La presa El Batán es uno de los principales embalses de Querétaro que se encuentra en un ínfimo nivel de almacenamiento, está a casi 15% de llenado, según la Comisión Nacional del Agua (Conagua).

En los alrededores de la presa, localizada en Corregidora, se observa el bajo nivel de agua. Las zonas cerriles que la circundan están secas, a lo lejos sólo se percibe una masa amarilla de pastizales secos. Solamente en las orillas hay una guía verde que enmarca la vegetación.

José vive en las cercanías a la presa. Recuerda que la última vez que la vio llena fue hace casi tres años, pero ahora la sequía y las pocas lluvias han hecho estragos en ella.

“Demasiado [ha bajado el nivel del agua], hace como tres años se le tiró toda el agua, pero este año pasado ya no llovió, por eso se está secando”, comenta.

Relata que desde su infancia la presa ha sido un referente para su comunidad, le ha tocado ver “todo, cómo se ha ido haciendo la presa”.

El hombre comparte que hace unos días un poco de agua de la presa bajó hacia el río que se alimenta de la misma, en las cercanías con el antiguo camino a Coroneo; sin embargo, reitera que es evidente la manera en que continuamente desciende el nivel.

El Batán, la presa que ya casi está vacía en Querétaro
El Batán, la presa que ya casi está vacía en Querétaro

“Creo que le acaban de dejar salir agua, se ve el nivel, me comentaron compañeros que sí bajó un poco, se ve que bajó aquí en el río, pero sí ha bajado, están marcados los niveles de agua en las orillas, se queda marcado, baja y se queda blanca la piedra”, explica.

José refiere que la presa tiene un bajo almacenamiento, pues señala que parte del agua que se observa es lodo acumulado que subsiste con el escaso líquido que aguarda.

“Ya no está muy hondo, tiene mucho azolve, ya se secó una vez, ya tiene tiempo, hace como unos 10 años. Se ha resentido bastante [la sequía]”, comenta.

Señala que al bajo nivel de agua se suma la mala calidad del líquido, pues afirma que hay diversas quejas relacionadas con las condiciones en que se encuentra la presa, pues hay temor de que en ella escurra agua proveniente de desarrollos habitacionales: “Hay muchas quejas, es más agua tratada, ya no sirve para pescar … [Son] aguas de privados. No sé de donde venga todo eso”, exclama.

Años atrás, relata, en la presa El Batán se realizaba pesca, incluso él mismo participaba en esta actividad, y además se realizaban concursos; sin embargo, con el tiempo y las dudas sobre la calidad del agua esta práctica se perdió.

“Antes sí [se hacía pesca], todavía me tocó a mí, hace como 10 años, pero desde que están los fraccionamientos ya no. Hace como 15 años estaba muy buena el agua, había concursos de pesca, pero ya no, está muy fea el agua, a la hora en que abren la válvula se siente [el olor]. Ya está en muy mal estado esa presa, necesita que se le dé una revisadita allá arriba”.

Hace más de una década, José aún acudía tanto a la presa como al río para pescar, una actividad que con el tiempo dejó de realizarse.

“Yo pescaba en la presa y abajo en el río, ya tiene unos 12 años, ya tiene tiempo, pero esa [agua] ya no sirve, a la hora en que abren un pescado llega el olor, ya no sirve. El río se alimenta de la presa, se abre la válvula y baja el agua”, reitera.

Por ello, el joven hace un llamado a las autoridades para que revisen las condiciones en que se encuentra la presa, así como la calidad del agua, pues señala que ha dejado de ser una alternativa para muchas actividades.

Que le den una checada a esa presa porque sí servía, era de distracción para cuando uno descansaba, ir de pesca, ahorita ya no se puede, uno se tiene que ir a otro lugar más retirado, como a la presa de Huimilpan”.

Respecto al uso del agua que almacena la presa, José señala que “hay aguacateras, sueltan el agua para que llegue allá (…) Ya ni sirve esa agua, para nada, nada más para el riego”.

A esta problemática se suma que, señala, el acceso a la presa se ha restringido en algunas zonas que antes fungían como caminos para llegar a ella; comenta que privados han optado por colocar puertas y cercar algunas de las zonas que antes eran accesos, tal es el caso de la entrada a la presa que está en el camino a la antigua carretera a Coroneo, donde se colocó una puerta.

“Ya no los dejan entrar, ya es más privada, ya por aquí está una puerta, por arriba, está todo cerrado, está circulado (…) Llegaron los nuevos dueños de ahí, de los alrededores [y cercaron]. Sí se puede [pasar], pero en el carro ya no”, explica.

El joven explica que hay otras áreas con fácil acceso a la presa, una de ellos es la que está cercana a la localidad El Ranchito: “Hay otro pueblo donde sí se puede entrar hasta abajo, a pie de la presa, por otra entrada, está rumbo a San Rafael, se llama El Ranchito, ahí es la entrada directa a la presa, por arriba de este pueblo de aquí se ve la carreterita que llega (…) Hay otra entrada más delante de un pueblo, está la entrada hasta abajo de la presa”, indica.

En tanto, El Batán es una de las siete principales presas del estado de Querétaro, las cuales en conjunto están apenas a 6.5% de llenado, al corte del 18 de marzo.

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