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La pareja de adultos mayores se acerca hasta el puesto de banderas y adornos patrios que atiende Carlos Nicanor Eleuterio a un costado de la fuente de Neptuno, en la esquina de las calles Madero y Allende, en el primer cuadro de la ciudad de Querétaro. Compran un vestido blanco con detalles verdes y rojos, para una niña, probablemente su nieta.
Carlos es de los muchos vendedores que en este mes llena de lábaros patrios las calles queretanas, contagiando el fervor nacionalista a la ciudadanía.
El joven, originario de Toluca, Estado de México, dice que llegó a Querétaro desde el pasado 15 de agosto, junto con un grupo de comerciantes que llega a vender banderas, pendones, vestidos, rebozos, pines, tambores, y otras artesanías con motivos patrios que se elaboran en la capital mexiquense.
“Ya llevamos ratito aquí, como unos 20 años vendiendo adornos patrios. Somos trabajadores”, indica Carlos.
Por las calles queretanas ya se respira el ambiente patrio, aún será diferente, como lo fue en 2020, por la pandemia de Covid-19. El año pasado todos los festejos públicos se cancelaron y sólo se celebró un Grito de Dolores, en Plaza de Armas.
Este año, muchos municipios ya anunciaron que no habrá celebraciones por la Independencia de México. Además, las autoridades de Salud han pedido a la ciudadanía no realizar reuniones masivas el 15 de septiembre.
Un joven quien se acerca al colorido puesto. Observa y pregunta el precio de varios artículos. Se retira.
Carlos dice que las ventas hasta finales de agosto y principios de septiembre están tranquilas. Recuerda que el año pasado estuvieron mejor, empezaron con más intensidad.
Los aparadores y las tiendas lucen adornos tricolores, así como motivos patrios, como los pendones con el Escudo Nacional. Las calles tienen la iluminación instalada por el gobierno municipal de Querétaro, y en casi cada esquina hay puestos de banderas.
“Lo que más se vende son las banderas, rehiletes, escudos. A los niños les gustan las trompetas, los juguetes de madera”, comenta el joven.
Carlos comenta que durante su estadía en Querétaro se queda en una casa en Juriquilla; la comida la compra en los negocios cercanos a donde se instala para vender.
Agrega que el resto del año se dedica a las ventas de acuerdo a las fechas, como el 14 de febrero o el 10 de mayo. Aunque durante medio año se dedican a elaborar las banderas.
“Hay que comprar tela, cortar, coser, pintar el escudo, sellarlo, plancharlo. Depende del tamaño de la bandera es el tiempo que se tarda en hacerse, aunque sí es tardado, porque hay que cortar y sacar medidas de las banderas. Todas las banderas se lleva casi medio año hacerlas”, asegura.
Precisa que la tela con la que se hacen las banderas es china, aunque toda la manufactura es mexiquense. También, en la ciudad de Toluca, se elaboran sarapes y blusas bordadas.
El joven dice que el adorno que más le gusta es la bandera mexicana; así como las fiestas patrias.
Narra que el 15 de septiembre es el último día que vende. Terminando, recoge su puesto y entre todos los comerciantes cenan algo, para al día siguiente emprender el camino a casa, en donde lo esperan sus papás y su hija de dos años.
Carlos continúa con la venta de productos para las fiestas de septiembre. En pocos minutos se acercan más clientes a su puesto. Algunos se deciden por algunos productos. Otros sólo preguntan los precios.
Los puestos de banderas también se pueden encontrar en las entradas de centros comerciales. Es una ola tricolor que invade las calles queretanas, aunque las condiciones sanitarias y económicas no sean las óptimas para conmemorar el inicio de la independencia.
La pareja de adultos mayores que compró un vestido infantil observa otros artículos mientras Carlos coloca la prenda en una bolsa de plástico. Les da tiempo para que puedan observar entre los pines, prendedores, moños para el cabello y banderas de escritorio. Toman otro producto y paga el total de su compra.
“La gente ha estado triste. Hay que celebrar aunque sea en casa. Después de todo lo que hemos pasado merecemos un poco de alegría”, dice el vendedor toluqueño.
