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A sus 27 años, Héctor Eduardo Cid Luna creó, con dedicación y muchas horas de estudio, un dispositivo que permite ahorrar combustible regenerando el calor que se pierde en los vehículos. El invento, en proceso de patente, promete ahorrar hasta 12% de combustible, en condiciones óptimas de funcionamiento.
Licenciado en Tecnología por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y estudiante del doctorado en Ciencias de la Tierra, explica que el dispositivo termoeléctrico capta el desperdicio de energía del motor, a través del calor, para convertirla en energía eléctrica y reintegrarla a ciertos procesos del automóvil, y que sea usada en ciertos procesos del funcionamiento del vehículo.
“El objetivo es hacer más eficiente el uso de la energía en el automóvil, porque 60% de la energía que usa el motor se desperdicia en calor, se libera a la atmósfera. Entonces, pensando que se desperdicia más calor del que se ocupa, nos propusimos desarrollar un sistema que pudiera aprovechar este desperdicio.
El núcleo de todo este sistema es una placa termoeléctrica, que transforma el calor directamente en energía eléctrica, es un transductor (elemento que convierte cierta manifestación de energía en otra diferente). Nosotros hicimos un diseño, adaptamos toda esta placa y algunos otros aditamentos para que simplemente ‘pegando’ la placa termoeléctrica al motor, podamos generar energía eléctrica continuamente”, indica.
En un cubículo del Centro de Geociencias, en la UNAM Juriquilla, Héctor explica que esta energía recuperada se va hacia el bombeo de gasolina y la compresión del aire acondicionado, porque estos dos sistemas hacen uso del motor, tienen una derivación en la biela principal del motor. Si se le ayuda a que trabajen con la energía recapturada, se hace que el motor trabaje menos para esos sistemas y ahorre gasolina.
“Dependemos un poco del calor en el motor porque tiene variaciones, no es continuo, porque cuando lo prendes está frío y este sistema, en ese momento, no está generando energía, pero conforme se empieza a calentar, cuando hay algunos picos de energía térmica, ahí es cuando hace su trabajo con mayor eficiencia, alcanzando picos de hasta 12% de reducción en consumo de gasolina. Esos picos son muy pocos, pues estamos en promedios de 5% y por abajo en 3%”, asevera.
Explica que para lograr la máxima recuperación de energía, trabaja en conjunto con la Universidad Politécnica de Querétaro (UPQ), para tratar de que esos “picos” de recuperación sean los más, que se mantenga un alto porcentaje de eficiencia.
Señala que esperan lograr el registro de la marca y la patente del producto, para poder sacarlo a la venta este mismo año.
La investigación de Héctor cobra mayor importancia debido a la crisis de abasto de combustibles que registró el país durante enero pasado, aunque su trabajo comenzó desde 2015, tomando en cuenta la investigación previa, además de la investigación científica, para hacer más eficiente la placa termoeléctrica. Ya propiamente implementando en automóviles el dispositivo tiene desde 2017.
La sustancia clave
La placa está hecha de semiconductores, además de hacer uso de grafeno, material novedoso, descubierto apenas en 2010, y cuyos descubridores ganaron el Premio Nobel, porque es un material que tiene propiedades muy especiales en lo referente a la conductividad térmica y eléctrica.
“Ya cuando egresé de la Licenciatura me puse a pensar en cuáles son las necesidades a nivel nacional, que es la energía, y haciendo uso de mi experiencia con grafeno, hicimos match entre esa necesidad y ese material, y logramos subir la eficiencia de las placas termoeléctricas. Prácticamente uno de los componentes importantes de estas placas es el grafeno”, asevera.
Señala que la placa termoeléctrica se instala en los tubos de escape del automóvil, una de las zonas que puede alcanzar temperaturas de hasta 900 grados, y simplemente por contacto, pegándolo, se instala el dispositivo. Luego se instala el cableado, que es en donde se genera la energía eléctrica, que va a un motor que apoya en la compresión del aire acondicionado y el flujo de la gasolina.
Agrega que ya tuvo acercamientos con algunas firmas automotrices para mostrar el proyecto y los beneficios de la placa diseñada, pero no ha tenido “la respuesta que esperábamos”.
El objetivo de este producto, dice, es que con el mismo automóvil, sin necesidad de cambiarlo, se pueda tener un ahorro en la gasolina, con una inversión mínima, pues el costo del dispositivo es de 3 mil pesos, pero es hecho a mano, es uno a uno, y cuya manufactura está a cargo de él mismo.
Héctor puntualiza que pronto, junto con su socia, Ana González, espera registrar la marca, para comenzar la producción de este dispositivo que además de ayudar al bolsillo de la población, beneficiará al medio ambiente, pues reducirá la quema de combustibles fósiles.