Querétaro, Qro.-
La voz de Noé Campuzano expresa cierta preocupación cuando dice que desde el 15 de septiembre ha visto descender sus ventas de productos de bioseguridad, en el local que ocupa frente al mercado de La Cruz.
Dice que lo que le inquieta, en parte, es ver cómo la gente ha dejado de lado la protección y sale a la calle sin cubrebocas, lo usa únicamente cuando va a entrar a un comercio o al mercado. Considera que si la ciudadanía no se cuida los contagios de Covid-19 continuarán elevándose y la pandemia no se detendrá.
Cuenta que él y su cuñado son abogados, pero que al cerrar los juzgados —por la contingencia sanitaria— perdieron sus empleos y tuvieron que buscar alternativas de ingresos, por lo que decidieron abrir un local en donde ofrecen desde cubrebocas, caretas, gel antibacterial, desinfectantes, hasta equipos quirúrgicos de seguridad. Fue la opción que encontraron para solventar los gastos que deben enfrentar en sus familias.
“Aquí pasa mucha gente porque tenemos el mercado, hay bastante gente que pasa sin cubrebocas, pasa como si nada, sin caretas, sin cubrebocas. Hay otra gente que se sigue cuidando igual, compra su gel antibacterial, su sanitizante, o sin falla salen con el cubrebocas”, apunta.
Adiós a la protección
Lo dicho por Noé se corrobora pronto. El conductor de un vehículo se estaciona casi enfrente del negocio que atiende. Desciende de su unidad sin cubrebocas y camina hacia uno de los comercios cercanos. Cuando va a ingresar se coloca el artículo sanitario para que le permitan el ingreso. Sólo por eso lo usa.
En la acera de enfrente, una mujer de unos 60 años, acompañada de un joven de unos 25 años, caminan rumbo al mercado. No llevan cubrebocas. Metros más adelante se cruzan con un hombre, quien tampoco porta el artículo sanitario, a pesar de las advertencias y las recomendaciones de las autoridades para que no se deje de usar, así como lavarse las manos de manera constante y mantener la sana distancia.
Primeros pininos
Noé explica que su cuñado y socio fue quien empezó a maquilar los productos, primero de manera artesanal y luego ya en una producción más industrial.
“Antes era totalmente a mano. Ahora son totalmente a máquina, el corte es mucho mejor. La esponja también se corta a máquina”, abunda.
Recuerda que de inicio vendían afuera de los centros comerciales en un carrito, pero también las autoridades municipales les decía que no podían estar ahí, por lo que se establecieron en un local, el que actualmente ocupan cerca del mercado de La Cruz.
Casi la mayoría de los productos que se venden son de manufactura propia, como las caretas y los cubrebocas, hasta la ropa quirúrgica desechable.
Sin embargo, lo que comenzó como un negocio con altas ventas, de pronto disminuyó desde hace poco más de 20 días.
“Pasando lo del 15 de septiembre empezaron a bajar las ventas. Veo que hay mucha gente que también ya no anda con el cubrebocas, y viene a comprar uno de emergencia nada más para poder entrar al mercado, a los locales, pero veo que la gente se comienza a descuidar”, reitera.
Además de verlo todos los días, Noé lo percibe en las ventas. De julio, mes en el que se instalaron de manera formal, a septiembre las ventas descendieron alrededor de 35%.
El pequeño empresario comenta que uno de sus productos más vendidos es el cubrebocas; las caretas se venden de manera constante, pues muchas personas las usan para el trabajo.
Sin embargo, alerta sobre el comportamiento de los clientes que acuden como a los locales cercanos, o incluso restaurantes de la avenida Universidad, pues comienzan a tomar a la ligera las medidas de sanidad, lo cual causa cierto temor.
Alerta latente
Agrega que de acuerdo al semáforo epidemiológico se regresó al color naranja y la pandemia no termina, aunado al cambio de clima y los meses que vienen con la influenza. “No debemos de bajar la guardia, debemos de seguir protegiéndonos, que eso la gente lo pueda captar”.
Confía en que la gente tome conciencia de que se debe de proteger de la pandemia, para no llegar al extremo de cerrar los negocios y entender “a la mala” que la emergencia aún no termina.
Destaca los rumores y noticias falsas que se difunden en redes sociales sobre la vacuna contra la influenza, en donde se refiere que les inyectan alguna sustancia y se niegan a recibir la inyección; por lo cual pide a la ciudadanía entender que estas medidas son para el bien de todos .
“La gente debe de entender que es necesario vacunarse y tener las medidas de salud para que podamos seguir trabajando, porque la economía tiene que seguir avanzando y si bajamos la guardia esto se va a tornar más complicado de lo que ya es”, dice.
Noé sabe que su negocio es temporal, que pasada la emergencia sanitaria tendrá que regresar a sus labores como abogado, algo que paulatinamente vuelve a retomar poco a poco.
Sin embargo, estima que el negocio se prolongará durante unos meses más, pues la emergencia sanitaria parece no tener fin en el corto plazo.
“Las ventas van a volver a subir a principios de diciembre, por la temporada invernal (…) de ahí volverán a bajar. Esperemos que la pandemia se pueda controlar en los próximos meses y en los primeros del próximo año se acabe este negocio”, comenta.