El trabajo de los taxistas ha bajado un 80% debido a la contingencia sanitaria por el Covid-19. Uno de los escenarios más fuertes se ve en la base de taxis de la central camionera, donde los conductores han esperado hasta cuatro horas y media para conseguir un servicio, que en la mayoría de las veces, no rebasa los 80 pesos.
Debido a que el ritmo de la terminal de autobuses ha bajado por la misma contingencia, y ésta sólo opera al 30% de su capacidad, la actividad de los conductores de taxis también ha disminuido.
Francisco Garnica espera en la fila desde hace más de dos horas para llegar a la terminal B de la central de autobuses, espera su turno para recoger a un nuevo cliente, y para que eso pase, comenta, a veces transcurren más de cuatro horas.
“Aquí todos tenemos un orden, vamos por turnos y nos respetamos, yo llevo más de dos horas avanzando poco a poco en la fila, pero apenas voy a la mitad del camino, me faltan otras dos horas o más para llegar a la entrada principal y tomar un servicio, y quién sabe de cuánto sea, algunos son tarifas muy cortas, pero tomamos lo que sea. La situación está muy fea, nuestro trabajo ha bajado hasta 80%”, comenta.
Algunos taxistas como Francisco prefieren hacer base en la central de autobuses, pues en las calles de Querétaro hay muy poco tráfico de personas y conseguir servicios también es muy difícil.
“Yo prefiero venirme aquí a la central, aunque esté parado, aunque parezca que se está perdiendo el tiempo, porque si salimos a circular por las calles está peor, gastamos gasolina y no hacemos ningún servicio. La gente está asustada, no quiere salir de sus casas, está muy difícil la situación para nosotros ahorita”.
Los taxistas percibieron esta drástica baja en sus actividades desde que inició esta semana. Cuando los servicios bajaron poco a poco hasta casi desaparecer.
Para los que son dueños de su propio taxi, la situación actual es muy dura, pues vuelven con muy poco dinero a casa. Sin embargo, para aquellos conductores que trabajan el taxi de alguien más, la situación es asfixiante, pues la mayoría de ellos no logra reunir el dinero suficiente para pagar las cuotas de los concesionarios, que generalmente rondan entre 300 y 400 pesos.
Francisco explica que esta situación ha obligado a varios compañeros a dejar los taxis, pues conseguir esa cantidad de dinero es casi imposible.
“Algunos concesionarios han sido más conscientes y han bajado un poco esas cuotas, pero a otros no les importa y te piden ese dinero como sea, varios compañeros taxistas han dejado los taxis por eso, porque como están las cosas ahorita no se puede. Hay días en que yo me he regresado a casa sólo con 150 pesos”.
Francisco Garnica es taxista desde hace 25 años y no recuerda una época tan mala económicamente como la situación que viven ahora. La contingencia por el Covid-19 le recuerda la epidemia de influenza que también afectó fuertemente a los conductores. En ese año (2009) dice, la gente también se resguardó en su casa durante varias semanas.
Cuando al conductor se le pregunta ¿Tiene usted algún plan para sobrellevar esta situación?”, el taxista sólo suelta una carcajada, es una pregunta absurda para él. “Qué más puedo hacer, trabajar, si no trabajo no como”.
Los trabajadores del volante se mantienen a la espera de que la situación mejore lo más rápido posible. Mientras tanto, deben seguir trabajando. Haciendo fila durante horas para esperar un servicio de los pocos pasajeros que todavía usan la terminal de autobuses.
Hasta ahora, los taxistas comentan que no han recibido ninguna instrucción de parte del Instituto Queretano del Transporte (IQT), y por lo tanto tampoco han escuchado alguna propuesta para apoyar su economía durante la contingencia.
“Nadie se ha acercado con nosotros, si acaso los que podrían decirnos algo son los del IQT pero ni ellos, ni nadie se ha acercado para proponernos un plan, una estrategia, algo. Ellos son así, cuando se trata de prohibir o de pedir si hay contacto, pero ahorita ni sus luces.
“Yo creo que una de las cosas que podría hacer el gobierno debería ser un hoy no circula, como se hace en la Ciudad de México, si las personas usan menos sus autos, los taxistas tendríamos un poco de oportunidad de salir de esto, pero pues de aquí a que decidan hacer eso o cualquier otras cosa, ya pasó la cuarentena y ya no pudimos trabajar en ese tiempo.
Para los taxistas amarillos la contingencia del Covid-19 es actualmente su principal enemigo, pues ha obligado a las familias a mantenerse en casa; sin embargo, también deben superar otros obstáculos, como las plataformas digitales y los conductores irregulares que también laboran en la central, aunque sin permisos.