hacia este sector de la población, pero nunca pensamos que podríamos tener tan gratas experiencias, cada miércoles de café ha sido de sonrisas y cantos. Tenemos muchas ganas de seguir con el proyecto, es algo que la gente pide”.
Cada miércoles los abuelos se empeñan en mejorar su aseo personal, piden que los vistan con sus mejores trajes y vestidos, pues todos quieren lucir guapos para recibir a sus visitantes.
El padre Gabriel compartió que esta actividad resulta benéfica no sólo para los internos, sino también para los visitantes, pues es una experiencia simbólica que crea conciencia y sensibiliza sobre los problemas sociales y de salud que se presentan en las personas mayores.
“Los abuelos esperan el miércoles, se les nota la alegría en la cara porque esperan este momento. Una experiencia como esta le impacta a cualquiera, estar cerca de un abuelo aunque no hable o no escuche sensibiliza a las personas, porque hace que tomen conciencia, que piensen que todos podríamos llegar a esa situación, entonces es muy simbólico para los visitantes”.
Por su parte, Elizabeth Ugalde, enfermera e impulsora del programa “Invita un café a un abuelo”, agradeció durante la fiesta a las personas que semana tras semana se dan cita en el asilo para visitar a los abuelos. “Hay personas que vienen cada miércoles, que salen de trabajar y se dan el tiempo de visitar a los abuelos, eso es muy conmovedor y gracias a todos ellos esta actividad ya cumplió un año”.
“Es muy importante que vengan al asilo familias completas, que vengan con niños, porque aquí hay personas con demencia o con alzheimer, que son enfermedades muy comunes en las personas mayores y si los niños conviven con personas así, podrán entenderlas mejor y sobre todo respetarlas, tratarlas con bondad y cariño”.
Elizabeth recordó que hace un año, cuando dicha actividad apenas comenzaba, los abuelos y visitantes salían al jardín a sentarse en cajas de jitomate , pues no se tenían mesas para estar en exteriores; posteriormente se recibieron donaciones de empresas locales que regalaron sillas, mesas y sombrillas.
Invitó a las personas que aún no visitan el asilo, a convivir con los abuelos. “Si tuvieron un abuelo al que quisieron mucho, hónrenlo visitando a un abuelo del asilo, y si no tuvieron abuelo, no lo conocieron, aquí hay muchos que quieren ser adoptados por ustedes”, compartió.
“Invita un café a un abuelo” es una actividad que puede realizarse todos los miércoles, de 17:00 a 19:00 horas. Los visitantes podrán comer con los abuelos algunos de los alimentos preparados en la cocina del asilo, como café, pastel o un sándwich; el dinero recabado de este servicio de comida se destina al mantenimiento del asilo San Sebastián.