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Las angostas calles y vistosos andadores del Centro Histórico de Querétaro están convertidos en pequeñas pistas para quienes utilizan la bicicleta como medio transporte, lo que les permite convivir amistosamente con cientos de peatones en su camino.
Para facilitar la actividad de los ciclistas en la zona, en calles como Juárez, frente al Jardín Zenea, al igual que en varios puntos del Andador Madero y también en el Jardín Guerrero, se observa infraestructura que sirve para estacionar las bicis, las cuales únicamente se aseguran con un candado.
Moverse en bicicleta por las angostas calles del Centro ya es común, gracias a que no circulan pesadas unidades automotoras por la zona, como es el caso del transporte público.
Natalia Orta es una mujer con más de 30 años que se cubre la cabeza con una gorra y una especie de pasamontañas adaptado para protegerse del viento; llega casi todas las tardes al estacionamiento situado frente al Jardín Zenea, donde coloca un candado que protegerá a su colorida bicicleta azul cielo, la cual quedará ahí por varias horas.
La joven señala que, en su caso, prefiere moverse principalmente en bicicleta por el Centro, ya que está en muy malas condiciones la calidad de las calles del resto de la ciudad.
“Hay muchos baches por casi toda la ciudad y eso lo convierte en pasos inseguros para los ciclistas. Otro problema al que nos enfrentamos recurrentemente es que dejan cables colgando, eso me provocó una caída en una ocasión, creo que la calle donde tuve ese accidente”.
Añade que “cuando nos alejamos del primer cuadro de la ciudad ya es común enfrentarnos al problema del cableado suelto, pese a que hay ciclovías, las cuales están en muy mal estado debido a que no les dan mantenimiento”, afirma.
“Es evidente que las ciclovías están descuidadas y por eso son peligrosas, y cuando llueve son zonas todavía más peligrosas, debido a que se forman baches, los cuales llegan a ser muy profundos”, explica.
Puntualiza que ninguna ciclovía de la ciudad de Querétaro es segura para el ciclista, “por eso le pido a la autoridad que cumplan con su deber de darles mantenimiento [a las vías]”.
Adicional a ellos, Natalia comenta que es recurrente que los automovilistas no respeten a los ciclistas y lo mismo, asegura, también les sucede en el Centro, pese a que en esta zona tienen preferencia los ciclistas.
“La cultura vial de Querétaro no respeta a los ciclistas, aunque aclaro que yo como ciclista nunca he tenido un altercado de ningún tipo, pero sí me siento muy presionada por la forma en que tenemos que circular en desventaja, porque nos pitan y nos avientan el coche”.
Desde 2014 a la fecha, refiere, lleva usando la bicicleta como medio de transporte, “ya son ocho años y casi siempre recorro el Centro Histórico, casi nunca salgo de esta zona y en un caso extremo llego hasta avenida 5 de Febrero, el resto de la ciudad es muy peligrosa”.
Pese a los peligros cotidianos que se enfrentan los ciclistas en la ciudad al convivir con los automotores, resalta que la ventaja de usar la bicicleta es que se puede mirar a los ojos a todas las personas que se encuentra en sus recorridos diarios, “eso yo lo disfruto mucho.
“Andar en bicicleta es para mí un estilo de vida que disfruto. Antes tenía vehículo pero lo vendí porque no lo utilizaba, prefiero andar en la bici porque además no tengo problemas de estacionamiento”.
Añade que en el Centro de la ciudad hay varios puntos donde se pueden estacionar las bicicletas “y eso nos facilita la vida. Cada que estaciono en estos lugares mi bici le echo la bendición para que no me la roben.
“Mucha gente utilizamos los estacionamientos para las bicicletas, nunca hemos tenido problemas, nos ayudan a resolver los problemas de nuestra movilidad, yo utilizo este estacionamiento porque constantemente vengo a realizar unos trámites y de aquí me muevo a mi casa, la cual está muy cerca”.