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Alejandro Rodríguez, el actor que lleva 50 años participando en la procesión de La Cañada

Desde que era un niño, se acercó a los Tribunales de Jesús para inmiscuirse en la representación de la pasión de Cristo en La Cañada

FOTO: DEMIAN CHAVEZ
27/03/2024 |08:11
Demian Chávez
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Alejandro Rodríguez Barrera es originario de La Cañada y tiene 61 años de edad, 50 los ha dedicado a actuar en diferentes papeles en la representación de la pasión de Cristo en los Tribunales de Jesús, que se celebra en el municipio de El Marqués cada Semana Santa.

Con muy buen humor y sin falla en la memoria, comparte con EL UNIVERSAL Querétaro que comenzó en los Tribunales de Jesús “a los 10 años, ahí como niño curioso, como niño que le gustaba andar ahí en el movimiento. En ese tiempo me arrimaba y ya por ahí alguien decía: ‘Necesito una madera’. Yo me acomedía. En ese tiempo no había niños, nada más era uno el que lo tenían como el criado de Pilatos”.

Su primera oportunidad de representar un papel en la puesta en escena la tuvo a los 14 años, “porque al niño que estaba haciendo ese papel de criado de Pilatos le dan otro papel y aparte ya estaba grande. Entonces a los 14 años prácticamente agarré el papel y de ahí para adelante”.

Con el paso del tiempo actuó como soldado, capitán segundo “y así me fui subiendo”, recuerda.

Con el transcurso de los años Alejandro fue creciendo y también sus personajes hasta que “los señores que dirigían veían que era yo muy tosco y me otorgaron el papel que hasta hoy represento: el papel de Malco (que de acuerdo al Nuevo Testamento, es a quien le corta la oreja Simón Pedro durante el arresto de Jesús, tras la última cena). Entonces, en esa parte había otro compañero que también era muy tosco. Y bueno, éramos los que más acosamos a Jesús, los que más lo golpeamos”.

Alejandro Rodríguez refiere que ha heredado la pasión por la actuación y en su caso, ya son tres generaciones.

“Mi hijo y mis nietos. El más grande tiene siete años y él empezó desde un año que lo empezaron a vestir. Tengo dos nietas que ahí van.

Recordó que en la escena del Domingo de Ramos en la que Jesús se encuentra con los niños, “hoy ya ocupamos niños, anteriormente no”.

El actor enfatiza que “atrás de los años 70, antes de empezar el viacrucis en vivo, no se ocupaban niños, ni tampoco mujeres, nada más eran dos mujeres que en el libreto les habían puesto las sirvientas de Caifás. Entonces, cuando empezamos el camino al viacrucis, empezamos con niñas. Y se empezó con niñas porque eran las que más se animaron. Cuando despuntamos fuerte por ahí de 1995, con la actriz que hizo a María; fue una jovencita de 16 años. Ella le dio mucha vida a la Virgen María. Con ella despuntó porque conjugó experiencia, juventud y realidad”.

Explica que la preparación teatral del viacrucis ha sido empírica en los Tribunales de Jesús. Sin embargo, dice, el libreto es bastante robusto, que cada año quienes lo representan lo hacen de manera natural.

Aunque Alejandro Rodríguez comparte que han acudido directores de teatro, como Roman García o Eduardo Rabel, “él vino, pero no hizo mucho. No se metió muy de lleno, porque él dijo: ‘Yo no le veo que le tenga que cambiar nada, lo que ustedes hacen lo están haciendo bien’. En un momento sí trabajó con algunos personajes a los que les impuso algunas observaciones. Entonces, yo creo que esta obra es natural”.

Rodríguez menciona que “La Cañada es un pueblo de fe y de tradición, porque arraigamos tradiciones de muchísimos años hacia atrás”.

La representación se llevará a cabo en La Cañada, municipio de El Marqués, desde el 23 y hasta el 31 de marzo.

Dedicar tiempo y esfuerzo a esta representación ha hecho, detalla, que en la tradición coopere la comunidad.

Desde la donación de alimentos, los actores que son parte de la representación sin percibir un sueldo, los miembros del staff y los decoradores de escenarios son endémicos de La Cañada. En muchos de los casos, han heredado la tradición de participar en Los Tribunales de Jesús, ya sea actuando o participando indirectamente.

Rodríguez ha visto evolucionar no sólo a sus personajes, también ha observado el cambio en las representaciones, que se ha convertido en un fenómeno social en La Cañada.

Recuerda que “por ahí, por los 80, llegó un Jesús que tenía mucho parecido con Jesús y de alguna manera, él también le dio mucho auge al papel y esta tradición se fue para arriba. Además se involucró gente ya muy adulta y gente joven de todo el elenco que había”.

Alejandro también rememora que hacia 1975 se da la anuencia de que se pueden hacer las representaciones con actores. “El sacerdote nos dio la anuencia para poder hacer la crucifixión en vivo. Entonces, de ahí empezó a crecer la obra. El Domingo de Ramos nada más era una peregrinación que marca la liturgia, la bendición de palmas. Los apóstoles eran unos señores ya viejitos, ya muy grandes. Entonces nada más era la pura peregrinación, no había ninguna actividad el domingo”.

También narra que “el primer cambio que se hizo fue la crucifixión. La primera crucifixión que se realizó fue aquí enfrente de la iglesia. Posteriormente se empezó a llevar al cerro. El camino para el cerro pues como tal no había, así que empezamos a hacer el camino con pura pala y pico. Era nada más donde prácticamente cabía Jesús con la cruz y los soldados. La gente tenía que hacer fila. Posteriormente se añadió la última cena”. Quedando reservado el acto del lavatorio de pies para la iglesia.

Los cambios no sólo se dieron en el libreto, sino también en los vestuarios. Alejandro cita que “tuvimos aquí a un profesional, Erik de Luna, actor y diseñador, que vino a hacernos vestuarios nuevos porque era en aquellos tiempos, estoy hablando de los noventas para abajo, casi eran puras telas brillantes, puras telas chillonas”.