Con ilusión y fe, los niños comienzan la cuenta regresiva para la llegada de los Reyes Magos. Se preparan para el evento escribiendo sus cartas para estos míticos personajes y el lugar donde lo hacen son las oficinas de Correos de México, en donde los buzones mágicos esperan que los pequeños depositen sus cartas.

Los niños acuden a la convocatoria hecha por Correos de México, que desde hace 16 años se sumó a esta iniciativa que se lleva a cabo a nivel nacional, en estas fechas para que los menores escriban a los Magos de Oriente, quienes de acuerdo a los textos bíblicos, llevaron oro, incienso y mirra a Jesús de Nazareth cuando era un recién nacido, y que fueron guiados por una estrella hasta su pesebre ubicado en Belén.

Por ello, en Querétaro en las oficinas de Correos de México, ubicadas en la calle de Arteaga, los niños llegan para escribir su carta y dejarla en alguno de los buzones mágicos que se instalan para tal fin.

Los menores son acompañados de sus madres o abuelas, quienes buscan preservar la siempre importante tradición epistolar, en estos tiempos de redes sociales y videos. Acercar a los chicos a las oficinas de correos y mostrarles esta forma de comunicación es importante para su preservación, más allá de sólo enviar paquetes o recibir facturas y publicidad, pues les acerca a algo que ya no es tan común el día a día.

Las madres y abuelas observan con atención a los menores escribiendo sus cartas con sus peticiones particularies. Les miran con una sonrisa, quizá recordando los años en los cuales ellas esperaban a los mágicos visitantes con la misma ilusión, esperando la muñeca, el juego de té, la cocinita, juguetes que ahora podrían parecer políticamente incorrectos, pero que en el pasado era con los que jugaban la mayoría de las niñas.

Una menor llega acompañada de su madre, quien paga los 25 pesos que cuesta la carta y el sello postal para hacer llegar la carta a los Reyes Magos. La niña, de unos seis años, se sienta en una de las mesas con papel azul. Comienza a escribir sus peticiones a los Reyes. Luego pone su dirección y pega el timbre postal. Coloca la carta en el buzón mágico y sonríe. Tras una semana recibirá una respuesta de los Magos de Oriente en su domicilio, vía correo.

Los buzones mágicos fueron colocados en todas las oficinas de Correos de México en los 18 municipios del estado, para que todos los niños de Querétaro puedan enviar su carta a los míticos personajes y puedan cumplir con sus deseos.

La madre de la menor ve a su hija durante todo el proceso. “Es algo bonito. Te hace recordar cuando eras niña y hacías lo mismo. No podías dormir de la emoción, de que la noche del 5 de enero para amanecer el 6 ibas a tener tus juguetes”, dice la mujer de no más de 35 años.

Acepta que la tradición de escribir cartas se pierde con el tiempo. Soltar globos también, por cuestiones ambientales, se deja de lado, señala. Pero la forma tradicional es una opción, pues nada como una carta.

“En estos tiempos, con tanta tecnología, que los niños sepan escribir una carta, que vean cómo es el proceso, que es lo que les enseñan aquí, es importante. Quizá nunca vayan a mandar una carta en sus vidas, pero que sepan cómo era el proceso y que vean cómo se comunicaba la gente antes”, agrega.

En los evangelios católicos sólo en el de Mateo se menciona a los Reyes Magos, como Magos de Oriente, aunque no dice el número de los mismos. Menciona que visitaron al rey Herodes, a quien le dijeron que siguiendo una estrella conocerían al rey de los judíos. Herodes, temeroso de perder el poder, les dijo que cuando lo encontraran regresaran y le dijeran el lugar para ir a adorarlo, aunque quería asesinarlo. Los Magos, alertados en sueños, regresaron a su lugar de origen por otro lado.

Se dice que las reliquias de los Reyes Magos se encuentran en la catedral de Colonia, Alemania, lugar donde son adoradas por los católicos.

Sobre su origen, la mayor de los especialistas coinciden en que los personajes mencionados habrían sido originarios de Babilonia, en el actual Irak, y más que reyes o magos, eran astrónomos que interpretaron un fenómeno astronómico inusual, como una señal de algún evento importante.

Más allá de los cuestionamientos sobre su existencia, número y origen, para los niños su existencia no está en duda. Siempre cumplen con sus deseos y peticiones, no fallan año tras año y a veces, aún de adultos, no falta quien voltee al cielo nocturno y vea las tres estrellas alineadas en el firmamento y creo que son esos tres Magos de Oriente que en sus bolsos llevan oro, incienso y mirra.

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