Querétaro, Qro.-
“Cuando empecé en esto se malinterpretó, decían que estaba yo dando tubo, que era yo una teibolera, que era una loca”, dice Judith quien lleva más de 18 años como maestra de pole dance, actividad que pide no confundir con lo que se hace en un table dance.
El pole dance subraya “sirve para que las mujeres se levanten cuando tienen un autoestima baja, también para que dejen de ser doñas y se vean más juveniles, con una imagen más sensual”, dice.
Conocida por sus alumnas como “Miss Moon” y la primera que abrió una academia en Querétaro de esta actividad, subraya que el pole dance sirve para que las mujeres tengan seguridad y se eleve su autoestima.
“Quienes toman clases conmigo aprenden a bailar y hacer figuras en tubo y también a utilizar la silla”, enfatiza Judith, quien refiere que para incursionar en esta actividad primero tuvo que aprender danza, música y tomar clases de teatro.
“Tengo licenciatura en ballet clásico y me dediqué en un tiempo a participar en coreografías en pole dance, pero también estudié danza contemporánea, jazz y teatro y después de tener todas estas bases me dedico de tiempo completo al pole dance y hoy es una actividad muy practicada, hay escuelas por todos lados; sin embargo, yo fui la inspiración de muchas en Querétaro para que lo practicaran”, comenta.
Si bien, Judith reconoce que en Querétaro ya es una actividad muy práctica, el pole dance sigue siendo para muchos sectores de la sociedad “algo que les da miedo”, debido a que se confunde con quienes practican el baile en el tubo, en los llamados table dance, establecimiento en donde se observan desnudos.
“Hay personas que todavía tienen miedo de tomar clases de pole dance, pero es porque no tienen ni idea de lo que es esta actividad, pues cuando empecé, se malinterpretó pues decían que estaba yo dando tubo, que era una teibolera, que era una loca. Pero quienes la practican tienen una vida increíble con una buena actitud”, asegura.
La maestra, sonriente y acompañada de un par de sus alumnas, cuenta a EL UNIVERSAL Querétaro que esta actividad sirve para ayudar a las mujeres con baja autoestima “mi trabajo es que se valoren, que se quieran, pero sobre todo que se vean más juveniles”, asegura.
“Dejarse de verse doñas, es una frase que tengo para las señoras ya que después de que se casan ya no se divierten, ya no salen, tienen esposo e hijos, cuando lo que se busca es que tengan un equilibrio de vida, lo cual lo pueden lograr con un tubo, con un baile, con una silla, con su cuerpo, para que mejoren su actitud, a fin de que desarrollen una actividad tan especial para ser ellas nuevamente y dejen de ser doñas”, expresa Judith.
Pole dance, reitera la experta, es el baile en el tubo, y sirve para que las mujeres tengan mayor confianza en sí mismas, “primero es para que ellas se rían, se la pasen bien y se sientan personas seguras de sí mismas y se identifiquen con una personalidad sensual”.
Para lograr éxito arriba del tubo, subraya, se necesitan ganas, sin importar la edad que tengan, pues la condición física requerida se va adquiriendo poco a poco y con mucho trabajo, “pues como maestra tengo la paciencia para que mis alumnas se vayan poco a poco incorporando a realizar a esta actividad, por eso es muy importante que no falten a las clases”.
Para quienes incursionan en el pole dance, explica Judith, es básico trabajar ejercicios de elasticidad, movilidad, “es básico hacer muchas lagartijas, sentadillas, claro que es difícil, pero ese el reto para quienes llegan a esto, lograr que aprendan. Se necesita disciplina y constancia en pocas palabras”.
Dedicarse a esta actividad como maestra, dice que nunca lo vio como una oportunidad de negocio, de abrir una academia, “sino en verdad es amor al arte, porque soy de Querétaro, aunque aprendí pole dance en la Ciudad de México”.
Sus alumnas, asegura, bailan con sentimiento debido a que también se dan consejos, pues refiere que antes de ser instructora de esta actividad fue maestra de danza en diversos colegios, a nivel preparatoria y secundaria, “también me han llamado para preparar a las participantes de los concursos de belleza junto a Lupita Jones, tengo llamados en programas de televisión”.
Antes de que se diera la pandemia, refiere que también se le contrataba para amenizar bailes en despedidas de solteras, “donde únicamente asisten mujeres que requieren que se les amenice la fiesta con el baile en el tubo, también hago monólogos, les enseño a bailar, todo con la ideas de que se rían y se diviertan”.
Judith presume que tiene 48 años de edad, pero también subraya que el pole dance le ha permitido mantenerse en forma, con una buena condición física para subirse al tubo y hacer figuras desde ahí y también para bailar con destreza y rapidez, pero a la vez verse con una estampa más juvenil.
“A mí me gusta decir mucho la edad que tengo, debido a que soy una mujer transparente, pero también para levantar el ego de muchas mujeres y se decidan a practicar pole dance y a la vez ser mujeres muy seguras de sí mismas”, comenta.
En la parte familiar, dice, es una mujer que ha logrado sus metas gracias al apoyo de su esposo e hija de 20 años, pues “ellos saben que esto es mi pasión”.