Camila Gómez Rémusat decidió apostarlo todo para crear a través del chocolate una experiencia única en el paladar de los queretanos. Ella es la creadora de la chocolatería fina Perlei. El conocimiento en el chocolate, su historia, su origen y la aproximación directa con los productores le ha permitido desarrollar a través de sus conocimientos en ingeniería alimentaria un chocolate de gama alta y de edición única.
Camila comparte que la empresa de reciente creación, apenas un año dos meses, se instaló en el paladar de los queretanos generando experiencias únicas. Indica que desde el tercer semestre en la carrera tuvo contacto con el chocolate, que ahí observó que hay muchas posibilidades para emprender.
Al término de la carrera se especializó con chefs chocolateros, diplomados, estudios en el extranjero y todos sus conocimientos de ingeniería en alimentos ayudaron a que se desarrollara todo correctamente.
Además de su interés por el chocolate, es una apasionada del arte, lo que se observa no solamente en el empaque en el que se entregan los chocolates, sino en cada uno de ellos, como unos pequeños chispazos de Jackson Pollock o J.M.W. Turner, lo que brinda un deleite visual y cada pieza se vuelve única por su sabor, el relleno y la vista.
“Para mí es arte en chocolate, me encanta diseñarlos, pintarlos, cada uno es diferente y no va a salir exactamente igual”.
¿Cómo nace la idea de la decoración?, se le pregunta.
“Me encanta el arte”.
¿Pintas?
“Sí, pero por gusto, nada especial. Justo por eso, porque me encanta el arte, está dentro del empaque. De acuerdo con las temporadas, cambiando el estilo del empaque”, señala.
La microempresaria no descarta en un futuro próximo vincularse con otros artistas para realizar las piezas que acompañarán los empaques de acuerdo con la temporada.
La filosofía de Perlei es que cada sabor es una aventura, añade la empresaria. “Está diseñado para todos aquellos que son aventureros, y que tienen ganas de probar cosas diferentes, nuevas, por lo que es una experiencia desde que se observa hasta que lo pruebas. No va a haber nada igual en el mercado”.
Gómez Rémusat describe que desde pequeña siempre ha sido muy dulcera, “y me intrigaba muchísimo saber de donde salía el chocolate, cómo se procesa. En la carrera también me tocó desarrollar otros tipos de chocolate como para diabéticos y ahí si me tocó desde conseguir el cacao, procesarlo, molerlo tostarlo, refinarlo, es un proceso largo y exhaustivo.
“Yo no lo realizo actualmente, sin embargo busqué aquí en México cuáles cacaoteros más allá de ser proveedores, que la filosofía que ellos tuvieran fuera la adecuada y estuviera acorde con la de Perlei.
“Hice muchísimas pruebas de diferentes cacaos y el que me enamoró es un chocolate que viene desde Tabasco y que está certificado por Cacao-Trace, lo que quiere decir que por cada kilo de cacao que se adquiere se remunera a los cacaoteros mexicanos dignamente y además te aseguras de qué el trabajo que tienen un trabajo digno y eso es muy importante para mí”.
Añade que después de catar muchos tipos de chocolates se utilizan los tipos de cobertura amarga a 76% y blanca, se entiende que el chocolate blanco no es chocolate; sin embargo, aquí en esta chocolatería el proceso que lleva hace que no sepa ni a grasa ni sea mantecoso.