Más Información
“Buenas tardes, los contrayentes, por favor”, dice una persona del Registro Civil, quien recibe a Dimitri Ruiz y Sergio Mendieta, pareja que este viernes se casó en Querétaro con las modificaciones al Código Civil del estado que permiten el matrimonio entre parejas del mismo sexo.
Luego de 15 años de vivir juntos y más de 10 años de lucha de organizaciones sociales, pueden acceder a su derecho al matrimonio como cualquier pareja, sin amparos, sin restricciones, sin prejuicios.
Afuera de la oficina del Registro Civil de la delegación Epigmenio Gozález, poco antes de las 13:00 horas se comienzan a reunir los invitados de los contrayentes. Dimitri y Sergio llegan a bordo de una camioneta. Arriban puntuales, 20 minutos antes de la cita. Saludan a sus familiares y conocidos, quienes se dan cita en este día histórico.
La pareja luce feliz. Se abrazan con sus parientes, mientras fotógrafos y reporteros los rodean, para tomar la mejor imagen, captar las palabras que les digan, para tratar de obtener sus primeras impresiones previas a la ceremonia civil. La pareja posa con sus madres. Es una foto emotiva.
Aline Escalante y Maricruz Ocampo, dos de las activistas que lucharon durante estos años para que se aprobara el matrimonio igualitario en Querétaro están presentes. Llevan cubrebocas con los colores de la bandera del arcoiris. Ocampo llega con un ramo de flores amarillas, que entrega a la pareja. La abrazan. Las activistas arropan, acompañan a la pareja. “Es un día muy feliz para todos en Querétaro”, dice Escalante.
Desde la planta alta de la sede delegacional cinco empleados observan a la pareja y el movimiento de representantes de medios de comunicación que cubren la ceremonia civil.
En el interior del Registro Civil sólo se permite el acceso a familiares y amigos. La pareja dice que por motivos de la pandemia de Covid-19 y porque quieren que sea algo más íntimo. Dimitri promete hablar luego.
Una ventana del salón donde se realiza la boda da hacia la explanada de la delegación permanece abierta. Cuando los fotógrafos se dan cuenta tratan de obtener alguna impresión de la celebración. Segundos después la ventana se cierra. Pasan alrededor de 20 minutos. Comienzan a salir algunos de los invitados. Detrás de ellos aparece la pareja con su acta de matrimonio en las manos.
Es un logro simbólico para los derechos humanos de la comunidad de la diversidad sexual. Los presentes aplauden a la pareja.
Ellos se quitan por unos momentos las mascarillas para mostrar su sonrisa, no sólo porque formalizan su relación, es por todas y todos. Es por la libertad de amar, de ser, de querer. Es por contar con derechos plenos, por dejar de ser ciudadanos a medias, al margen, no reconocidos.
Sergio explica que “después de 15 años estando juntos, viviendo juntos, conviviendo juntos, hemos decidido dar este paso porque ya se puede, no porque no podamos, sino porque ahora sí ya queremos hacerlo y ya podemos hacerlo. Ha sido muy emocionante contar con el apoyo de todas nuestras familias, de nuestros amigos… ya pasó, se logró. Muchas gracias a todos los que lo hicieron posible”. En tanto, Dimitri agradece la atención recibida por las autoridades de la delegación Epigmenio González, puesto que recibieron un trato como a cualquier ciudadano.
“Esta es una lucha de derechos ciudadanos, de un Estado laico. Pero eso no quiere decir que no haya discriminación afuera. Toda la vida la hemos vivido. Afortunadamente ahora no se nota tanto en nosotros, pero eso no quiere decir que no exista. Por eso hay que seguir trabajando en favor de todo eso, en esas minorías, hay que buscar el respeto”, subraya.
Dimitri dice que la pandemia vino a cambiar su forma de ver la vida y la propia mortalidad y de cómo se cuida a la otra persona. Casarse, dice, es para darle certidumbre a la otra persona y estar cubiertos por la ley. Luego, las emociones se muestran a flor de piel en Dimitri, quien deja escapar unas lágrimas.
A unos metros de ellos, está Alicia Martínez de Mendieta, madre de Sergio, quien observa emocionada a su hijo contraer matrimonio.
“Estoy muy contenta porque es algo que él quería. Una mamá siempre quiere lo mejor para los hijos y en este caso lo que él quería es también compartido por mi. Era un deseo que él tenía y ojalá que esto ayuda también para que la familia que tiene un hijo con estas decisiones las respeten, los acepten, porque es un ser humano que merece todo nuestro amor.
“Para mí, mi hijo es lo máximo. Es mi orgullo”, indica, al tiempo que recuerda que son de Rioverde, San Luis Potosí.
Comenta que tiene tres hijos. El hermano de Sergio está presente en la ceremonia. La hermana mayor no pudo asistir porque vive en la ciudad de Chicago, pero dice que cuando Sergio les comentó sus preferencias sexuales le dijeron que no había ningún problema.
Dice que desde que Sergio era niño ella sabía que era distinto. “Los quiere uno igual a los hijos. Fue un poco complicado con algunos familiares que están chapados a la antigua, que son tradicionalistas. Una de mis hermanas me dijo que lo llevara con un sicólogo.
“En este momento me siento muy orgullosa de mi hijo, de sus logros en la música, en la Filarmónica de Querétaro”.
Luego, pareja e invitados se retiran del Registro Civil. La explanada delegacional se queda sola, como si nada hubiera pasado, pero pasó algo que no se creía pasaría en el estado de Querétaro.