La noche del miércoles 13 de noviembre, el Cerro de las Campanas fue el punto de partida para un emotivo homenaje ciclista en memoria de Fátima Ramos Herrera, una de las víctimas de la masacre en el bar Los Cantaritos.

El frío que marca el fin del otoño y el inicio del invierno hizo eco en una noche solemne para la capital queretana.

Al menos 100 ciclistas respondieron al llamado del colectivo Saca la Bici, quienes convocaron a la rodada para honrar la vida de Fátima, una joven activista comprometida con la movilidad segura en Querétaro y que, hasta este fin de semana, fue una activa integrante de esta reconocida organización que pugna por una movilidad más justa y segura para los habitantes de nuestra ciudad.

Fátima había dedicado los últimos meses de su vida a promover el uso de la bicicleta como medio de transporte sostenible y seguro, en un colectivo que ha destacado en Querétaro por exigir a las autoridades locales cambios en la materia. Sin embargo, en esta ocasión sus compañeros pedaleaban en su nombre, trasformando este acto de protesta también en un doloroso momento de luto.

La caravana salió del emblemático Cerro de las Campanas, un lugar cargado de historia, pues fue donde el gobierno de Benito Juárez, quien tiene una estatua enorme en su honor en esa loma, acabó con la vida de Maximiliano.

La rodada también llegó a la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), donde Fátima estudiaba una licenciatura.

La ciudad es pequeña. El centro y sus calles, también. Así que 100 ciclistas generaron tránsito desde la avenida Hidalgo hasta Independencia, y todas sus calles circundantes. Los ciclistas avanzaron en un recorrido silencioso, pero lleno de significado.

El Centro Histórico de la ciudad, aunque con la clase trabajadora en los negocios, sí luce más vacía, más a las 9 de la noche, y las luces y chalecos amarillos rompieron con un clima de silencio en las calles.

La ruta atravesó el corazón de la ciudad, pasando por el Barrio de La Cruz, donde las luces de las bicicletas brillaban entre las sombras de los edificios coloniales del lugar donde se fundó la ciudad.

La masa crítica, ese grupo de ciclistas que se han organizado para pedir un crecimiento de la ciudad sostenible y que privilegie a aquellas personas que lo necesitan, bajaban junto al templo, sólo dos cuadras más para llegar al altar en honor a Fátima.

El tránsito bajaba desde esa iglesia y desde los arcos. Los conductores, algo confundidos, fueron poco a poco comprendiendo que algo pasaba ahí de nuevo. “Son ciclistas, están donde la masacre haciendo un homenaje”, señaló uno, así que no había claxonazos de desesperación.

Aquí, los ciclistas hicieron una pausa para recordar a las víctimas. Un minuto de silencio fue interrumpido sólo por el sonido de las campanas de las bicicletas, un acto simbólico para romper el ciclo de violencia que ha sacudido a la comunidad.

En este punto, Agustín Osornio, vocero de Saca la Bici, se dirigió a los presentes con un mensaje conmovedor: “Hoy pedaleamos no solamente en memoria de Fátima y José Luis, sino también de todas las personas víctimas de esta masacre que nos ha golpeado profundamente”, expresó el activista.

“Cada una de estas personas tenía una historia, un futuro y una vida que fue injustamente arrebatada”, mencionó.

Fátima había ido a recordar a su padre fallecido

El recorrido continuó por la avenida Circunvalación, donde las campanas de las bicicletas resonaron como un llamado a la conciencia social. Para muchos de los participantes, esta rodada fue más que un homenaje, se trató de un acto de protesta ante la violencia que ha tomado fuerza en Querétaro.

“Esta rodada es un acto de resistencia y un homenaje a todas ellas, a sus familias y a su derecho de vivir en paz”, añadió Osornio en su discurso.

Fátima, quien había retomado sus estudios en Administración de Empresas tras un año difícil, era conocida por su compromiso con causas sociales.

La noche del 9 de noviembre, Fátima y su prima salieron a celebrar el cumpleaños de su padre, José Luis Ramos, quien falleció en abril. Aquella salida se convirtió en una tragedia cuando el bar en el que se encontraban se convirtió en el escenario de un ataque armado que cobró la vida de 10 personas.

“Agradecemos profundamente a quienes están hoy aquí, unidas y unidos por Fátima, por José Luis y por todas las víctimas”, externó el vocero de Saca la Bici.

La manifestación finalizó con un último repique de campanas, y un llamado a las autoridades para que los recientes hechos de violencia no queden impunes.

No es la primera vez que hacen una ceremonia de luto; han colocado 44 bicis blancas por “asesinatos” viales en los que ciclistas son atropellados.

En ocasiones, los conductores huyen; a veces son camiones que atropellan a ciclistas. En otros casos son accidentes fatales en una ciudad que no ha logrado consolidar un respeto a la pirámide de movilidad. Pero en esta ocasión fue un homenaje ante un atentado de terror distinto; uno del que, al parecer, ya no podemos escapar tampoco en Querétaro, como lo ha tenido que padecer el resto del México contemporáneo.

“No los olvidaremos y que seguiremos luchando por un Querétaro donde la seguridad y el respeto nos permitan transitar en paz y libres de miedo. Cada pedaleada es un paso más hacia esa realidad que ella, Fátima, y José Luis soñaban. Que en paz descansen”, concluyó.

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