Enedina Álvarez Ortega, artesana originaria de Amealco, pero con casi 30 años de vivir en la capital queretana, incursionará como maestra para enseñar a elaborar las tradicionales muñequitas de origen otomí Lele y Dönxu, ambas ya declaradas patrimonio cultural del estado.

Por herencia familiar, recuerda la mujer, aprendió a elaborar muñecas cuando tenía ocho años “nosotros éramos de pequeñas muy traviesas y veíamos qué estaban haciendo nuestros papás, dejábamos que terminaran su trabajo y nos poníamos a cortar telas, estambre y nos poníamos a bordar, así fue como nos enseñamos”.

Cuando tenía ocho años su papá, agrega, le compró una máquina y empezó a elaborar muñecas, “lo que se aprende bien desde la niñez, nunca se olvida, por eso es que ya domino muy bien esta actividad”.

"Aprendí a hacer muñecas, desde que fui niña"
"Aprendí a hacer muñecas, desde que fui niña"

En la actualidad dice que hay oportunidad de mercado porque algunos productos se elaboran muy poco, uno de ellos la muñeca Dönxu, pues esta pieza casi no la fabrican, debido a que es la más conocida y por lo tanto es la que más piden los clientes en este sector.

Para la elaboración de Lele, explica, los artesanos utilizan un molde, “para hacer la carita, las manos, su pancita y los pies, lo único manual es su trencita, pero se nos facilita porque tenemos mucha práctica y la otra muñeca que es Dönxu, que tampoco tiene molde, todo es de práctica”, detalla.

“Estas muñecas las aprendí a fabricar desde mi infancia, crecí con ellas, con Lele y Dönxu, muchas de ellas nos las traían los Reyes Magos, mis papás las hacían y salían a venderlas a Ciudad Juárez y Guadalajara, entre otras ciudades”, recuerda con nostalgia.

Lele es una muñeca que si bien ha encontrado mayor popularidad en la actualidad por las redes sociales, dice que desde hace muchos años la vendían los artesanos de Amealco, “a Lele la vendíamos desde hace mucho tiempo”.

En las siguientes semanas Enedina planea dar clases, “mi intensión es ofrecer un curso para que aprendan en Querétaro a elaborar las muñequitas, eso será la primera vez que lo haga, serán clases que se darán los sábados de 10 de la mañana a 2 de la tarde.

“Yo estoy segura que muchas personas tomarán clases, a muchos les interesa y a mí me pone muy contenta que pueda compartir los conocimientos que tengo, a fin de que mi cultura no se pierda”, refiere una emocionada Enedina.

A diferencia de Lele, que es originaria de Santiago Mexquititlán, explica que Dönxu es originaria de una comunidad cercana de nombre San Ildefonso Tultepec, ahí mismo, en el municipio de Amealco.

La artesana lleva viviendo 29 años en la ciudad de Querétaro, en donde dice que elabora sus productos y los entrega en domicilio, “no me gusta vender en las calles para no tener problemas con los inspectores municipales”.

Cuando Enedina tenía 19 años recuerda que se casó y emprendió su propio negocio y ahora en casa hace sus productos y los vende con las personas que la conocen.

“No es difícil aprender a bordar, por ejemplo cuando hago blusas ya tengo muy claro la imagen en mi cabeza y eso me ayuda a plasmarlo”, expone.

Adicional a la artesanía, comparte que también se dedica a la herbolaria, actividad que conoció porque su papá era curandero en su comunidad, mientras que su mamá fue partera.

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