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La Cañada volvió a ser escenario de la representación de La Pasión de Cristo, tras dos años de no llevarse a cabo, al menos de manera presencial. Las calles se volvieron a llenar de personas devotas que acompañaron a Jesús en su camino al Gólgota.
Sin embargo, este año fue diferente. Sólo asistieron 4 mil 600 personas, cifra menor a la que regularmente acude a la tradicional representación, que este año cumplió su 60 edición.
Este año no se registra la misma aglomeración de personas que en temporadas anteriores. Los actores sólo representan las escenas en los templos de Herodes y Poncio Pilatos, además del Viacrucis al Gólgota.
A lo largo de la avenida Emiliano Zapata, en La Cañada, en el municipio de El Marqués, regresaron los puestos de antojitos, micheladas, sombrillas, sombreros. Los asistentes esperan con paciencia el momento del inicio de la representación de La Pasión de Cristo. Les ayuda una michelada o una cerveza, hacen más llevadera la espera bajo el sol.
Por el megáfono se exhorta a los visitantes a usar cubrebocas, “fue una recomendación de las autoridades”. La mayoría lo cumple. Otros… siguen caminando de un lado a otro sin protección, aunque la sana distancia no se pueda cumplir.
También piden abrir el paso a los actores que pasarán hacia los diferentes escenarios. Entre el recorrido entre uno y otro nada mejor que una cerveza, piensan algunos de los asistentes. Ninguna autoridad parece preocupada por ello. Se debe cuidar más la seguridad de las personas, y pedirle a alguien que no consuma bebidas alcohólicas en la vía pública durante este Viernes Santo, es pecata minuta.
También, los organizadores piden a los padres de familia no perder de vista a sus hijos, pues ya les reportaron un menor perdido, que posteriormente fue entregado a sus padres.
Invitan, de la misma manera, a quienes lleven sombrillas, para protegerse del sol, que cuando comiencen las escenas las cierren, para que quienes estén detrás de ellos puedan también verlas.
El locutor del Viacrucis explica las escenas que se verán. La aprehensión de los ladrones; la presentación de Jesús ante Pilatos y luego ante Herodes; después otra vez ante Pilatos, quien ordena azotarlo y La muerte en cruz, una forma de ejecución común durante el imperio romano, por su crueldad extrema y el sufrimiento que provocaba a quienes la padecían.
Mientras Pilatos les explica a los sumos sacerdotes que no encuentra delito alguno, que no merece la pena de muerte, una mujer termina su cerveza, en presentación de 473 milílitros.
Jesús es azotado por los centuriones romanos a la vista de los asistentes, quienes piden a los fotógrafos que cubren el evento que se agachen, que no pueden ver. Ya cumplida la petición sacan sus teléfonos celulares y graban la escena.
Pasan unos minutos para que comience El Viacrucis. Los asistentes se preparan para emprender el camino hacia el cerro del Bautisterio.
Entre quienes acompañan a Jesús de Nazaret al lugar de su sacrificio se encuentran la buena samaritana, aquella que dio agua a Jesús, la mujer adúltera, a quien perdonó y libró de morir lapidada. Están también su madre y Juan, su joven discípulo.
A Jesús lo rodea una decena de soldados romanos, quienes se burlan del nazareno, lo azotan, al igual que a los dos ladrones que serán crucificados junto a él.
Mientras un hombre, que acude acompañado de su familia a ver la representación, termina su michelada y no sabe en dónde dejar el vaso, lo deja en el suelo, a un costado del templo de Pilatos, quien se lava las manos por la muerte del nazareno.
Comienza El Viacrucis. La muchedumbre acompaña el paso de Jesús, quien sufre su primera caída. La pesada cruz lo golpea en un hombro. Por un momento permanece en el suelo, mientras los centuriones romanos lo golpean. Luego lo ayudan a ponerse de pie.
Los gritos de “caminen” de un centurión romano son para los jóvenes voluntarios que avanzan con una cuerda que hace un cerco para que la gente no obstruya el paso del nazareno.
En ocasiones se detiene, porque la cuerda se tensa y no se puede avanzar. Luego de unos segundos se retoma el camino al Bautisterio Gólgota. La mayoría de quienes llevan la cuerda son jóvenes mujeres, quienes piden a uno de los coordinadores que alguien se coloque a la mitad de la cuerda, para que sea él quien vaya ordenando el avance para los de adelante y los de atrás.
El ascenso al Bautisterio es lento. Los tres condenados a muerte en la cruz son azotados para que no se detengan. Algunos espectadores observan el martirio de los condenados mientras le dan un trago a la caguama.
Todos quieren estar lo más cercano posible al lugar de la crucifixión del galileo. Quienes no quedan cerca piden a quienes están en la cima del Bautisterio que se agachen, que no dejan ver. Incluso, una mujer amenaza con lanzar una piedra.
Los voluntarios que hacen valla alrededor de quienes podrían ser agredidos se agachan o se sientan en el piso.
Unos elementos ajenos a la representación, pero necesarios para su buen término, se hacen presentes. Son paramédicos de Protección Civil que hacen una revisión médica a los condenados a muerte.
Luego, los romanos hacen su trabajo. Jesús, en La Cañada, muere cerca de las 16:00 horas. Los dos ladrones, crucificados junto con él también fallecen. Los soldados romanos bajan los cuerpos. El de Jesús es entregado a su madre quien llora desconsolada, mientras la gente aplaude y comienza el descenso del cerro.
