“Baños públicos”, reza el cartel en la calle y Daniel respira aliviado. Por una enfermedad que padece, debe orinar de manera constante. Sin embargo, cuando se acerca más, puede ver que usar el sanitario le costará 10 pesos.
En la capital del estado los sanitarios públicos, principalmente los ubicados en el primer cuadro, son pocos y caros. Lo pagado no asegura la higiene del lugar, pues en algunos de ellos la limpieza no es su distinción.
“A veces, cuando ando en el centro, es muy complicado encontrar un baño público decoroso. Ya me los conozco todos y te puedo decir qué baños están limpios y cuáles están sucios. Los que están en 16 de Septiembre, subiendo a La Congregación, no están muy limpios y no tienen jabón. Los que están en Allende, cerca del SAT, están pequeños, pero la mayor parte de las ocasiones están limpios y tienen jabón líquido para lavarse, aunque sólo tiene un lavabo para todas las personas”, indica.
Agrega que la mayoría de los baños existentes están en malas condiciones de higiene y son caros, pero como no hay muchos de estos giros en la zona se debe de recurrir a ellos.
“Antes podía entrar a los baños del Palacio de Gobierno. Saludabas al policía de la entrada, le decías que iban a baño y te dejaba pasar. No te cobraban nada y podías usarlos. Desde hace unos años ya no se puede entrar a este sanitario.
“Si vas a un negocio a comprar para usar el baño, pues te sale más caro el caldo que las albóndigas. Creo que para las personas que salen a pasear, o trabajar o a la escuela, pero principalmente para quienes estamos enfermos, es importante que se tengan baños públicos accesibles y dignos”, añade.
Apunta que nunca ha orinado en la vía pública, pues teme ser detenido por los policías. Aunque es sólo una falta administrativa, prefiere aguantar a llegar a un baño establecido.
“Hay mucha gente que trabaja en la calle, que no trabaja en una oficina, como los taxistas, los choferes de autobús, los policías. Hacen falta baños para todas las personas, y que no sean tan caros”, enfatiza.
De acuerdo a información de la Secretaría de Seguridad Pública del municipio de Querétaro, orinar en la vía pública es motivo de sanción, de acuerdo al Reglamento de Justicia Administrativa del municipio de Querétaro, que se sanciona con una multa que puede ser de mil 267 pesos hasta los 25 mil 347, o inclusive implicaría un arresto administrativo de 36 horas.
Brenda, una mujer joven, también tiene sus opiniones de los sanitarios públicos del primer cuadro de Querétaro. “Hay algunos que te cobran 10 pesos, pero las condiciones de las instalaciones son muy malas. No hay siquiera jabón para manos. Es una botella de refresco cortada por la mitad llena de detergente en polvo que está todo mojado”, reclama.
“Además, te cobran aparte el papel higiénico. Muchas veces los baños están muy sucios, no los limpian constantemente, están mal iluminados. Cobran mucho para el mal servicio que ofrecen”, enfatiza Brenda.
Precisa que en el centro también se puede ir a los baños que están en la actual sede de la delegación Centro Histórico, frente al jardín Guerrero, pero a veces no están abiertos y aunque los limpian de manera constante no es suficiente porque mucha gente entra. Además, el papel se acaba, al igual que las toallas desechables y también el jabón para manos.
“La otra opción que tienes es pasar a los baños de los mercados públicos. Ahí te cobran dos pesos, pero la higiene es muy mala. El jabón, cuando hay, es detergente en polvo, están muy sucios, por lo que huelen muy mal”, subraya.
Dice que la otra opción a la que recurre con regularidad es entrar a alguna plaza comercial, donde los baños están un poco más limpios y son gratuitos. Indica que plazas como de Las Américas, Del Parque o Bulevares, pueden ser opciones para pasar al baño. Los sanitarios, dependiendo de la plaza, están más o menos limpios, aunque en todos, por el flujo de personas, es complicado que estén en las mejores condiciones.
“Lo que también hago cuando tengo necesidad es que paso a alguna tienda, al supermercado, donde también aprovecho para hacer algunas compras y así hago dos cosas en una.
“Es muy difícil andar en la calle trabajando, como yo, que tengo que estar fuera de la oficina durante buena parte del día. No hay a dónde ir al baño, no tienes la facilidad. Siempre tienes que buscar a dónde ir al baño, es difícil”, añade Brenda.
En las calles del Centro Histórico capitalino es común ver a la gente que pone a los niños a orinar en la calle, entre dos automóviles estacionados, pero en el caso de los adultos es más complejo. Además, en los menores incluso se ve como alto tolerado socialmente, mientras que en el caso de los adultos no es visto de esa manera.
En las calles de Querétaro, quienes las caminan desde temprano, pueden percatarse que son usadas como sanitarios por personas que viven en condición de calle o por quienes, la noche anterior, salieron de bares o cantinas.