La jornada está por terminar en el puesto de Lorena Velázquez. Las mujeres que trabajan en el local del mercado de La Cruz se alistan para dejar todo limpio para el día siguiente, aunque los clientes siguen llegando para degustar los tacos de guisado, que desde hace más de cuatro décadas deleitan los paladares de los queretanos.
El negocio ya tiene 42 años. Los iniciadores fueron los abuelos de Lorena Velázquez, quien cuenta que a pesar de que el último año y medio ha sido complicado, tratan de mantenerse a flote en medio de la emergencia sanitaria causada por el virus del SARS-CoV2.
Un hombre llega y ordena unos tacos. Los empleados se alistan para atenderlo. En otra parte del local también se hacen tortas, una adición reciente a la oferta culinaria.
“Nosotros abrimos de seis de la mañana a tres de la tarde. Por ese lado no tenemos problema. Lo único que nos afecta es la vendimia, y el protocolo [sanitario] que tenemos que llevar a cabo nos ha afectado demasiado a nosotros”, explica.
Agrega que, afortunadamente, y debido a que el negocio ya tiene 42 años, la clientela es fiel. Dice que el negocio lo fundó su abuelita, lo continuó su madre y ahora ella. Señala que gracias a la preferencia de los comensales logra salir adelante, obteniendo ingresos para pagar a sus empleadas y algo de ganancia.
“Aquí somos tres patrones. Yo dirijo la orquesta, pero hay otras personas que están detrás de mí”, afirma.
Actualmente, hay seis personas trabajando en el negocio. Antes de la pandemia eran 12, pero por la crisis y la baja en las ventas tuvieron que prescindir de la mitad de su personal.
Comenta que con ese personal puede “sacar” el negocio. Sin embargo, con la entrada en vigor del Escenario B de la pandemia las ventas volvieron a bajar. Comparado con el Escenario A hay mucho cambio en las ventas y la gente también estaba más tranquila y accesible.
“Ahorita están más a la defensiva. También tiene que ver mucho la clientela, porque ellos están actualmente nerviosos, aunque no crean mucho en la situación que está pasando se resisten y nos cuesta mucho trabajo llamarles la atención para que observen las medidas sanitarias. Antes eran más accesibles”, asevera Lorena.
Sobre su oferta, la mujer recuerda que hace más de cuatro décadas se fundó Antojitos Leo donde ofrece tacos de guisados. El menú es amplio: carne roja, carne con papas, asadura, nopales, huevo, chicharrón. Además, desde hace 12 años también ofrece tortas de bistec, chorizo, entre otras variedades.
“Mi abuelita empezó a vender en el templo de La Cruz atole y tamales. Poco a poco fue cambiando el concepto, hasta que llegamos aquí, al mercado de La Cruz. Desde allá, en el templo, se empezaron a vender los tacos, pero aquí, en el mercado, empezamos a vender mucho más. Allá también se vendía, pero a raíz que se cambió el mercado fue mucho mayor la venta”, recuerda.
Lorena destaca que ella es la cocinera . Desde un día antes comienza con la preparación de los guisados para los tacos, como la cocción de los ingredientes que llevarán. En la mañana se comienza a cocinar todo, para que todos los platillos sean del día. En total son 12 guisos diferentes. Nadie puede decir que se aburre del menú. Hay para todos los gustos. “Aquí todo se hace con amor”, asegura.
Un plus que ofrece Lorena en su puesto son las tortillas, que son hechas en el mismo local. Compra el maíz, lo cuece, nixtamaliza, lo lleva al molino para hacer la masa y posteriormente las tortillas.
“Tenemos clientes de generaciones ya. Yo, que soy la tercera generación en este puesto, conozco a clientes que venían con sus abuelitos, abuelitas, mamás. Hay ocasiones que sí los recuerdo o si no, ellos me recuerdan. Me dicen: Lore, recuerda que aquí venía mi mamá, recuerda que aquí venía mi abuelita.
“Luego aquí se llegan a encontrar primos, tíos, y yo no los relacionaba. Ellos mismos me dicen que cierta persona venía y era mi cliente. Es un negocio que da mucho, es muy sacrificado, pero conoces a mucha gente”, subraya.
Lorena dice que su trabajo le ha permitido conocer a muchas personas como algunos funcionarios públicos e integrantes de la clase política queretana, a quienes ve en la televisión y reconoce como sus clientes. Incluso, recuerda lo que le gusta a cada uno de ellos.
Entre quienes reconoce como sus clientes se encuentra el gobernador electo, Maurcio Kuri González a quien le gustan los tacos de carne roja y de asadura.
Hasta el momento, dice, no existe una cuarta generación que siga con la tradición de la familia. Tiene dos hijos. Uno de ellos tiene cierto interés en seguir con el comercio, pero no acaba de convencerse.
Añade que tiene una sobrina que acude sólo los domingos. En quienes ve interés en seguir con el local es a las mujeres que trabajan con ella. Algunas son como de su familia, pues sus madres laboraron también en el puesto, además de mostrar interés. “Tal vez ellas sean la siguiente generación”.
Mientras ese momento llega, Lorena asegura que seguirá trabajando, luchando por salir de la crisis derivada de la pandemia de coronavirus, complaciendo a sus clientes con sus tacos de guisados y tortas.