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Querétaro, Qro.
Debido a la contingencia sanitaria por Covid-19, ningún estudiante regresará en breve a las aulas y los vendedores de uniformes escolares agonizan.
En otras circunstancias los vendedores ya habrían acabado su mercancía, pero este año no fue así, ningún pantalón, camisa, suéter, sudadera o pants se vendió con el propósito de regresar a clases. Lo que representa una muerte lenta para los negocios de este tipo en Querétaro.
Sandra Rosas Pérez, locataria del Mercado Escobedo desde hace 15 años, donde siempre ha vendido uniformes escolares, comenta con tristeza que este año no ha vendido ni una pieza, y que la misma situación la viven sus demás compañeros.
“La venta de los informes ha caído totalmente, no hay comercio de uniformes para nadie, ninguna escuela volvió a clases normales”, comenta.
Sandra vende uniformes escolares para los Cobaq, el Salesiano, República de Argentina, Benito Juárez, los CETIS y CBTIS, y cada año vendía entre 150 y 200 uniformes para estas instituciones, pero ahora ninguna familia se presentó en su negocio.
Los distintos comerciantes de uniformes escolares en el Mercado Escobedo afirman que la venta de este tipo de ropa ha caído 100%, debido a que la nueva normalidad, donde las clases se toman desde casa a través de una computadora o televisión, no contempla la compra de uniformes como era la costumbre cada inicio de ciclo escolar.
Por esto, muchos mercaderes han optado por diversificar su mercancía, es decir, además de los uniformes venden también ropa casual, interior, incluso disfraces, para tratar de sobrellevar la crisis que arrastran desde hace más de cinco meses, cuando se vieron obligados a cerrar sus negocios por no vender productos de primera necesidad.
“Tuve que traer más ropa para vender porque ya no puedo depender de la venta de uniformes, para estas fechas ya teníamos a nuestros clientes comprando uniformes, pero este año no fue así. Muchos hemos diversificado y ofrecemos ropa casual, disfraces, etc, eso nos ayudaría a sobrellevar la situación pero tampoco tenemos dinero para surtir, yo surtía 30 mil pesos cada tres semanas, actualmente al día vendo un vestido o una playera, es increíble pero no tenemos ventas.
“Desde que inició la pandemia, las ventas están muy malas, cerré cuatro meses y apenas tengo un mes que volví a abrir, mi capital ya se acabó y no hay afluencia de compradores, no tengo surtido, no tengo ahorros”, relata con angustia la locataria.
Aunque el cierre de negocios no esenciales fue la muerte para el negocio de Sandra Rosas, ella reconoce que las ventas en su local ya estaban bajas desde que inició 2020, lo que ha propiciado retrasos en la renovación de su licencia y, por lo tanto, no puede acceder a algún apoyo del gobierno.
“Lo que nos servirá mucho sería un apoyo del gobierno, tengo entendido que las autoridades están ofreciendo un apoyo a locatarios, apoyos de 10 mil pesos, pero sólo para los que tengan las licencias vigentes, desgraciadamente para mi las ventas se cayeron desde enero, entonces no las he podido actualizar.
“No tengo acceso a ningún beneficio, ojalá que los gobiernos fueran más amables con todo lo de las licencias, que igual nos dieran un apoyo, ya hemos recibido ayuda antes y sirve bastante, podríamos ponernos al corriente con licencias y nos quedaría para poder solventar”, comenta Sandra, quien apela a la solidaridad de los ciudadanos, pues les pide consumir en los mercados y no en las tiendas departamentales.
“Seguimos esperando el consumo del público, que venga a los mercados en lugar de ir a las plazas comerciales, la pandemia ha sido muy difícil porque nos cerraron por no tener productos de primera necesidad, pero las grandes tiendas como Coppel, Elektra, ellos siguieron abiertos.
“Nosotros nos quedamos sin entradas de dinero, no podíamos vender en ningún tianguis ni nada, nos dieron una despensa de un kilo de sopa, frijoles y aceite, no vivimos de eso tres meses, en mi caso, cuatro personas de mi familia dependen de este negocio y tuvimos que despedir a la muchacha que nos ayudaba, ya no pudimos pagarle”, subraya Sandra.
Dada la situación, los vendedores de uniformes escolares han optado por arrinconar este tipo de prendas de vestir y poner a la vista otro tipo de ropa, esperando que de esta forma se despierte el interés de los clientes.
Para Roberto Jiménez, quien trabaja en una tienda de uniformes en el Centro Histórico, la situación no es muy distinta a la de Sandra Rosas, él también da por perdidas las futuras ventas de uniformes correspondientes a este año escolar.
“Todos los uniformes que no vendimos en este ciclo escolar, eso ya no vamos a recuperarlo nunca, incluso si los niños regresan a clases el próximo ciclo, ya no sería suficiente para recuperar lo que perdimos, ya mejor me hago a la idea de que esas ventas ya no van a llegar.
“En mi tienda también he tenido que vender uniformes industriales porque vi que lo de las escuelas no va a reactivarse pronto, y eso que la venta de uniformes industriales tampoco está muy buena, el dinero no fluye, la gente está atorada, todos estamos igual”, comenta.