En Querétaro, los reporteros tienen que lidiar todos los días con agresiones y con el actuar de policías mal capacitados; sin embargo, “no debemos callarnos, sino por el contrario, debemos exigirle al Estado que defienda la libertad de expresión”.
Lo anterior lo señaló el periodista queretano Adán Olvera, quien actualmente se encuentra integrado al Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas.
“Es un tema muy delicado”, porque refirió que apenas este martes se dio un hecho en el que insultaron y golpearon a quienes cubrían un percance de tránsito en El Marqués.
“Todos los días en Querétaro, los reporteros de nota roja tienen que lidiar con oficiales de policía y automovilistas que agreden y no dejan hacer una cobertura periodística, yo creo que los hechos delictivos o de tránsito donde hay muertos es mejor para la autoridad que menos se sepa y menos detalles haya, porque le conviene para que no se incremente la percepción de inseguridad”, señala.
Lo ocurrido el martes, apunta, es muy delicado, porque un grupo decide si le da permiso de grabar o no a los reporteros. “Hay que pedirles permiso para sacar una nota o una imagen, así empezaron en otros estados en donde ahora los grupos delictivos deciden qué se publica y qué no, y si se equivocan los periodistas en esas indicaciones que les dan, se mueren”.
Asegura que hay un profundo desdén hacia los reporteros y periodistas, “me atrevo a decir que aquí pasa lo que dijo el presidente del PRI [Alejandro Moreno], mátalos de hambre; ellos piensan que con un café o un desayuno el reportero es feliz y eso abona a que se llame al reporto un muerto de hambre, chayotero, vendido”.
Dice que si no se atiende el problema de las agresiones a los reporteros, se corre el riesgo de que la situación crezca, con la agravante de que no se nos permita hacer nuestra labor de informar “y entonces esta sociedad se va a sentir agraviada y dirán que se esconde la verdad, pero no es que escondamos la verdad, sino que la verdad está amenazada por la misma autoridad”.
Esto, enfatizó, “no es un asunto menor por la situación tan delicada de asesinatos de periodistas en el país, en buena medida porque se genera un clima desde Palacio Nacional y desde la redes sociales, por eso en Querétaro se ve como un estorbo a un reportero que cubre un accidente de tránsito”.
Lo que debe hacer la autoridad en turno, expuso, es capacitar a sus policías, y también ofrecer capacitación, a través de la Defensoría de Derechos Humanos, a los periodistas sobre los protocolos de actuación en coberturas de hechos delictivos y accidentes de tránsito.
Es necesario que a nivel estatal se implemente un protocolo de protección a periodistas que les dé acompañamiento jurídico, ofrezca protección a través de un botón y también se les brinde apoyo psicológico, “tal como opera el sistema de protección a periodistas federal, al cual estoy integrado desde 2019, aunque en él hay casos en donde brindan escoltas al periodista o lo sustraen del sitio de donde recibió la amenaza”.
Olvera, con cerca de tres décadas de trabajo periodístico en Querétaro, recuerda que su integración al Mecanismo de Protección a Periodistas se dio tras recibir en 2019 amenazas de muerte del entonces presidente municipal de Colón, Alejandro Ochoa.
El incidente, refiere, se dio en un restaurante de Querétaro. “Todo su malestar era por críticas que se hicieron a su trabajo como servidor público y a los excesos que tenía. Pero sus guaruras, el día del hecho, hicieron una maniobra de abrir sus sacos frente a mí para que viera sus pistolas, y eso me alarmó, por lo cual decidí denunciar”.
Ochoa en ese momento era un alcalde panista, del mismo partido que el gobernador, “motivo por el cual decidí ir a la Fiscalía General de la República, quien atrajo el expediente y se descubrió que Ochoa tenía siete carpetas de investigación abiertas, una de ellas por huachicol”.
El Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, explica, funciona con distintos esquemas, todo dependiendo del caso de peligro en el que esté el reportero. “Yo traigo un pequeño aparato, es como un teléfono y cuando lo oprimo, si me encuentro en peligro, me ubican a través de un GPS y me llaman para preguntar en qué situación me encuentro y a su vez me envían personal de seguridad para que me auxilie”.
Comentó que actualmente enfrenta una demanda en su contra por haber dicho que era un fraude el parque de luces navideño que se instaló en noviembre pasado. “Todos los medios citaron en sus espacios que el parque era un fraude, pero según el dueño del parque, Juan Vázquez, ex delegado de la SCT en Querétaro, dicen que mentí, que lo difame y le cause un daño por 35 millones de pesos”, relata.
“Ese parque se vendió como un super atractivo navideño, cuando en realidad es un terreno al que se le colocaron unas cuantas luces, pero además tengo pruebas de que debe el impuesto predial y ante eso por ley no podía tener licencia de funcionamiento”.
Recalcó que es muy grave que no haya mecanismos para los periodistas que expresan opiniones, “sino al contrario, se dedican a perseguirnos, yo creo que al Estado no le importa, pero pese a ello debemos seguir defendiendo la libertad de expresión. No debemos callarnos, sino exigirle a la autoridad que defienda la libertad de expresión”.