Cinthia Solís se encontraba el pasado domingo trabajando de mesera en un bar, en el centro histórico de la ciudad, cuando un par de hombres arribaron, ya con algunas copas encima, exigiendo que Cinthia se sentara con ellos a la mesa y “los atendiera como debe”.
“Llegan unos clientes, dos señores, uno de ellos muy pesado desde que llegué y cuando me dice que si me quiero sentar, le digo que yo estoy de apoyo y nada más y me decía: entonces sírveme, eres vieja, para eso sirves”, relata.
Ante diversos comentarios agresivos por parte de uno de los comensales, Cinthia le comenta a su compañero que ya no los atenderá y les pide que cubran la cuenta.
“Le digo al compañero: oye, ya no les voy a dar servicio, tu compañero anda muy tomado, mejor regresen después. Sigo atendiendo mis mesas y de lejos se escuchó: pinche perra la voy a matar. Volteo y en eso empiezo a sentir caliente, ardor y ya me había apuñalado”, detalla.
A partir de ese momento todo ha sido una travesía con mucho dolor para Cinthia, pues luego de que el hombre le encajó un pica hielo, la ambulancia tardó mucho en llegar, por lo que ella atinó a “hacer como un torniquete en la herida y eso fue lo que me ayudó a no desangrarme”.
Una vez en el hospital, canalizaron a Cinthia y le colocaron un par de tubos cercanos al pulmón, ya que el pica hielo alcanzó a perforar este órgano.
Luego de tres días hospitalizada, Cinthia recuerda con rabia que la fiscal a cargo de su caso llega a donde ella estaba internada e intenta manipularla para que desista de continuar con la denuncia con el argumento de que la herida “no fue tan grave”.
Cinthia comenta que hay un video donde se ve al hombre apuñarla, además de testigos; sin embargo, la fiscal insistió en que se arreglara todo “por fuera”.
“La fiscal me dice: mira, podemos llevar todo por fuera (argumentando que) el señor cuando se le bajó la peda estaba muy arrepentido y me dice: no se ve que sea malo el señor y le digo: ¿cómo no? Traía un pica hielo en su mochila y la fiscal insistía en que su recomendación era que se hiciera un acuerdo por fuera y que pida una reparación del daño”, expone.
Sin embargo, Cinthia asegura que no permitirá que el tema se acabe ahí, pues recurra “el odio con el que me apuñaló y me decía que me iba a matar y se metió otra persona a defenderme, sino él hubiera seguido picándome”.
El abogado de oficio que le fue asignado acudió al hospital mientras ella estaba aún bajo los efectos de la anestesia y le hizo firmar, lo que ella cree, es una orden de restricción para el agresor; sin embargo, comenta que desde ese momento el abogado no ha vuelto a contestar las llamadas.
A unas horas de haber sido dada de alta del hospital, aún con anestesia en su cuerpo y con paso lento, Cinthia acudió a la marcha feminista en el marco del Día Internacional de la Mujer, acompañada por su madre y sus tres hijos, para evidenciar su caso y exigir justicia, pues asegura que no permitirá que quede impune.