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Alexis se miraba semidesnudo en un espejo de cuerpo completo que sus padres tenían en uno de los armarios; lo que miraba a sus ocho años le parecía irreal; buscaba desde todos los ángulos, pero aquel cuerpo femenino no lo hacía feliz, no lo hacía sentir cómodo, era un cuerpo extraño, no era de él.
Durante 24 años Alexis Fernando Navarro Guerrero guardó en secreto la incomodidad que sentía con su género femenino; durante más de dos décadas desempeñó roles impuestos por la sociedad, con los que no se sentía identificado; jugar con muñecas, usar tonos rosa, sentir atracción por el género masculino, etcétera.
Hasta que en enero de 2017, ensimismado por independizarse y dejar la casa de sus padres, le contó a su familia toda la verdad. Les confesó que se sentía atraído por las chicas, que no estaba y nunca había estado de acuerdo con el género femenino con el que nació, y que buscaría cuanto antes una readaptación de género.
Ante la noticia, sus padres, que únicamente sospechaban de un caso de homosexualidad, lejos de molestarse y darle la espalda, lo acogieron y le abrieron los brazos de par en par. Alexis, sea cual fuera su nombre, su apariencia física o su condición de género, siempre sería su hijo.
El joven transexual (pues ya ha iniciado una transformación física), de 25 años de edad, es profesor de Psicología Clínica en la Universidad Mondragón, de la que además es egresado.
Cada inicio de ciclo escolar, Alexis se presenta ante sus alumnos, da una breve introducción sobre su readaptación de género, señala que su nombre legal —femenino— aparecerá en la lista de profesores, pero detalla que él responde al nombre masculino de Alexis Navarro. Los alumnos respetan la encomienda y lo llaman como tal.
No ofenderse por preguntas
Alexis se considera afortunado de contar con el apoyo de su familia, y de no haber sufrido algún tipo de discriminación en ningún espacio de su entorno social. De hecho, ha descubierto con sorpresa cómo su rol dentro de la sociedad se ha fortalecido, desde que se desenvuelve como hombre toman más en cuenta sus opiniones, ya sea en su familia o en su trabajo.
“Desde que me desenvuelvo como hombre he notado que me toman más en cuenta, en mi familia o en el trabajo, me preguntan lo que pienso, etcétera, y no me gusta porque no debería ser así, era algo que no noté antes, hasta ahora que inicié con el cambio de género”
“Nunca me esperé esa postura de mis papás, ellos me han apoyado mucho, mi mamá incluso me acompaña a mis citas médicas, mi papá no ha podido por asuntos laborales pero siempre está al pendiente. Ellos tienen miedo de la violencia por discriminación, yo también pienso en eso, pero sé que yo la tengo más fácil, por ejemplo, que una chica trans, yo hasta cierto punto puedo pasar más desapercibido”.
El joven profesor de psicología está dispuesto a hablar abiertamente sobre su transexualidad a todo aquel que quiera escuchar y tenga dudas sobre su condición.
“Siempre trato de dar entrevistas o de participar en foros de inclusión; si algún alumno, por ejemplo, me pregunta algo sobre mi condición, yo no me ofendo, porque si hiciera eso no estaría fomentando el diálogo, y la gente tiene que educarse sobre el tema. Tienen que conocer que las personas transgénero o transexuales tenemos los mismos derechos que los demás. Yo era un hombre transgénero, pero desde que tomo hormonas, pasé a ser una persona transexual”.
Batalla legal
Una vez que le confesó a sus padres su condición de género, Alexis comenzó con un tratamiento de hormonas que ya han modificado su voz y la han vuelto más grave. El cambio en su voz es unas de las modificaciones físicas más evidentes en su persona, y aunque es significativamente gratificante para Alexis, también le ha traído consecuencias negativas.
El joven no puede, por ejemplo, hacer algún trámite telefónico, pues los operadores no creen que sea la misma persona.
Por eso, desde abril de este año, Alexis junto con otras cuatro personas transgénero y transexuales de Querétaro, interpusieron un amparo ante un juez federal, para que en el estado les permitan rectificar sus documentos oficiales. El más importante es el acta de nacimiento, mismo que debe mostrar el nombre y el género con el cual se identifica
Las asociaciones civiles Coivihs y México Igualitario lo han acompañado durante todo el procedimiento legal.
“En Derechos Humanos de Querétaro no saben nada sobre el tema, me hicieron sugerencias muy estúpidas, incluso se atrevieron a sugerir cuál debería ser mi nombre para no hacer grandes cambios en el CURP, querían que mi nombre actual iniciara con las mismas letras, como si mi identidad dependiera de un papel o un trámite”.
“Somos cinco personas las que estamos en este proceso de un amparo colectivo, esto es para la rectificación del acta de nacimiento, se tiene que rectificar nuestros nombres y nuestros géneros, y también pedimos que no se especifique que tuvimos un cambio de género. Se tiene que rectificar el acta, después el CURP, INE, certificados de estudios, cédula profesional, SAT, IMSS, Infonavit, todo tiene que cambiar”.
“En Querétaro, obviamente, no se permite este proceso, por eso metimos el amparo. Podríamos hacerlo en la Ciudad de México, pero si lo hacemos así no nos respetan el acta aquí en el estado, y entonces estaríamos incurriendo en el delito de la doble identidad”.
Luchar por la vida. A las personas transgénero y transexuales que aún mantienen en secreto sus preferencias, Alexis les pide tener el coraje y el valor de mostrarse tal como son; asegura que la presión de desempeñar un rol con el que no se identifican es tan grande que puede llevarlos al suicidio. Por lo que hace un llamado a resistir las dificultades y luchar por la vida.
bft