Su formación es el urbanismo, la planeación y el desarrollo territorial, pero desde hace cuatro meses la preparación de alimentos se ha sumado a su día a día, en una ciudad que, sin duda, entraña amplios retos en materia de crecimiento urbano.

Ricardo Daniel Rubio Rodríguez tiene 36 años. Los estragos de la pandemia de Covid-19 frenaron proyectos de su profesión; entonces, junto con su socio Manuel Bernal emprendieron Chilaq-10, un estanquillo de comida que inició funciones hace cuatro meses, en el centro de Querétaro. El nombre del negocio está diseñado con el platillo estrella del menú.

“Es un negocio de tortas y chilaquiles tradicionales, son tortas de chilaquil. Es un proyecto que inició hace más o menos cuatro meses, con el cambio de la pandemia tuvimos que dar un giro a las actividades principales”, explica Ricardo.

Desde que inició la contingencia sanitaria, relata, comenzaron a frenarse los proyectos relacionados con su profesión, tanto en el ámbito público como en el privado.

“De formación soy urbanista, me dedico a la planeación urbana y territorial, pero  desde que empezó la pandemia y todo lo que tiene que ver con el cambio de administraciones,  todo se frenó. Al ver que no había trabajo  tuvimos que dar un giro  radical y poner ahora un estanquillo de comida”, comenta.

Entre sus trabajos recientes, destaca, laboró nueve años en el municipio de El Marqués, el más reciente como director del Instituto Municipal de Planeación en Apaseo El Grande, Guanajuato; además de proyectos  en la iniciativa privada.

“Saliendo de la administración municipal de Apaseo tenía algunos proyectos propios, con estudios de impacto urbano y  todo se frenó, todo lo que tenía como cotización y proyectos en puerta se frenaron. Y decidimos abrir este pequeño negocio”, comparte Ricardo.

“Abrir un negocio después de los primeros efectos de la pandemia ha sido un proceso complejo, el aforo ha sido bajo, pero con el paso de las semanas la situación mejora. Van pocos meses desde la apertura, pero ya hay clientes arraigados, además de quienes por primera vez disfrutan el sabor de sus salsas.

“Prácticamente inició como un proyecto nuevo, acoplado a la ciudad de Querétaro, con las tortas de chilaquil (…) Ha sido un poco complicado, por el aforo peatonal. Al inicio se vio como un buen proyecto porque había más movimiento en ese entonces, ahora ha bajado bastante, incluso hay días que salimos mal en cuanto a ventas, pero ha ido tomando forma. Ya nos hemos ganado clientes, mucha banda viene a probarlas; otros que ya nos conocen, les gustó el toque de la comida y siguen regresando”, comenta.

La especialidad es la torta de chilaquil, ya sea la sencilla, con huevo, con pollo, con bistec o con tocineta. Salsa verde o roja van al gusto del comensal, ambas tienen buena demanda.

Optar por el giro de comida está relacionado con el apetito de Ricardo: “uno es tragón y le empieza a encontrar a estos temas. Hacer cocina y elaborar platillos nuevos fue lo que nos llevó a acoplar la idea. Esperamos que siga provechoso”.

Chilaq-10 está ubicado sobre la calle 5 de Mayo, número 104, en el Centro Histórico de la capital del estado.

Su visión del crecimiento urbano

El negocio está en una de las zonas  donde es fácil apreciar los cambios que ha tenido la ciudad, donde también es evidente la transformación urbana.

El crecimiento del estado, expone, ha sido explosivo, un detonador que entraña el desarrollo industrial, comercial y habitacional que caracteriza al municipio, pero  se ha extendido hacia la zona metropolitana.

“Sí ha sido complicado, sobre todo el crecimiento explosivo que ha tenido la ciudad de Querétaro, no sólo en la parte del centro, sino en sus alrededores. llegué a trabajar en El Marqués en 2008 y ya se tenía previsto que la población iba a incrementar por lo menos al doble en cinco años, las proyecciones no mienten, es lo que ha crecido o hasta se ha rebasado. Mucho tiene que ver con la situación empresarial, industrial y comercial que se lleva a cabo en la ciudad de Querétaro y que ha tenido atracción con todo lo que es la población laboral en diversos sectores”, refiere. 

Ricardo relata que también participó en la conformación del proyecto Q500, una iniciativa de planeación estratégica para propiciar un desarrollo sostenible en la capital, el cual  no ha tenido continuidad.

“Seguimos en lucha, muchos compañeros siguen impulsado el documento para que se tenga un ordenamiento más planeado y efectivo en cuanto a cuestiones no solamente económicas, sino sociales, culturales, políticas (...) hace falta hacer hincapié en que la parte administrativa tiene que echar mano de cuestiones técnicas como las que ya tienen”, menciona.

Mientras se reactiva la demanda de servicios de urbanismo, Ricardo espera a sus comensales con un amplio menú de chilaquiles, en salsa verde o roja, sencillo o con la proteína de su gusto, tradicionales o en torta, al gusto del paladar.

Un establecimiento que ofrece “comida con sabor tradicional, con el sabor de casa que siempre se agradece cuando andas en el ajetreo laboral, contando además con la rápidez para que puedas aprovechar tu camino o tu momento de almuerzo o comida”.

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