Alexander, de 7 años, era un niño inquieto, risueño y juguetón, que soñaba con convertirse en diseñador de videojuegos, además de ser sumamente protector de su hermana pequeña de dos años; nunca imaginó que, en apenas unas horas, su vida daría un vuelco de 180 grados hasta llegar a estar postrado en una cama de hospital sin mover su cuerpo o comer por sí mismo.
Todo comenzó con un pequeño dolor al orinar, Alexander les dijo a sus papás de su molestia y lo llevaron al médico, creyendo que se trataba de una simple infección urinaria, sin embargo, en el Centro Médico Jurica le dijeron que sería necesario realizar una circuncisión para aliviar el dolor del niño, pero todo terminó en una historia de terror para esta familia.
Perla Jara, madre de Alexander, narra que fue el 8 de enero cuando su hijo ingresó a dicho hospital para una cirugía que le dijeron sería relativamente sencilla, con una duración de entre 30 y 40 minutos y anestesia local, pero algo salió mal durante este procedimiento quirúrgico y ahí comenzó la pesadilla para la familia Smith Jara.
“Acudimos ese día, un sábado al hospital, para que le realizaran la circuncisión, ya habíamos ido a citas previas con el doctor y pues mi hijo ingresó ese día al hospital. Pero al parecer algo pasó después en la recuperación, porque el niño entró en paro y lo tuvieron que trasladar a otro hospital porque en ese no tenían terapia intensiva pediátrica, al niño nos lo entregaron casi en estado de coma, muy grave, estuvo a punto de morir”, detalla la madre.
Alexander estuvo más de tres semanas en terapia intensiva en el segundo hospital, el Star Médica, donde el objetivo se centró en salvar su vida, pero una vez que se le realizaron estudios, se percataron que el niño tenía daño cerebral.
Si bien a los padres les informaron que el menor había salido bien de la cirugía, algo sucedió durante la recuperación, pues no despertaba de la anestesia y fue por ello que entró en paro respiratorio y posterior paro cardiaco, minutos durante los cuales, la falta de oxígeno pudo haber ocasionado el daño cerebral, aunque esto sigue siendo una teoría, pues el Centro Médico Jurica no ha querido dar la cara a los padres, ni entregar el expediente médico.
“El hospital donde le hicieron esta cirugía no se ha pronunciado para decirnos qué pasó, hasta el día de hoy, hace casi dos meses, y no nos han dado ellos una llamada, no nos han querido dar el expediente clínico, que yo lo tengo pidiendo desde hace más de un mes, ya se los pedí también por escrito, me firmaron de recibido y nos han estado dando largas de que se van a comunicar con nosotros, pero hasta el día de hoy ni los médicos ni el hospital se ha pronunciado por qué fue lo que pasó”, agrega la señora Perla.
Aunado a la falta de respuestas por parte del hospital y de la situación en la que entregaron a Alexander, el nosocomio se rehusó a dejar salir al menor para el traslado al otro hospital, a menos que sus padres liquidaran la cuenta con ellos, la cual se duplicó pues les cobraron además el procedimiento de reanimación.
“Nosotros cubrimos el costo de la cirugía porque, si no, no lo dejaban salir y todavía nos estaban hablando, después de todo este caos y crisis en la que estábamos porque no sabíamos qué pasaba, nos estuvieron marcando para que pagáramos también los costos de la reanimación, que se habían duplicado, entonces lo tuvimos que cubrir en ese momento, pero ha sido la única vez que el hospital nos ha marcado”, agrega.
A la fecha, los padres, con ayuda de familiares y amigos, han tenido que pagar, en gastos hospitalarios, más de dos millones de pesos, todo ello aunado a los gastos que se siguen generando con los cuidados en casa para Alexander, pues sigue requiriendo atención de nivel hospitalario, lo que ha demandado de la atención completa de ambos padres, impidiendo hasta el momento que puedan regresar a sus empleos.
El pequeño Alexander pudo regresar a su hogar apenas hace unas semanas , pero esta vez su cuarto se ha convertido en una habitación de hospital, donde se encuentra postrado en una cama, con rigidez en manos y pies, respirando a través de una traqueotomía y alimentándose a través de una sonda, pues el daño cerebral está en la parte motriz del cerebro.
A pesar de lo anterior, la parte cognitiva sigue consciente y sus padres tratan de explicarle la situación y mantienen la esperanza firme en que la recuperación podrá ser posible.
“Nosotros no perdemos la fe en que, en un futuro, él pueda tener la calidad de vida de un niño, pero la realidad es que no sabemos (…) en cualquier caso van a ser meses, sino años de recuperación”, añade.
“Ahora, a pesar de que está fuera del hospital, no se puede mover, no se puede sentar, no puede hablar y estamos en muchos tratamientos para él, que estamos manejando aquí en casa y fisioterapia para que pueda recuperarse de estos daños, esperamos en un futuro”, comenta su padre, James Smith.
A pesar de los esfuerzos, aún no se sabe si éstos serán suficientes, pues los neurólogos que han estudiado el caso no saben si la recuperación podrá darse, pues el daño es severo y todavía se desconoce qué fue lo que pasó dentro del centro médico para entonces poder entender y atender la afectación.
“Han hecho estudios del corazón, para ver si tenía una condición previa y pues no hubo, también descartaron una posible condición [previa] en el cerebro, entonces la teoría que tienen es que en la reanimación le dio un paro respiratorio y eso le llevó a un paro cardiaco y eso le ocasionó los problemas en el cerebro”, apunta James Smith.
Perla Jara declara que lo que más les duele es que la vida de su hijo no le haya importado al hospital y la condición en que lo dejaron, pues recuerda que Alexander entró sano y caminando para la cirugía.
“Inclusive lo habíamos preparado días antes para esa cirugía, porque él no quería, él tenía miedo, pero obviamente, como sabíamos que era la única solución para que ya no le lastimara el ir al baño, por eso optamos por eso, nunca nos imaginamos que íbamos a pasar por todo esto, pero mi niño era un niño sano”, agrega.
La familia Smith Jara pide ayuda a la sociedad para poder avanzar en la atención médica de Alexander, todas las donaciones se podrán realizar a la cuenta 03505293065, con Clabe 044680035052930650, de Scotiabank, a nombre de Perla Marina Jara Gutiérrez.