Miguel Eduardo Ramírez Campos es un basquetbolista profesional del equipo Libertadores de Querétaro, perteneciente a la Liga Nacional de Baloncesto Profesional (LNBP). Él, como todos los jugadores profesionales en México, necesitan de un “plan b” para subsistir a la pandemia, ya que sus contratos incluyen sueldos solamente durante la temporada. Es por ello que decidió lanzar su propio negocio de comida a domicilio.
“No es algo solamente de los deportes, creo que es de todo el país, puedes ver a los médicos cobrando 50 pesos en un consultorio y muchas personas que no perciben un buen sueldo o que ni siquiera tienen un seguro para este tipo de situaciones. En lo personal he tenido que ver por mi familia, no se puede dejar a la suerte a las personas en esta situación y menos a la familia, sí ha sido difícil, pero gracias a Dios nos pudimos ajustar bien”, expresa.
Cuando el Covid-19 paró las actividades en México, Miguel se encontraba en Chihuahua. Tuvo que regresar a su natal ciudad de México para pasar la cuarentena.
“Estábamos por entrar a playoffs, y cuando la NBA suspendió su temporada fue cuando a la mayoría le cayó el 20 de que esto era algo mundial; en ese momento todavía teníamos esperanzas de que siguiera la liga ya que no había casos, después el gobierno decidió suspender todo y tuvimos que regresar a casa”, expresa.
El ingreso que percibía lo perdió, dado que los contratos en este tipo de ligas se mantienen siempre y cuando la liga esté activa, y al suspenderse, quedó anulado. La distinción de sueldos también se refleja en los deportes, en el caso del basquetbol pese a ser parte de un deporte profesional, los sueldos no se acercan a lo que gana un futbolista de la Liga MX.
Miguel tiene que apoyar a su mamá, su abuelita y sus hermanos, ahora por la contingencia las cosas se han complicado un poco en casa; él junto con su novia decidieron lanzar un negocio de comida a domicilio: Momo Soul Food, donde ofrecen pescados y mariscos. La idea original era abrir un restaurante con el concepto en el que uno mismo prepara su comida, pero la pandemia cambió los planes.
“Mi novia estuvo tomando un curso con un chef de Querétaro, y la verdad es que le queda muy rico todo, también estoy aprendiendo, pero ella es la chef. Habíamos pensado llevarlo a Nayarit, pero por la situación decidimos empezar en línea y a domicilio”, señala.
El basquetbolista no consume carne roja, ni blanca, es por ello que eligió los mariscos. Además de ser un gusto personal, para Miguel engloba cierto misticismo de algunas etnias.
“Siento que es un excelente alimento y en cuestión de energía ayuda muchísimo, soy de la idea de que el ser humano debe comer lo más alejado genéticamente de él. Es de lo que se alimentaban los huicholes, me encanta ese concepto. Decidí traerlo a la CDMX porque aquí es muy difícil encontrar un buen aguachile”, expresa.
Camarón, callo de hacha, atún, todo es traído desde la Riviera Nayarit y preparado en casa, lo comercializan a través de redes sociales, y los pedidos tienen envíos a domicilio en el área metropolitana.
Miguel también tiene una academia de basquetbol la cual fundó junto con su socio, Fuerza Mexa, con sede en el auditorio Arteaga en Querétaro; tuvieron que interrumpir las clases debido al Covid-19; situación que también desequilibró su situación económica; pero al final, la tecnología resultó una aliada en esta contingencia.
Miguel realiza dos sesiones de entrenamiento al día, por la mañana practica basquetbol, rutinas de pivoteo y botes, todo lo que pueda hacer de manera individual, y por las tardes tiene sesiones de animal flow, una disciplina que es nueva para él y lo mantiene motivado al querer aprender algo nuevo.
“Creo que es un tema complicado para todos los atletas, no podemos frustrarnos, creo que debemos darle vuelta a la página y continuar en movimiento, sea como sea”, menciona el basketbolista..
Aún sin una fecha de regreso a las duelas, y con la incertidumbre de cómo será la vida después del coronavirus; Miguel manda un mensaje a los aficionados que lo siguen en Querétaro: “sean positivos, manténganse en movimiento en sus casas, aprendan cosas nuevas y que sean muy pacientes. Hay que darle la vuelta y usar esta situación a nuestro favor, les diría que usen todo el estrés y los problemas como una oportunidad para mejorar, pronto vamos a regresar al auditorio Arteaga, traemos varias sorpresas para toda la gente, para que vivan una nueva temporada con Libertadores”, señala.