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Actualmente es la máxima estrella de los Halcones de Querétaro, equipo profesional que participa en una liga de la que poco o casi nada se sabe, pese a que César Villaluz es un futbolista que brincó a la fama hace 17 años, al ser integrante de la selección mexicana de futbol sub 17, con la que se coronó campeón del mundo en 2005 en la justa que se celebró en Perú.
Algunos de sus compañeros en aquel equipo fueron Carlos Vela y Giovani dos Santos, quienes jugaron en equipos de la liga Premier de Inglaterra y España, mientras Villaluz —hoy radicado por cuestiones de trabajo en Querétaro— tuvo su máximo momento como profesional cuando al inicio de su carrera militó en Cruz Azul.
Al no encontrar ya acomodo en la Liga MX, donde jugó para Cruz Azul, San Luis, Jaguares de Chiapas, actualmente juega en Halcones de Querétaro, equipo con el que fue campeón en el torneo anterior en La Liga de Balompié Mexicano, competencia alternativa de futbol profesional en México, que inició en 2021 y cuenta con ocho equipos.
Halcones jugó como local el torneo anterior en la Unidad Deportiva de Cadereyta de Montes —con un aforo para mil 100 personas— y para este campeonato se mudaron a la Unidad Deportiva de La Cañada, en el municipio de El Marqués; actualmente disputan el campeonato, pero ayer perdieron en casa con los Chapulineros de Oaxaca, por un marcador de 2-4.
Un triunfo que le cambio la vida
En plática con EL UNIVERSAL Querétaro en el estadio olímpico del estado, Villaluz recuerda que le tocó ser parte de “la generación dorada”, aquel equipo de categoría de menores que ganó en 2004 el mundial cuando golearon 3-0 a Brasil, “ese triunfo a nosotros los jugadores nos cambió la vida y desde ahí se nos abrieron muchas oportunidades”.
Su gusto por el futbol, refiere, se da desde niño en el entorno familiar, debido a que su papá jugaba este deporte, “nuestra familia siempre ha sido muy futbolera y yo empecé a jugar en equipos cuando tenía cuatro años, allá en la colonia Guerrero, en la Ciudad de México, y desde ahí soñé con ser profesional porque me emocionaba al ver los partidos en la televisión”.
Por eso cuando debutó como profesional en Cruz Azul, el 2 de abril de 2006, fue un momento inolvidable, pero a la vez le regresaban los recuerdos de niño, cuando soñó jugar en un estadio de la Primera División; “en ese entonces tenía 17 años, prácticamente era un niño”.
Cuando sale de Cruz Azul, refiere que ya su carrera tomó un rumbo distinto, porque militó en equipos como Jaguares de Chiapas, donde se tenían problemas de dinero para pagarle a los jugadores.
Después de eso, la carrera de Villaluz fue en declive, ya que no pudo encontrar acomodo en equipos de la Primera División, por lo que aceptó la oferta de jugar en la Liga de Ascenso de México, “ya para ese momento no tenía estabilidad económica”.
“No he ganado ni bien ni mal” en el futbol, dice Villaluz, quien asegura que se está preparando para vivir en el futuro y no anhelar lo que hizo en el pasado, “estoy por terminar la universidad, estudio la carrera de administración de empresas”.
Agrega que también se está preparando para obtener su título como entrenador de futbol, “quiero tener un buen futuro, me gustaría ser entrenador o directivo en el futbol”.
Por los problemas que vivió desde el momento en que salió de Cruz Azul, comenta que si tuviera en sus manos el poder regresar el tiempo, jamás se hubiera ido de los cementeros, ya que por ser uno de los cuatro equipos grandes “seguramente hubiera estado en selección mayor y habría jugado un mundial”.
Comenta que ahora en esta etapa es parte de Halcones de Querétaro, “tengo una nueva ilusión, es un proyecto que va basta bien y serio, se participa en una liga que va a ir creciendo y me permite estar activo”.
Reconoce que la Liga de Balompié Mexicano empezó con muchos problemas debido a que se retiraron varios equipos que ya habían confirmado su participación, por lo que hubo falta de pagos y atrasos en los salarios de los jugadores.
“Afortunadamente, aquí en Halcones nos han cumplido lo que nos han prometido, se tiene una directiva seria que está haciendo las cosas bien para crecer como equipo”.
Dice que entrenan todos los días en el Salitre, comunidad de la capital queretana, de lunes viernes, y el torneo anterior que jugaban como locales en Cadereyta, viajaban el mismo día del partido a esa municipalidad ubicada en la zona del semidesierto, a poco más de una hora por carretera de Querétaro.
Pero ahora ya se mudaron para este campeonato a La Cañada, la cabecera municipal de El Marqués, uno de los cuatro municipios que forman parte de la Zona Metropolitana de Querétaro, “pues aquí vivimos todos”.
Refiere que todavía tiene contacto con sus compañeros que integraron el equipo que ganó la Copa del Mundo Sub 17, “tenemos un grupo de WhatsApp, por donde bromeamos, nos felicitamos, platicamos”.