Arturo Arias, conocido también como el payaso Ruffo, inició con el proyecto del Circo Teatro desde hace más de 12 años y asegura que es el único en su tipo en todo México.
“Antes de ser payaso fue bailarín, además de actor, y una empresa en la que trabajaba fusionó la danza con el teatro”, cuenta que así fue como empezó con la pantomima de foro; pero no era el personaje que buscaba o le llenaba, por eso, poco a poco fue formando a Ruffo, en el que suma diversas disciplinas artísticas.
“Soy un payaso multidisciplinario que ha logrado converger todo, desde la danza, el teatro, el blues performance circense y ahora con el equipo que tenemos logramos tener una compañía bien sólida en el estado”, explica.
Arturo asegura que es un clown escénico con un humor universal, ya que está dirigido para personas de todas las edades, pero él busca reivindicar el arte del circo y del payaso.
“Se ha perdido la figura del payaso, porque ahora es el payasito de ‘hola amiguitos y da regalitos’, todo eso, no está mal, pero es otro discurso, lo que nosotros queremos es dar un discurso de diferentes formas”, añade.
Destaca que tiene más de 20 años construyendo a su personaje, el cual inició en la Ciudad de México, en plazas públicas de Coyoacán, donde un colectivo llamado Cielo Abierto ofrecía las piezas que él tenía tiempo buscando, es decir, entretener a la gente con un toque urbano.
“Eso me llevó a ser el payaso de la calle, después de eso conocí a unos señores muy queridos del circo Atayde, los hermanos Caludis, Raúl y Ponchito, que nos enseñaron a hacer acrobacia,danza teatro y pantomima, nos volvimos un boom en aquellos tiempos”, recuerda.
Agrega que después de varios años llegó a Querétaro, donde se presentó primero en las plazas públicas, con el mismo acto que hacía en Coyoacán, el cual asegura, gustó a la gente; pero seguía buscando otra forma de entretener.
“En una salida a Barcelona, vi teatritos pequeños, y dije, ‘cuando regrese a México quiero uno de esos’, cuando llegué aquí estaba el Teatrito de la Carcajada, el tradicional Corral de Comedias, eran los únicos que había, pero no había teatritos como tal”, refiere.
Así es como se dedicó a buscar un lugar para iniciar su proyecto de arte y entretenimiento urbano y encontró en la calle Pasteur 32 la primera ubicación del Circo Teatro, inmueble que albergó a la compañía por muchos años, hasta que el dueño de la casa pidió el espacio.
Después, el proyecto se trasladó, por tres años, a la calle Josefa Vergara, con un pequeño teatro llamado El Fénix; era un foro de experimentación para los artistas de circo, pero el espacio era muy pequeño.
“Hasta que los encargados de esta plaza comercial me dijeron, Ruffo, vénganse para acá, hay un espacio grande que puede activar y seguimos con el discurso del Circo Teatro, haciendo obras, muchas cosas interesantes para todo el público”, explica.
Dentro de los actos que realizan, que asombran a pequeños y grandes son escenas de acrobacias aéreas, magia, iluminación y sonido, las cuales se pueden disfrutar en el patio trasero de la plaza Casa Blanca, ubicada en el centro de la capital queretana, en la calle Juárez 22 sur, frente a la Plaza Constitución.
“Ahora tenemos un espectáculo muy bonito que se llama Mascarade, es un espectáculo de danza, de baile, fusionando el circo y la danza, al final hacemos un performance de fuego (…) Tenemos trapecios, aéreos en un candelabro, asemeja bailes de sociedad con máscaras y vestidos grandes”, adelanta.
El costo del boleto para disfrutar del show es de 120 pesos para el público en general, si se compra antes de la hora de las funciones cuesta 100 pesos; la admisión es media hora antes del evento; ofrecen su espectáculo todos los días y se pueden encontrar en las redes sociales, Facebook e Instagram, como el Circo Teatro.
“No es una venta de un boleto, es una cooperación para poder reactivar el espacio, poner la carpa, ponerlo lindo para que la gente pueda venir (…) No me importa que la gente nos pague tres pesos o que vengan a dar cooperación voluntaria. Estamos creando un nuevo público y la reactivación social”, expresa.
Ruffo destaca que además de este, en el mismo espacio se impulsan otros proyectos, ya que la intención es formar un centro cultural de artistas de circo.
Es por eso que, dice, también se suma el Teatro ritual mexicano, para hacer otro tipo de actuaciones, además de las actividades y espectáculos que el circo ofrece.
Cuenta que cada uno de los integrantes del Circo Teatro se siguen preparando, algunos han conseguido becas en el extranjero para certificarse en ciertas especialidades y así poder regresar a impartir clases.
La intención, reitera, es poder ofrecer un espacio para aquellas personas interesadas en montar un proyecto o integrarse al mundo actoral, acrobático o del circo; siempre abriendo las puertas del Circo Teatro.