A Jorge Luis Morales Aguirre se le puede encontrar a un costado del mercado de La Cruz. Hasta hace unos años se le podía ver sobre las duelas, pues es exjugador de basquetbol profesional.
Hoy vende tortas, pues en sus venas corre sangre de comerciantes, ya que sus padres son locatarios del mismo mercado, y después de retirarse del deporte ráfaga decidió dedicarse a una actividad que también le gusta.
Originario de Querétaro, es de los pocos jugadores profesionales de basquetbol nacido en la entidad. Retirado desde hace cinco años, decidió abrazar la actividad del comercio por gusto.
En el local de Jorge predomina el color anaranjado, color de los balones usados en el basquetbol y que están presentes en el logotipo del local.
Un joven se acerca al puesto, pero Jorge le dice que ya acabó el servicio. El cliente se marcha resignado a buscar otro lugar para comer algo cerca de las dos de la tarde. La escena se repite un par de ocasiones más. Los clientes se marchan resignados al no poder encontrar sus tortas favoritas.
Jorge explica que jugó durante 12 años basquetbol de manera profesional. Estuvo militando primero en ligas estatales y luego en la liga profesional.
El basquetbol, dice, se lo inculcó su padre, pues también jugó el deporte y le llamó la atención. “Yo estaba en otro deporte, estaba en el karate, y después me dediqué al 100% al basquetbol.
“Primero empecé jugando profesionalmente fuera del estado, porque aquí había equipo profesional. Luego regresé aquí a Atléticos y jugué con ellos, poco. Regresé al equipo de Cometas, me compran la carta y quedó aquí jugando en mi estado”, apunta.
Explica que jugó en equipos de Zacatecas, Mexicali, Los Mochis, Cancún, en diferentes ligas de México.
Tras el retiro, dice que buscó otra actividad para ocupar su tiempo, y se decidió por el comercio, ya que está en sus venas, pues sus padres son comerciantes en el mercado de La Cruz. “Mis padres han sido comerciantes toda la vida aquí [en La Cruz]. Cuando me retiro, como me gusta la cocina, me llamó la atención, y me llamó la atención poner el negocio junto con un amigo que siempre me ha apoyado en la carrera, mi amigo Japed. Él fue quien me ayudó a ponerle el logotipo y el nombre del negocio: Basketortas”.
Señala que el basquetbol es un deporte muy noble, pero que hacen falta más ligas que sean serias, pues desde su punto de vista no hay una que tenga un buen reglamento, que sea competitiva en el estado de Querétaro.
Apunta que otros deportes como el futbol tienen mayor penetración por cuestiones de mercadotecnia, y pide más apoyo a los basquetbolistas queretanos, pues hace muchos tiempo que no surge una estrella local. “Falta mucho apoyo al deporte, pero ahí depende mucho de las ligas que haya en Querétaro”, subraya.
Sostiene que sí ha pensado en abrir una academia para enseñar el deporte ráfaga a niños, pero mientras ese momento llega se encarga de su negocio. Más adelante podría abrir su escuela, pues el basquetbol ha sido su vida, es un deporte al que le debe mucho: viajes, experiencias y amigos.
A diferencia de otros deportes, Jorge indica que en el basquetbol hay mucha honorabilidad, pues entre jugadores de equipos contrarios se reconocen y se respetan, es un deporte más familiar.
“Conozco muchos amigos que a mí no me habían visto jugar, y que ahorita están metidos en el basquet y me dicen que estaban perdidos, que se iban a otros deportes, que iban solos, pero que ahora para ver un encuentro de basquetbol con sus familias. Preguntan cuándo son los partidos del equipo del estado. Sí, es un deporte más noble que otros”, precisa Jorge Luis.
Jorge agrega que la honorabilidad y el respeto al rival que hay en el basquetbol debería existir en todos los deportes. En el basquet se ve más ese corazón deportivo, a la persona que es más respetuosa de los contendientes.
Destaca que esa honorabilidad y compañerismo del deporte le ha brindado amigos a quienes aún tiene presentes y guardan contacto siempre que hay un evento importante en el deporte ráfaga.
Dice que puede ir a visitarlos y lo esperan, o en Querétaro mismo, en el negocio. Incluso pasan en sus coches y lo saludan de lejos o tocan el claxon para llamar su atención, todo gracias al basquetbol.
Añade que en su local los nombres de las tortas tendrían relación con el basquetbol, pero al final, por estrategia, se decidió mejor no hacerlo y que fuera más sencillo para los clientes elegir sus alimentos.
Jorge se prepara para cerrar el negocio. Las parrillas están limpias, todo está ordenado y es momento de que vaya a descansar y reponerse para el día siguiente, cuando regresará a su negocio, en el que todos los días rinden homenaje al deporte que le dio amigos, experiencias y una forma de ver la vida única, que saltó de las duelas a las calles, a donde no hay enemigos, hay compañeros, a quienes al final de cada encuentro se le da la mano y se le reconoce, el basquetbol.