Desde hace casi 3 meses, el Querétaro Centro de Congresos (QCC) cambió sus pisos de alfombra por pisos de azulejo, para fungir al mismo tiempo como unidad de atención médica y como albergue para pacientes positivos de Covid-19, quienes una vez superados los días más críticos, esperan a que su ciclo de contagio se agote para volver con sus familias.
Amadeo Lugo, encargado de esta Unidad Médica de Aislamiento (UMA), señala que desde que inició la contingencia sanitaria en Querétaro se han atendido a poco más de 100 pacientes que han decidido internarse voluntariamente en las instalaciones del Centro de Congresos, aunque en realidad este espacio cuenta con una capacidad para 700 pacientes.
La Unidad Médica de Aislamiento se instaló en el mes de abril, cuando se hizo evidente que la pandemia había llegado a Querétaro, autoridades de gobierno contrataron alrededor de 70 médicos y enfermeras externos a la Secretaría de Salud para que se encargaran del buen funcionamiento del lugar.
Para el 5 de mayo se recibió al primer paciente en las instalaciones, y desde esa fecha hasta ahora se han atendido a casi un centenar de pacientes en recuperación.
El objetivo de la UMA, cuenta en exclusiva para EL UNIVERSAL Querétaro Amadeo Lugo —responsable del centro—, es proporcionar una estancia segura a las personas que se recuperan del Covid-19, y que debido a la gravedad de sus síntomas fueron previamente internados en algunos de los hospitales dedicados a combatir el virus. Es decir, son pacientes en recuperación, con síntomas de leves a moderados que no ameritan hospitalización, pero que aún pueden contagiar a otras personas.
Para cumplir con tales objetivos, se ocupó la planta baja del Centro de Congresos para la atención y estancia de los pacientes, mientras las instalaciones del Teatro Metropolitano se adecuaron para realizar cuestiones administrativas del personal médico.
Algunas de las zonas con alfombra tuvieron que ser modificadas y sustituir ese material con piso de azulejo, que es mucho más fácil de limpiar y por lo tanto permite eliminar cualquier rastro del virus.
En el Centro de Congresos, hoy convertido en la Unidad Médica de Aislamiento, se adecuaron distintas áreas para que los pacientes sobrelleven de una mejor manera la cuarentena; donde se instalaron dormitorios, regaderas, cocina, comedor, area de juegos y esparcimiento, así como una sala para ver películas y series con la ayuda de un proyector.
Todos son pacientes positivos de Covid-19, por lo tanto son monitoreados estrictamente por el personal médico que labora en las instalaciones las 24 horas del día, los siete días de la semana.
“En la parte central de esta gran área de atención a los pacientes se tiene un puesto permanente de observación médica, a los pacientes se les da seguimiento todos los días, se les revisan sus síntomas, los niveles de salud, todo, si alguno presenta alguna complicación, porque sí se ha dado el caso, entonces recibe otro tipo de atención médica, incluso si es necesario se envía de nuevo al Hospital General para que reciba una evaluación más profunda”, comenta Amadeo Lugo.
Todos los pacientes usan la llamada “pijama quirúrgica”, las fundas y cobijas que se utilizan en los dormitorios también son desechables. Las actividades comienzan a las siete de la mañana, hora en la que comienzan las revisiones médicas, posteriormente el desayuno, y después cada persona decide qué hacer con las horas restantes del día, no hay mucho que hacer, pero se tienen opciones.
La mayoría de los pacientes opta por la llamada sala de cine, donde se organizan para ver películas y series, a veces permanecen allí hasta altas horas de la noche.
“Esta es una preparación emocional muy importante para ellos, porque llegar a casa directamente del hospital es una situación muy estresante, entonces durante su estancia aquí saben que no van contagiar a familiares o amigos, sobre todo si viven con adultos mayores o embarazadas; todos los pacientes se internan de manera voluntaria, son conscientes de la importancia de mantenerse aislados durante estos días en los que aunque se sientan mejor, aún pueden contagiar a otros”, comenta Lugo.
Amadeo Lugo reconoce el esfuerzo que el personal médico en la UMA realiza día a día, exponiéndose a una zona altamente contaminada y tomando todas las precauciones para evitar contagios, estrategia que ha dado resultados, pues hasta ahora ningún médico, enfermera, personal de limpieza o seguridad ha sido contagiado.
Sin embargo, reconoce que la llegada de la nueva normalidad los pone nerviosos a todos, pues es probable que el número enfermos aumente y con eso, nuevos pacientes serán atendidos en la UMA.
“Estamos preparados para lo que venga, somos un equipo altamente comprometido. A los médicos que, pudiéndose sumar aún no lo han hecho, les recuerdo que para esto nos formamos como médicos, que ya sabíamos de nuestra responsabilidad ante una crisis sanitaria como esta, la contingencia aún no termina, aún están a tiempo de unirse y relevar a los médicos y enfermeras que desde el primer día han dado la batalla y que hoy se encuentran verdaderamente agotados”.