En Querétaro se superaron los 4 mil 500 casos y más de 565 defunciones por Covid-19 hasta este miércoles, y aunque pareciera que las medidas de salubridad se han relajado en algunos espacios públicos, como plazas y jardines del Centro Histórico, tianguis o mercados municipales, las medidas de salubridad para evitar contagios continúan activas en la Terminal de Autobuses de Querétaro (TAQ).
En la central se tienen varios filtros para medir la temperatura de los viajeros antes de que ingresen a las salas de espera.
Se cuenta con tapetes sanitizantes, distribuidores de gel antibacterial y el uso de cubrebocas es obligatorio. Incluso, si el boleto se compra en taquilla, se debe llenar un cuestionario en el que se menciona si la persona ha tenido algún síntoma de coronavirus, contacto con alguna persona enferma o si ha viajado al extranjero.
Como medida adicional, las distintas líneas de autobuses han dejado de proporcionar refrigerios, esto con el fin de evitar manipular los alimentos que generalmente son entregados a los pasajeros.
En las salas de espera, una vez que han tomado la temperatura antes de ingresar, se aprecian varios asientos clausurados con cintas amarillas, con el propósito de respetar la distancia de 1.5 metros entre cada persona que espera la salida de su autobús.
De igual forma, en cafeterías y restaurantes en el interior de la terminal, se cuentan con las mismas medidas de salubridad.
El personal de limpieza labora con careta y cubrebocas, así como el resto del equipo operativo y administrativo del lugar.
Lo que también es evidente es la poca afluencia de pasajeros que hay en la TAQ, y es que a las afueras de la central decenas de taxis esperan durante horas a los pocos clientes que buscan el servicio.
Para Ana Elisa, queretana que viajó recientemente al estado de Guanajuato y después a Jalisco por cuestiones laborales, las medidas de salubridad que se toman en la Terminal de Autobuses de Querétaro son las adecuadas; sin embargo, la situación cambia una vez que se dejan las instalaciones e inicia el camino a bordo del autobús.
“Creo que las medidas en la central son buenas, yo he viajado un par de veces durante la contingencia y me parece que desde el principio tienen filtros de salubridad que son eficientes, pero esta última vez noté las cosas un poco diferentes cuando estás en los andenes esperando tu salida.
“No todos, pero sí vi a algunos maleteros que no usaban cubrebocas, algunas de las chicas que revisan los boletos antes de abordar tampoco lo usaban, son pocos, pero sí me extrañó ver casos así, eso no lo vi en la primera ocasión”.
Para la pasajera, el riesgo más latente en su último viaje de negocios no fue en las salas de espera o en las taquillas de la terminal, sino en el interior del propio autobús, el cual iba completamente lleno y era imposible mantener la distancia recomendada por las autoridades de salud.
“Yo pensé que tendrían asientos cancelados para que no estemos todos juntos, pero no fue así, casi todos teníamos un compañero de asiento y pues si le sumas que a lo mejor a alguno de ellos no le tomaron la temperatura y aparte amontonas a las personas en un lugar cerrado, pues es una fuente de contagio segura.
“Como hay menos afluencia, han reducido las corridas y por eso van casi llenos. Ojalá que las medidas de salubridad y de control sanitario no comiencen a relajarse por parte de las líneas de autobuses”, comentó.
Durante su último viaje, Ana Elisa hizo una conexión en Irapuato, donde aprovechó para conseguir un refrigerio antes de seguir con el viaje. Para ella la situación no fue muy distinta en dicha terminal, pues en salas de espera, taquillas y locales de comida se contaban con las mismas medidas de salubridad, aunque el relajamiento también se presentó en el autobús; es decir, el panorama era el mismo.
“Hice una escala en Irapuato y la situación es la misma, obviamente todos nos subimos al camión usando cubrebocas, pero muchas personas una vez que inició el viaje y que ya no hay ningún tipo de vigilancia se los quitaban, lo que me parece irresponsable porque estamos en un lugar cerrado.
“Vi que muchas personas se lo quitaron e incluso tosían o estornudaban y no se preocupaban por cubrirse, como es la recomendación [sanitaria].
“No todo el trabajo es de las autoridades, nosotros como ciudadanos debemos poner de nuestra parte también. Yo creo que esa es la parte más peligrosa de un viaje en plena contingencia, lo que hagas, cómo te cuides en el interior del camión, porque de nada sirve que en la central te hagan mil pruebas, si tal vez eres asintomático y cuando subes al camión te retiras el cubrebocas y contaminas el lugar, todavía nos hace falta mucha conciencia”, expresó.
Actualmente, es la Secretaría de Salud del Estado de Querétaro la instancia que se encarga de supervisar las medidas de salubridad en la terminal de autobuses.
A lo largo de la contingencia por coronavirus en la central se han detectado al menos tres casos sospechosos de Covid-19, aunque la propia terminal de autobuses indica que aún no se detecta ningún caso positivo en sus instalaciones.