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“Soy amante de los animales”, así se define Daniel Parra, un manejador de serpientes a las cuales diariamente acaricia y les quita el estrés y la agresividad. Este tipo de especies son elementales para la preservación del medio ambiente.
Con el ejemplar en mano de una pitón bola de ochos meses de edad —cuyo precio en el mercado es de 5 mil pesos—, Daniel explica a EL UNIVERSAL Querétaro que cualquier serpiente es tranquila, “lo que pasa es que muchas personas llegan a molestarlas. Cuando se estresan empiezan a dar mordidas y el estrés se da porque los aprietan o se hace ruido muy fuerte frente a ellas.
“Esta pitón bola puede llegar a crecer dos metros como máximo en un periodo de dos años y medio, aunque todo depende de la alimentación que tenga el ejemplar.
“Cualquier animal puede ser peligroso, te hablo desde un perro hasta una serpiente, pero yo me dedico a manipular este tipo de animales, pero sin provocarle un daño al ejemplar, en este caso le presto las serpientes a las personas, pero les doy la indicación de no apretarlas, tampoco pellizcarlas”, explica.
Hay ejemplares más tranquilos que otros en el caso de las serpientes, “pero nunca vamos a poder domesticarlos, ya que su instinto agresivo siempre va a estar activo”.
Para manipularlos, Daniel dice que diariamente hay que trabajar con ellos, “estar agarrándolos, sacarlos al sol, todo esto en un periodo que va de 15 minutos a una hora, para que no esté estresado”.
“Este ejemplar me aprieta, siento sus músculos, pero eso no es una agresión, sino que es una estabilización que le permite no caerse. Come ratón, crías de ratón que se adquieren en un criadero. Se le dan cuidados como a un bebé, este pitón va cada mes al veterinario para tenerlos en condiciones sanas”, detalla.
Esta serpiente, agrega, podría comer ratas que se reproducen en drenajes, “pero sería propensa a adquirir rabia o algún tipo de enfermedad que portan estos roedores”.
Daniel trabaja para Pet Park, empresa comercializadora que se dedica a vender animales exóticos, con permisos de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
“Mi trabajo es muy bonito porque ayudo a las personas a superar fobias de que no pueden ver a las serpientes porque les causa mucho temor, busco que sepan que no son venenosas, yo ayudo a quitar esos miedos a la gente”.
Comenta que a través de un convenio, Pet Park exhibe algunos de sus ejemplares en el Museo de los Bichos —localizado en la capital del estado— para que las personas les pierdan el miedo a este tipo de animales, “porque mucha gente piensa que las serpientes son venenosas o que pueden ocasionar un daño.
“Aquí en el museo buscamos que las personas puedan manipular a este tipo de especies, es decir, que los toquen, que puedan sentir la textura y en el caso de la serpiente, que puedan sentir su fuerza”, describe.
El objetivo de estar presente en el museo, afirma, es difundir entre la población lo importante que es mantener este tipo de especies. “Por ejemplo, aquí en Querétaro, conoce las famosas maiceras y la gente los mata porque piensan que son venenosas, cuando en realidad este tipo de ejemplares no hace ningún tipo de daño, al contrario, sirven mucho al medio ambiente.
Refiere que en el Museo de los Bichos se exhiben colecciones de cucarachas, grillos y polillas, entre otros, “es una colección privada”, dice.
La aspiración profesional de Daniel es ser biólogo para conocer también sobre otro tipo de reptiles, aunque explica que ya está familiarizado con los cocodrilos, tarántulas y los ajolotes. “Yo me metí a este mundo por el gusto a los animales, hace dos años y medio empecé a leer y ver videos para aprender a manipularlos, esto es un mundo del que nunca se deja de aprender.
“En la comercializadora que trabajo ofrecemos cocodrilos a la venta. Únicamente te vendemos un ejemplar que sabemos que no te hará daño, pero también el cliente nos debe garantizar que estará el ejemplar en un lugar seguro. Nosotros vendemos cocodrilos moreletii, el cual es una especie pequeña, que llega a costar alrededor de 2 mil 500 pesos”, asegura.
A este tipo de cocodrilos se les da de comer cucarachas, pollo, carne de res, “todo en condición cruda”, expone.
En Querétaro, dice, donde predomina el mercado negro para la venta de especies exóticas, “se paga muy barato por los ejemplares, los cuales no cuentan con papeles de legal procedencia que emite Semarnat para que la gente tenga este tipo de animales como mascotas”.