Los comerciantes y microempresarios de Querétaro sobreviven a la contingencia sanitaria a pesar de las bajas ventas y la aplicación de diversas medidas sanitarias. Sin embargo, la disminución de clientes no es su único problema, también se enfrentan a los dueños de los locales, que en muchos casos se muestran implacables y exigen la renta completa, sin importarles la crisis económica.
Magdalena tuvo que cerrar definitivamente su negocio de botanas en el Centro Histórico, debido a que las bajas ventas no le permitieron seguir con el cumplimiento de contrato.
Antes de cerrar definitivamente, la microempresaria dialogó con el arrendador del local donde trabajaba y le explicó que era imposible entregarle la renta de 24 mil pesos mensuales; le propuso diversas formas de pago y distintos acuerdos para sobrellevar la crisis económica, pero no tuvo respuesta.
Magdalena comparte con EL UNIVERSAL Querétaro que desde que iniciaron las medidas de distanciamiento social en Querétaro, sus ventas bajaron estrepitosamente, aunque de por sí —comenta— el 2020 inició con muy mala economía en lo general.
“Todo estaba el corriente, enero salimos con pocas ganancias, pero se pagó la renta completa, en febrero nos las vimos más negras, porque ya no tuvimos ganancias, sólo salió para la renta, en marzo ni siquiera completamos para la renta de abril, fue en este punto cuando comenzaron a decir que la gente tenía que estar en sus casas, la afluencia de gente que esperábamos para seguir con el negocio no la tuvimos.
“Las ventas bajaron horriblemente, vendíamos 300 pesos en un día, cuando nuestras ventas normales eran de 900 pesos, el negocio se tuvo que cerrar, yo le expliqué al señor que no podía pagarle, que no me negaba pero que no completaba esa cantidad, le ofrecía pagarle 10 mil pesos y que se quedara con el depósito que le di inicialmente para cubrir la siguiente renta, pero no tuve ninguna respuesta de él. Me dejan avisos de cobranza extrajudicial, vivo hostigamiento, me amenazan con embargarme. Hay muy poca empatía en todo esto”.
Proceso judicial. Aunque Magdalena esperaba un gesto de solidaridad de parte del arrendador, lo único que obtuvo fue un proceso legal por imcumplimeinto de contrato, el dueño del negocio le exige la renta mensual, más otros dos meses de penalización por abandonar el contrato, cantidad que ronda los 72 mil pesos.
“Necesitamos el apoyo de las autoridades, muchos comerciantes tendremos que llegar a juicio para resolver estos problemas, no nos estamos negando a pagar, no tenemos la solvencia para cubrir esa responsabilidad, he escuchado que otros ‘renteros’ hacen descuentos de 40% o 50% durante esta contingencia, pero también hay personas abusivas”.
Con su negocio cerrado, la emprendedora continúa vendiendo a través del número 442 721 2846, en la página de facebook La Qro Papa y en la calle Hidalgo #175.
Desgraciadamente el caso de Malena, como la llaman su familia y amigos, no es el único.
Alfonso González Hurtado, presidente de la Asociación de Locatarios Establecidos del Centro Histórico, detalla que debido a la contingencia sanitaria, 90% de los negocios en el primer cuadro de la ciudad se mantienen cerrados, y la mayoría de los locatarios tienen el mismo problema financiero con las personas que les rentan los locales.
“Los locatarios están entre la espada y la pared, porque tienen que pagarle a sus empleados además de pagar las rentas de sus locales. Tristemente muchos dueños de negocios no están entendiendo la situación y te están pidiendo su renta, algunos te hacen un 20% de descuento, pero no están apoyando al comerciante. Eso es preocupante, quieren sus rentas casi casi completas, aunque es entendible, tal vez ellos también viven de sus rentas, pero esa es la preocupación más grande de los comerciantes, pagar las rentas de los negocios.
“Sólo 10% o 15% de los dueños de locales da alguna facilidad de pago, pero la mayoría no se están poniendo la camiseta. Hemos registrado hasta 90% de los negocios cerrados en el centro. Las pérdidas han sido de 90%, eso genera déficit de rentas, insumos, sueldos”.
Alfonso González señala que del total de negocios en el Centro Histórico, 30% son establecimientos de comida, donde sólo se permite vender para llevar, por lo que muchos de estos restaurantes y cafeterías han decidido cerrar.
La mayoría de los locatarios espera que en algún punto se reactiven las ventas y que no tengan que esperar a que la contingencia termine completamente. Si pueden volver a sus negocios durante el próximo mes tardarían tres meses más en recuperar sus pérdidas, pero la situación se prolonga, la recuperación sería mayor a los 6 meses.
“Si logramos convencer a la autoridad de que los negocios abrieran el 1 de junio con medidas estrictas de sanidad, con un empleado por tienda, si nos comprometemos a trabajar en esas medidas, podríamos recuperarnos en un par de meses, pero si se alarga durante todo junio, ni en seis meses muchos negocios podrían recuperarse, y más de 500 o 600 negocios tendrán que cerrar sus puertas”, dice.