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Aunque los carros tirados por caballos dejaron de usarse como principal medio de transporte desde hace varias décadas, en el corazón de Amealco de Bonfil, una antigua tienda de talabartería y accesorios para cabellos sobrevive sin importar el paso del tiempo.
El lugar llamado Tienda de Raya La Porfiriana ofrece todo tipo de productos hechos de piel, tanto para jinetes como para sus caballos: riendas de cuero, polainas, fustas, monturas, fundas, pechopetrales y demás artículos para otro tipo de ganado.
J. Jesús Zepeda Morales es el orgulloso dueño de esta tienda, que se encuentra entre la lista de atractivos turísticos del pueblo mágico. Anteriormente el lugar era una cantina administrada por su padre, pero cuando Jesús heredó el negocio decidió cambiar de giro y dedicarse a la venta de artículos de piel enfocados al ambiente del campo y la agricultura.
Orgulloso de sus raíces “rancheras”, como el mismo J. Jesús Zepeda lo dice, con el nombre de su negocio busca evocar los tiempos del porfiriato en México, donde los obreros acudían por su pago a las tiendas de raya.
De hecho, los amealcenses consideran a esta tienda más que un negocio, un museo, pues además de los artículos que están a la venta, Jesús expone antiguos objetos de cocina y algunos muebles de hogar, lo que da un toque aún más añejo a la tienda.
J. Jesús Zepeda trabajó toda su vida como profesor, pero una vez jubilado (hace 25 años) comenzó a administrar el negocio de talabartería, y por mero romanticismo conserva en una de las habitaciones de la casa la antigua cantina administrada por su padre, Eulogio Zepeda.
“Ya nomas la tengo de recuerdo”, piensa en voz alta mientras acaricia la antigua barra de madera. “La vida de campo siempre me gustó mucho, el ganado, el trabajo de los campesinos, son los recuerdos que yo tengo de niño, la cantina no era lo mío, pero lo relacionado con la agricultura, eso sí me gusta”, comparte.
Aunque a simple vista la Tienda de Raya La Porfiriana es un enorme local en el Centro Histórico de Amealco, en realidad el negocio se extiende por toda la casa, y es que detrás de la tienda se encuentra un enorme patio central rodeado de antiguas habitaciones que Jesús convirtió en pequeños almacenes; en uno de ellos se guardan espuelas, en otro riendas, y en la habitación más grande, en un segundo piso, todo tipo de sillas para montar, desde la más económica que cuesta alrededor de 500 pesos, hasta la más costosa cuyo valor es de 32 mil pesos.
De todo y para todos
J. Jesús dice entusiasmado que en su tienda encuentras de todo, de todos los precios y de distinta calidad, de acuerdo a las necesidades de sus clientes que también son muy distintos. Por un lado, los clientes principales son charros, casi siempre personas de un estatus económico elevado, que tienen afición por los caballos y la charrería.
Pero también atiende a otro tipo de clientela, de otro estrato social, como son los campesinos, aquellas personas que, aunque son pocas, aún se dedican a trabajar el campo, quienes ven al caballo como una de las principales herramientas de trabajo y no como un accesorio deportivo.
“Yo inicié en la ciudad de Celaya, ahí me empecé a surtir, después comencé a traer productos de otras partes del país, y luego de 25 años ahora tengo productos de Cocula, Aguascalientes, San Luis Potosí, Veracruz, y León, Guanajuato. Mi clientela es regional, no es local, pues mis principales clientes no son de Amealco, ya que no hay gente que ande a caballo, pero de los estados vecinos sí tengo muchos clientes, gracias a eso es que esta tienda se ha mantenido, por ejemplo San Juan del Río, Tequisquiapan, del Estado de Hidalgo, del Estado de México, Coroneo, Guanajuato, Tepoxtepec, entre otros”.
“Tengo clientes de todo, desde charros hasta rancheros con mucho o poco dinero, porque vendo también arreos para los caballos de tiro, implementos de tracción animal, algo de herramienta para el campo, son pocas pero aun hay personas que trabajan con sus caballos, casi todas son personas mayores, que ya tienen esa costumbre, porque los jóvenes ya no le entran a trabajar al campo, porque ahora ya tienen muchas facilidades del gobierno para dedicarse a otras cosas, antes si tu papá era zapatero tú también te convertías en zapatero porque desde chico aprendió el oficio, entonces ahora si tu papá es campesino no significa que tú también lo seas, ya no se usa que los jóvenes se involucren en el trabajo del papá, en los trabajos de la casa”, señala.
Atractivo turístico
Con 25 años de antigüedad, la Tienda de Raya La Porfiriana se ha convertido en un atractivo turístico de Amealco, pero también en un importante punto de venta en la región centro del país, pues son muchos los clientes que viajan desde los localidades vecinas para comprar las herramientas necesarias para la charrería o para el campo.
“Con orgullo puedo decir que los proveedores vienen y me buscan para vender sus productos aquí, porque saben que tengo clientes de todas partes, y eso es porque siempre he ofrecido lo mejor en productos de piel, ha sido un trabajo de muchos años”, comenta el orgulloso amealcense.