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Melchor, Gaspar y Baltazar hacen acto de presencia en Querétaro, previo a que los Reyes de Oriente cumplan los deseos de millones de niños, en la Cabalgata de los Reyes Magos, en las calles del primer cuadro queretano.
Sin importar el frío e incluso los recientes hechos de inseguridad, miles de familias se dan cita para disfrutar de esta tradición navideña.
Poco después de las 19:00 horas inicia la Cabalgata de los Reyes Magos, tradición que en Querétaro ya suma más de 60 años. Los queretanos llegan desde tiempo antes del desfile para apartar un lugar y poder ver mejor el evento que cierra las festividades de Navidad.
El recorrido es breve. Parten de Ángela Peralta y Corregidora, avanzan sobre esta avenida hasta Independencia, donde dan vuelta a la derecha para regresar por avenida Juárez, para volver al punto de donde partieron.
Entre la gente, los vendedores ofrecen sus mercancías. Los globos son los más buscados, para que los niños pongan en ellos sus cartas y los suelten rumbo al cielo para que lleguen a los reyes. Aunque esta costumbre es reprobada por muchos por la contaminación que pueden generar, desafortunadamente sigue siendo popular entre la población.
Tampoco pueden faltar los vendedores de golosinas y antojitos. En la calle de Madero, entre Corregidora y Juárez, se instalan puestos de comida que ofrecen guajolotes, buñuelos, papas, elotes, esquites y tamales, entre otros antojitos, que ayudan a “calmar la tripa”.
Los zanqueros son quienes arrancan la cabalgata a ritmo de música de banda, aunque van precedidos por una patrulla de la Policía Municipal de Querétaro.
Los menores son quienes más disfrutan la cabalgata, aunque a los papás les mueven recuerdos de la infancia, cuando esta noche la emoción no dejaba dormir, y volteaban a ver los zapatos para ver si ya habían llegado los Reyes Magos.
Las Mojigangas de las Fiestas Patronales de Querétaro vienen detrás, junto con payasos y malabaristas.
La reina de las Fiestas de la Navidad, María Fernanda II, reparte, junto con sus princesas, dulces y juguetes a los pequeños que ilusionados ven su paso y aplauden.
El carro alegórico de la posada también se hace presente con los protagonistas de la pastorela, que hacen las delicias del respetable.
Algunos chicos se quieren acercar más a los carros alegóricos que desfilan, pero por seguridad se guarda la distancia. La seguridad es buena en el evento.
Nuevos en su participación, los dinosaurios se hacen presentes, así como las princesas de Disney, de la compañía teatral Atrapasueños.
Arlequines en un carro alegórico con Los Arcos son aplaudidos por los asistentes. Lele los acompaña. La muñeca tradicional del estado no podía faltar en la cabalgata.
También hay personajes de cómics, como Batman, Mujer Maravilla, Capitán América y Superman. Es parte de la globalización y de los personajes que han conquistado a varias generaciones ya.
No pueden faltar los luchadores, tradición mexicana que la niñez siempre gusta. Los gritos de apoyo a los rudos no pueden faltar. Los enmascarados se dejan querer y saludan al público que los vitorea, como si estuvieran en cualquier cuadrilátero de alguna arena de lucha libre.
Atrás hacen su aparición los protagonistas. Melchor, Gaspar y Baltazar llegan montando un caballo, un camello y un elefante. Van lujosamente ataviados como los reyes que son. Los gritos y aplausos no se hacen esperar. Los ojos de los chiquillos brillan de emoción. Los más pequeños no pueden dejar de verlos. En esos ojos brillan la ilusión y la inocencia.
“Nos vemos en la noche. Adiós Gaspar”, grita un niño a su paso. Los Reyes Magos reparten dulces entre los niños que gritan a todo pulmón para llamar su atención.
Pasan los Reyes de Oriente y atrás vienen los vochos y las combis iluminados y decorados con motivos navideños. Incluso desfilan grúas.
La cabalgata termina y las familias toman camino a sus casas. Será una noche larga. Los chicos tardarán en conciliar el sueño, pero al final caerán, para en la mañana, muy temprano, correr a ver los regalos que los Reyes Magos dejaron en casa y cubrirla con su magia.
