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Las tiendas departamentales acaparan el mercado papelero en esta temporada de regreso a clases, pues lanzan promociones desde meses antes, además de la capacidad económica de las mismas les permite comprar más barato, explica Ulises Noé García Martínez, quien atiende la papelería que su familia abrió hace 20 años en el barrio de La Cruz.
Recuerda que antes los padres de familia acudían a las papelerías a surtir las listas de útiles escolares. Actualmente el comercio no se surte con más mercancía, pues las ventas son como cualquier otra época del año.
La papelería que atiende Ulises se ubica frente a una primaria, lo que le da cierta ventaja frente a otros locales de este tipo en la zona, pues por cualquier cosa, los padres de familia acuden para comprar algún material que les hace falta a lo largo del año.
Sin embargo, en esta temporada las ventas no suben, se mantienen en el promedio general del resto del año, cuando antes sí acudía la gente a comprar los útiles escolares con ellos.
“Las tiendas departamentales hacen una campaña muy previa. Antes de que salgan de vacaciones del ciclo anterior al inicio de este, ellos ya iniciaron con sus ventas, con sus ofertas, además de que su capacidad económica que tienen estas grandes empresas demerita un poco, porque ellos compran en masa. Nosotros tenemos que comprar en menor escala, lo que nos eleva los costos en traslado, en operación. Ellos ponen otros precios en algunos productos, pero la oferta hace que se vea interesante.
Ha cambiado mucho la venta que se hacía hace algunos años en estas temporadas, porque la gente venía directamente a las papelerías a surtir su lista. Ahora no. Ahora van a las tiendas departamentales, aunque gasten más por comprar una cantidad de material que no necesiten, pero es más cómodo también por la forma de pago con las tarjetas, lo que nos deja en desventaja, porque a nosotros nos cobran las comisiones, y ellos cobran la comisión”.
Señala que ellos, como papeleros ya no se preocupan por surtirse con gran cantidad de mercancía para estas fechas, porque saben que las tiendas departamentales ya los tienen y ahí es a donde va la gente a comprar, por lo que optan por un inventario “normal”, a sabiendas que si compran de más se va a quedar ese producto durante mucho tiempo.
“Las ventas antes, puedo decir, que aumentaban en un 500, 600% en estas fechas, en comparación de las ventas diarias, en otras temporadas, y ahorita se mantienen como si fuera un día común”, indica.
En la papelería de Ulises hay todo tipo de material que le piden a los niños en este regreso a clases, desde cuadernos, hasta juegos de geometría, pasando por lápices de colores, plumas, sacapuntas, gomas, ábacos, entre otros muchos artículos que a lo largo del ciclo escolar necesitarán los estudiantes.
Comenta que les ha sido benéfico estar frente a una escuela, pues las ventas a lo largo del año están aseguradas. No así a muchas otras que se ubican a una distancia mayor de los centros educativos y que por la misma competencia de otras tiendas tuvieron que cerrar.
Algunos padres de familia, dice, cuando les entregan la lista de útiles, por comodidad y confianza, llegan con sus listas para que ya tengan surtido ese producto que pedirán en la escuela.
El negocio de la familia de Ulises está lleno de productos que, dice, nunca pasarán de moda, como las monografías y las biografías de personajes históricos y que aún siguen pidiendo en las escuelas.
En un mueble están las monografías cuyos temas son variados. Hay desde actividades económicas, la Independencia de México, hasta de la reproducción humana. Ulises explica que a pesar del internet y el acceso a la información a través de computadoras y dispositivos móviles, mucha gente prefiere aún las monografías para hacer las tareas.
También las biografías “de carita” no pasan de moda y las siguen buscando los estudiantes. Personajes tan diferentes como Heródoto y Hitler, son buscando por los alumnos a largo del ciclo escolar.
“Otro clásico es el mapa de la República Mexicana con división política y los nombres de los estados”, dice Ulises. También lo está sin nombres, para que los niños aprendan a identificar cada estado del país.
Los paquetes de plastilina no pueden faltar, útiles para hacer las maquetas o manualidades que irremediablemente terminaban derretidas si se dejaban al sol por mucho tiempo.
Otro producto que no pasará de moda es la tabla periódica de los elementos, con sus colores vistosos y nombres que a más de un estudiante causan dolor de cabeza tratando de memorizar.
El joven papelero agrega que poco a poco llegan productos provenientes de China, pero que se nota que la calidad no es la mejor. Hay marcas mexicanas, indica, que son las que ellos compran, pues a lo largo de dos décadas en el negocio saben identificar los productos que son de calidad.
Una mujer, ataviada de negro, entra al negocio y ve hacia un muro. Busca una bolsa para regalo. Al no encontrar del tamaño que buscaba o una que le atrajera, sale de la papelería. Es un día normal.