Querétaro, Qro.

A sus 53 años, Eulalia Barrera García nunca imaginó que podría autoemplearse en el cuidado de abuelitos, y que en eso encontraría su máxima felicidad. Ella es una de las pocas personas en Querétaro que cuenta con la certificación oficial en Profesionalización de los cuidados de la persona adulto mayor, avalada por la Secretaría de Educación Pública (SEP).

A través de la certificación, actualmente Eulalia recibe un sueldo por acompañar al adulto mayor, según se requiera.

“Es una gran oportunidad para las personas que buscan autoemplearse, pueden capacitarse y trabajar como cuidadores del adulto mayor porque es una necesidad real, hay muchas personas mayores que necesitan un compañero que esté con ellos y los ayude en sus actividades diarias, que los escuche”, detalla.

Problemática familiar

Aunque es ingeniera de profesión y ejerció durante varios años; también optó por capacitarse en temas de cuidado del adulto mayor; tomó cursos y talleres hasta que obtuvo la certificación oficial.

Fue en su ámbito familiar donde Eulalia identificó que los adultos mayores necesitan un acompañamiento mayor del que usualmente tienen; al ser muy cercana a su suegra, detectó que los abuelitos de cada familia tienen una gran necesidad de sentirse acompañados día a día, situación que muchas veces no lo permite la dinámica laboral de cada familia.

Así fue como decidió capacitarse sobre los cuidados requeridos por los ancianos; asistió a conferencias y talleres, no sólo sobre cuidados básicos, también sobre manualidades, psicología, y demás aspectos que podrían ayudar a mejorar la estancia de un abuelito o abuelita.

Finalmente optó por inscribirse al proyecto Profesionalización de los cuidados de la persona adulto mayor, impartido por la Fundación Vive Mejor, de la que obtuvo la certificación avalada por la SEP.

Eulalia comparte con orgullo que ser cuidador de un adulto mayor es mucho más que sólo estar presente y supervisarlo, sino que se trata de acompañarlo, escuchar lo que tenga por contar, ayudarlo en actividades básicas como su limpieza personal o alimentación y realizar actividades de esparcimiento.

“Yo me capacité para ir a sus domicilios, a ayudarlos en sus necesidades, desde cuidados -si está en cama-, o cuidados para moverse a hacer su tareas en bancos, compras, labores en el hogar, leerles; actividades que los distraigan, todo lo que tenga que ver con su cuidado. Ya estoy trabajando con mi primer paciente, una personita enferma que requiere cuidados y acompañamiento en casa, me entrevisté con ella y vimos que había química entre nosotras y comencé a trabajar en esto. La familia me dice qué días me necesitan en casa, y con ellos también vemos lo de mi pago”.

“Ser cuidador de un adulto mayor no es lo mismo que cuidar a un niño, cuidar a un adulto es más difícil, anímicamente y físicamente, encontrar sus emociones qué es lo que quieren hacer”, analiza.

Confiesa que nunca imaginó encontrar tanta dicha al encargarse del cuidado del adulto mayor, pues dice, es una de las satisfacciones más grandes de su vida.

“Es una gran experiencia, algo que me llena de satisfacción y de orgullo, saber que estoy ayudando a una persona y que además esto se convierte en mi trabajo, es maravilloso. Yo pensaba que a esta edad no podía hacer nada, pero me di cuenta que puedo hacer de esto mi trabajo, que me servirá económicamente y que hay gente que necesita este servicio y que yo puedo brindarlo, esto me hace muy feliz”.

“Yo observaba cómo los adultos mayores están solos, que no tienen apoyo de las familias, que ellos salen y se mueven en transporte público para hacer sus actividades, y también noté que ellos se sentían solos, les faltaba un amigo, un compañero; yo noté eso mismo con mi suegra y fue ahí cuando dije ‘hay que hacer algo’”.

En su experiencia, Eulalia percibe que las personas adultas son las que más se interesan en aprender cuidados del adulto mayor y que los jóvenes aún se mantienen alejados de esta problemática.

“Los jóvenes que se capacitan sobre esto son muy pocos, sí hay, pero son pocos, y los que buscan aprender de esto es porque tienen algún familiar al que tienen que atender, aún no lo ven como una forma de autoempleo”, atiza.

Cuidadores en territorio estatal

Por otro lado, Gabriela Espinosa, directora de programas sociales de la Fundación Vive Mejor, señala que dicho proyecto de capacitación busca dar solución a un problema real, la falta de atención hacia los adultos mayores.

“Para nosotros el tema del adulto muy importante en la agenda, trabajamos en la certificación de cuidadores que puedan autoemplearse a partir de cuidados profesionales del adulto mayor, que puedan atender a esta población vulnerable con las mejores prácticas y que además puedan recibir un ingreso”.

“Este año, a pesar de la pandemia, pusimos en marcha un proceso de certificación para 20 cuidadores en Querétaro y algunos incluso ya están autoempleándose de esa forma, como es el caso de Eulalia; en Amealco tenemos un proyecto similar y queremos certificar a 30 cuidadores y cuidadoras, queremos que los hombre también se perfilen y se involucren en el cuidado de los adultos y que todo se haga de una manera profesional, certificada y segura”, afirma.

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