Janette Ortiz Ruiz es dueña de su propio negocio. La emergencia sanitaria le provocó afectaciones financieras; para paliar con sus problemas recurrió a un programa crediticio.

Desde hace 13 años, Janette tiene una empresa de repostería, dice que con la emergencia sanitaria tuvo que innovar, lo que permitió generar nuevos productos relacionados con el apoyo a la familia.

“Sacamos cupcakes para que los niños pudieran decorar en casa. Galletas para decorar. A diferencia de nuestros competidores, nosotros llevábamos plumones comestibles para que los pudieran iluminar y se los coman sin problema.

“Empecé a ver que la competencia sacó productos similares a los míos y no quería quedarme sin flujo de efectivo. También viendo la posibilidad de un préstamo decidí actualizar mi equipo de refrigeración para tener todo más actual y evitar cualquier tipo de virus o bacterias, y me quedé un poco para el flujo de efectivo, para el pago de nómina, seguro social y otras cosas”, cuenta.

Comenta que en total cuatro personas trabajan con ella. Desde que inició la emergencia sanitaria tuvieron que trabajar a puerta cerrada para evitar cualquier tipo de contagio, y darles a sus clientes la seguridad de que los productos que entregan contaban con todas las normas de higiene y calidad.

“Nada más implementamos esto, porque desde antes [por el giro del negocio] ya usaban cofia, cubrebocas y guantes, por sanidad. La disminución de ventas empezó a partir de mediados de junio y ahora julio, por eso fue la previsión de solicitar el crédito, para que esta época que iba a ser más floja, pudiera tener dinero suficiente para seguir dándole a mis trabajadores las condiciones adecuadas”, dice.

La emprendedora comenta que fue sencillo acceder al crédito porque siempre ha estado al día con su licencia de funcionamiento, como en Hacienda y en sus pagos a proveedores, no tuvo ningún problema en su historial crediticio ni en los trámites que les pedían para obtener el crédito.

“[Estos apoyos] nos dan un respiro económico. Nos enfocamos a lo que realmente es importante, que es vender, y nos dejamos de preocupar de cómo voy a pagar las cosas, sobre todo a proveedores y recurso humano”, menciona la emprendedora.

Apoyo municipal

El esquema al que recurrió Janett es un programa de apoyo de crédito preferencial que promovió el gobierno municipal de Querétaro, derivado de las afectaciones al comercio por la contingencia sanitaria del Covid-19.

En este programa, se entregaron financiamientos de entre 20 y 80 mil pesos, participaron la caja Gonzalo Vega, Las Huastecas y la institución Proyecto Pyme, las cuales accedieron a ofrecer una tasa de interés menor a 16%.

El Programa de Acceso Preferencial al Financiamiento, concluyó el pasado 15 de julio, entregó mil 100 créditos a micro, pequeños y medianos empresarios.

A través de éste se colocaron créditos por un monto cercano a 60 millones de pesos y el municipio de Querétaro se hizo cargo del 10% de la tasa de interés durante el primer año del crédito.

Oxígeno financiero

David López González es otro emprendedor que también accedió al programa de financiamiento; vende vender artículos deportivos.

“La tienda la tuvimos que cerrar por bastante tiempo. Hasta hace unos días el gobierno permitió la reapertura y apenas pudimos abrir la tienda otra vez”, destaca.

El negocio de David se encuentra en avenida Pie de la Cuesta, dentro de una plaza comercial donde debe de pagar renta por el local; es uno de sus principales gastos y algo que le preocupa.

A través de las redes sociales, que es uno de los medios que usa para estar en contacto con sus clientes, se enteró del programa municipal de créditos en conjunto con algunas cajas de ahorro.

David considera que el proceso para acceder a estos créditos no fue difícil. “La verdad no fue complicado, eso lo reconozco. La primera etapa fue darse de alta en la página, dar de alta todos los datos, subir algunos documentos, como INE, licencia de la tienda y cosas de ese tipo”. Luego de cumplir con esto, acudió a una caja, para formalizar el crédito.

La emergencia sanitaria y la crisis son aún un reto para todos. Apenas están tratando de salir adelante de la experiencia que es muy difícil para aquellos emprendedores y pequeños empresarios que vieron sus negocios en riesgo.

“Es una experiencia difícil. Afortunadamente no tengo la mentalidad de correr gente. Somos poquitos, pero aun así nos mantuvimos. Redujimos horarios e hicimos trabajo en línea. Ahí reubicamos a las personas que nos apoyan y redujimos horarios, porque mantener un horario regular de ocho horas con un salario completo era muy complicado.

“Para las rentas, hablamos con el dueño del local y llegamos a un acuerdo para pagar un poquito menos de lo que habitualmente se paga y que nos esperen con tiempos. Afortunadamente salió el crédito y se pudieron liberar esos compromisos con la renta y con algunos proveedores que traíamos [atrasados en pagos], expresa.

David inició con su negocio hace cuatro años. En un comienzo era en línea, pero desde hace tres arrancó con la tienda física.

“Uno empieza con las mejores intenciones, y ya sobre la marcha uno va viendo los baches del camino, pero afortunadamente, en el caso de nosotros, como Querétaro, el gobierno sí se preocupó y sacó este programa de apoyo que ha sido un buen respaldo en esta época de incertidumbre”, asegura.

El comerciante ve con optimismo el futuro para él y su negocio, más ahora con el apoyo gubernamental que tiene durante esta emergencia sanitaria.

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