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Espacioso, cómodo, seguro, gratuito (por el momento y después serán sólo las dos primeras horas), así es el estacionamiento del mercado de La Cruz, recientemente inaugurado. Ahora sólo faltan los clientes de su tianguis, que de acuerdo con locatarios, aún no se animan a regresar a comprar aquí, luego de que fuera movido temporalmente para su remodelación. Afirman que los compradores aún no regresan a los niveles previos a la construcción de esta obra.
Argumentan los comerciantes del mercado que quizá sea porque todavía no saben que ya se abrió el estacionamiento, que por el momento no cobran y que es lo suficientemente amplio como para cubrir las necesidades del mercado.
Por fuera, una obra en gran formato del artista Fermín La Calaca, embellece la fachada del sitio y propicia el que no se vea a la distancia como una mole de cemento y acero.
Alrededor del mercado aún prevalece el congestionamiento vial que se volvió tradicional durante la construcción del estacionamiento. La presencia de dos escuelas, una particular y la otra pública, así como el paso de transporte público y las unidades que surten mercancía a varios negocios en la zona provocan la carga vial común de todos los días en la zona.
Cuando los clientes del mercado acceden al estacionamiento y se dirigen hacia el mercado lo hacen por dos escaleras colocadas en los extremos. Unas dan directamente a la zona de los puestos, exactamente a uno de jugos y licuados, que ya es famoso por sus esquimos de chocolate con fresa.
Las otras escaleras dan hacia la parte exterior del mercado, a un costado de uno de los estacionamientos originales del mercado, hacia la calle contigua 15 de Mayo.
Dentro del estacionamiento aún hay operarios trabajando en la construcción de los baños. Además, todavía faltan las plumas de acceso. Por el momento, el ingreso es gratuito. Luego se cobrará, aunque las dos primeras horas serán gratuitas.
La opinión generalizada de los locatarios es que los clientes regresarán poco a poco, cuando sepan que ya está abierto el estacionamiento y que ya no existen los congestionamientos viales severos que había antes.
Asimismo señalan que los últimos fines de semana pasados, y con la presencia del tianguis dominical, hubo mayor afluencia de clientes en el mercado. El regreso del tianguis dominical al estacionamiento es un atractivo extra para los clientes que acuden al mercado.
Dentro del recinto, abundan los puestos de pescados y mariscos, de frutas y verduras, carnes, pollo, los negocios de comida, como los tacos de cecina, las marisquerías, barbacoa, menudo, comida corrida, tacos de guisado, gorditas y panaderías.
Entre semana los pasillos del mercado lucen semivacíos. Los clientes caminan con tranquilidad. En los locales, los comerciantes atienden a los pocos compradores que llegan.
Mientras tanto, los locatarios esperan que para este fin de semana aumenten las ventas, que la ciudadanía, conociendo que el estacionamiento está en servicio y que tiene dos horas gratis, se animen a acudir a surtir su despensa.
En los puestos de pescados y mariscos los encargados dicen que el número de clientes aumentó el fin de semana pasado por el Día del Padre, y porque además ya regresó el tianguis dominical, que siempre resulta atractivo para los compradores en la misma zona.
El reto será este fin de semana, cuando el clima húmedo podría alejar a los clientes.
Sin embargo, los locatarios de La Cruz son optimistas. Confían en que los clientes, quienes dejaron de ir al mercado por las obras del estacionamiento, se animen a regresar, vuelvan con sus carritos, sus bolsas y lleven frutas, verduras, carnes, pollo, pescado y aprovechen el viaje para “echarse” un taquito de barbacoa, montalayo o carnitas. Luego un esquimo de postre y, por qué no, una chamarra impermeable en sus puestos de ropa dentro del tianguis.
Sólo unos detalles y el estacionamiento estará terminado del todo. Los compradores ya no tendrán que buscar lugar para dejar su vehículo en la calle o en alguno de los estacionamientos cercanos. Ahora, sólo bajar unas escaleras, y podrán estar dentro del mismo mercado.
