Las macetas con flores de cempasúchil tapizan los pasillos del Mercado de Las Flores, en la capital de Querétaro. Su distintivo color naranja engalana el acceso a diversos locales, donde los caminantes se detienen atraídos por sus grandes y esponjosas flores.
En las vísperas de los Días de Muertos, entran y salen carretas repletas de cempasúchil, son los días en los que se espera una alta demanda, particularmente de esta especie, cuya presencia es elemental para acompañar las ofrendas de los difuntos.
Al local 5 llega José Rodríguez, lleva una carreta vasta de plantas de cempasúchil; al momento en que empieza a descargar la mercancía, confía en que tanto el 1 como el 2 de noviembre mejoren la venta de esta peculiar flor, la cual -resalta- la ofrecen a un precio inmejorable: 25 pesos en este local.
Un año atrás, el 31 de octubre prácticamente ya no había flor, contrario al inventario con el que cuentan actualmente, comparte José. Las ventas están en promedio a 70% de lo que se esperaban, pero aún faltan los días de mayor afluencia.
Xochimilco, en Ciudad de México, así como el Estado de México y, recientemente, Zitácuaro, en Michoacán, son las localidades a donde José acude a comprar esta flor. Explica que el menor ritmo de ventas lo ha resentido toda la cadena de consumo, pues incluso los productores perciben una caída.
“Ahora ha estado regular la venta, el año pasado estábamos con más venta en estos días, de hecho el año pasado ya no había mercancía en estos días, se agotó. Este año los productores de Xochimilco hicieron más producción y, al contrario, ahora se quedó la producción, esperaban ventas muy buenas y no se pudo, yo creo que ahorita fácilmente en Xochimilco, en Zitácuaro sí se les quedó como 30% del producto”, explica José.
Apenas hace unos días, hablaba con productores de Zitácuaro, quienes incursionaron en la producción de cempasúchil, ellos le referían que la colocación de esta flor ha sido menor a la esperada.
Los factores, señala José, son varios, pero uno de ellos es una información en redes sociales, alertando por el presunto origen chino de la flor de cempasúchil, José cree que eso ha influido en que la gente desconfíe.
Por ello, hace un llamado a los compradores a confiar en el origen de la flor, sembrada 100% por productores mexicanos.
“Eso se debió también mucho a una mala información que hubo, decían que la cempasúchil venía de China, eso es mentira, la mayoría de la semilla es importada, pero como tal la planta no es china, es 100% mexicana, hecha por productores mexicanos que de eso viven, esto nos vino a perjudicar tanto a productores como a vendedores”, lamenta.
Sin embargo, la crisis económica y la necesidad de los consumidores de tener que priorizar sus compras, podría ser otro de los factores que está incidiendo en la reducción de ventas. Pese a ello, José agradece que sus clientes opten por adquirir al menos una maceta.
“Otro factor importante también es la economía que ha estado arriba y abajo, eso y que apenas acabamos de salir de la pandemia, todo eso se junta y nos ha pegado”, refiere.
Respecto al precio de la planta, comparte que este es uno de los más bajos que podrán encontrarse en la entidad, pues venden cada maceta en 25 pesos, pero el precio al mayoreo es de 23 pesos.
Hasta este local ha llegado Lucy Ramos, con detenimiento aprecia las macetas, pregunta el precio y entonces comienza a elegir las que este año adornarán la ofrenda de su casa.
“Son para poner una pequeña ofrenda, las compro de maceta porque duran más que las sueltas. (…) Me duran como unas dos semanas, o a veces hasta más. Pongo entre seis y ocho, (…) están bonitas. Están a muy buen precio”.
“La gente se va por el color, que es muy fuerte, es algo muy tradicional”, complementa José, al hablar sobre este tipo de cempasúchil.
Mientras José enfila cada maceta de cempasúchil, recuerda que su abuelo fue uno de los fundadores de lo que ahora es el Mercado de Las Flores, quien transitaba desde Coroneo, Guanajuato, hasta la ciudad de Querétaro para vender tierra y carbón, entre otros productos.
Comparte que en 1938 su abuelo junto con un amigo hacían estos viajes en burro, relata que el amigo de su abuelo le contó una historia que ahora recuerda con especial emoción, pues en los viajes que hacía a Querétaro se encomendaban a Santiago Apóstol.
“Dice que ellos venían por el Camino Real que le llamaban, dicen: ‘veníamos y había un montón de rateros’. El santo patrono de Coroneo es Santiago Apóstol. (..) Un día [los ladrones] los saludaron y uno de ellos le pregunta: ‘¿qué transportan en sus burros?’ (…) y les preguntaron ‘¿por qué?’, y les dijo que ‘cuando vienen a Querétaro, detrás de ustedes viene un caballo blanco, (alguien) con capa y espada’, ‘nosotros no lo veíamos, pero ellos sí, era Santiago Apóstol’”, relata José.
Su abuelo, Natividad Reyes, murió en 1990, pero el negocio lo heredó su madre, quien a su vez heredó este oficio a José.
Recuerda que iniciaron a vender cerca del Tanque, en avenida Zaragoza, luego los colocaron en la calle 20 de noviembre, cerca del Convento de La Cruz, posteriormente se les ubicó cerca del panteón Cimatario, que se convirtió en el estacionamiento del Mercado de Las Flores; aunque al inicio fue difícil, recuerda que una vez establecido el mercado, lograron repuntar sus ventas y entonces crecieron lo que no lograron crecer en 30 años atrás.
Desde este punto de la capital de Querétaro, José invita a la gente a que conozca el mercado, así como la variedad de plantas, flores, tierra y piedras de ornamentación; aunque no vayan a comprar, señala, al menos les pide acudir para pasar un momento de distracción.