Con la llegada de septiembre aparecen los adornos patrios en el primer cuadro de la capital queretana, al igual que los vendedores que con banderas, pendones, pines, estandartes, y matracas, dan color y brillo tricolor a las calles.

Los adornos de este año, para muchos ciudadanos, no cumplen con las expectativas. “Están muy chafas”, dice una joven mujer sobre la arcada que fue colocada en la calle de Madero, entre el cruce de la avenida Juárez y la calle de Allende.

Las opiniones se dividen. Hay quienes sí lo consideran muy atractivo y vistoso, mientras que algunas otras personas lo ven como algo “sin chiste”.

A un costado de la arcada hay un código QR en el cual el visitante puede acceder a información sobre la intervención llamada “Vibraciones ancestrales”, que esta colocada ahí.

De acuerdo a la información, “es una monumental obra de arte tejida en crochet, que mide seis metros de ancho por 140 metros de largo. Creada por Lorena Ron y el colectivo de mujeres artesanas de Cielo tejido. Esta pieza refleja la rica tradición textil y cultural de México. El diseño presenta patrones geométricos de hexágonos multicolores que se entrelazan, formando un tapiz vibrante y dinámico que evoca la conexión vital de las comunidades y sus tradiciones”, refiere el texto.

Agrega que los extremos de la obra están inspirados en los bordados de hilo de la cultura indígena otomí, originaria de la región de Querétaro, incorporando motivos tradicionales que resaltan la riqueza simbólica y estética. Estos detalles al principio y al final del tejido funcionan como un marco cultural que conecta las raíces indígenas con el arte contemporáneo.

“Esta obra no solo celebra la habilidad técnica y la creatividad del colectivo, sino que también se erige como un símbolo de resistencia cultural y sostenibilidad, siendo realizada con materiales reciclados”, añade.

A esta intervención se suma la hecha en Plaza de Armas, donde un gran adorno con la frase “Viva México”, que es aprovechada por los paseantes para tomarse fotografías. En la misma Plaza de Armas el Palacio de la Corregidora luce adornos patrios con los colores verde, blanco y rojo. Quienes pasean por el lugar también aprovechan para tomarle fotografías con estos adornos patrios.

En el andador 16 de septiembre tiras de adorno tricolores dan la bienvenida a quienes por ahí pasean. Mientras que Plaza Constitución está decorada, en una parte, con cestas que lucen listones tricolores.

En tanto, a unas cuadras, en la entrada de la delegación Centro Histórico, frente al jardín Guerrero, unos rehiletes decoran en frente del inmueble y una serie de luces adorna la fachada, para en la noche iluminarse.

La última semana de agosto ve llegar a los vendedores de banderas y adornos patrios. Originarios del Estado de México los comerciantes ocupan las esquinas de las calles del primer cuadro de la ciudad y centros comerciales también.

Ofrecen banderas, listones, pendones, ropa tricolor para bebés, pines, matracas, sombreros, aretes, entre otros productos. En cada esquina hay un puesto de banderas. Eso da un colorido especial a las calles durante las semanas previas al 15 de septiembre.

Foto: Mitzi Olvera
Foto: Mitzi Olvera

Laura es una de las comerciantes que ofrece banderas en el centro de Querétaro. Su puesto está ubicado en una de las mejores zonas. Está establecido en la esquina del Andador 5 de Mayo y avenida Corregidora. Un menor, acompañado de sus familiares, se acerca a preguntar por algunos productos llamativos del puesto. Todos se retiran sin haber comprado nada. “Las ventas aún están flojas”, dice la vendedora. Confía en que en unos días mejoren. La acompaña una de sus hijas. La menor tiene escasos cinco años.

La mujer dice que tiene 25 años vendiendo banderas, aunque reconoce que siempre como empleada. No es dueña del puesto, por lo que recibe un sueldo por atender el puesto, en el cual pasa 20 días hasta el 16 de septiembre. Terminado el desfile militar comienzan a recoger los puestos, para luego regresar a sus lugares de origen.

La jornada comienza a las ocho de la mañana. Sus alimentos los consume en la calle. Buscan en dónde comer, pero sin descuidar el puesto. Además, tienen que cuidar de las menores que vienen con ellos, pues no pueden dejarlos en sus casas tanto tiempo solos.

Añade que ella también elabora parte de los productos que vende, pero que le pagan muy poco por hacer estas piezas. Pone como ejemplo unos muñecos que son ofrecidos a la venta en 65 pesos, pero a ella le pagan sólo dos pesos por cada uno.

Vender en Querétaro, viniendo desde otra entidad, trae diferentes incomodidades, pero la necesidad de ganarse la vida los mantiene en la ciudad por 20 días, lejos de sus familiares y de sus hogares.

Otro vendedor, muy cerca de ahí, comenta que las ventas aún no despegan. Lo achaca a que aún es pronto en el mes y las fiestas patrias están a dos semanas. Hasta la fecha lo que más ha vendido son las banderas, que van desde los 20 pesos, hasta los 280 las más grandes.

Una pareja de mujeres mayores se acerca a su puesto. Observa los productos, ven aquí y allá y se retiran. Las ventas podrían mejorar en unos días, confía el joven que también deja su casa en el Estado de México para vender banderas en Querétaro y exaltar el fervor patrio.

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