Llegan vitoreándose, lanzando “hurras”, con las frentes sudorosas y algunos, quienes no usan la bicicleta regularmente, dicen que no se levantarán al siguiente día. Luego de recorrer calles del primer cuadro de la ciudad de Querétaro, los participantes de la rodada ciclista por el Día Mundial de la Bicicleta llegan a la sede de la Secretaría de Movilidad, en la Vecindad del Agua Limpia, ubicada en la calle de Ezequiel Montes.
Desde temprano, ciclistas queretanos se reúnen en la puerta sur de la Alameda Hidalgo, para participar en la rodada. Sobre el carril de baja velocidad de avenida Constituyentes, están las “orugas”, bicicletas para una decena de personas que hace unos años eran usadas para el programa de movilidad escolar, para llevar a los niños a las escuelas. Están decoradas con flores de papel para la ocasión.
Sobre la explanada de la Alameda Hidalgo se ubican el resto de los participantes. Se disponen bicicletas azules, las usadas en el programa de renta de las mismas, para aquellos que se unan a la rodada que también tiene por nombre “Al trabajo en bici”, y en la cual participan algunos servidores públicos.
A su lado, transitan cientos de vehículos, la mayoría con una sola persona a bordo.
El contingente parte de la Alameda poco después de las ocho de la mañana, con unos minutos de retraso de acuerdo a lo programado. Avanzan por Constituyentes hasta avenida Corregidora, ante la mirada curiosa de los ciudadanos que caminan hacia sus trabajos o esperan el transporte público. Algunos descalifican la medida.
Consideran que moverse en bicicleta con agentes de Movilidad y protegida “no cuenta”. “Que se muevan todos los días sin seguridad y con los coches a centímetros”, dice una joven mujer al paso de los ciclistas.
El contingente llega al Jardín Zenea, donde le da una vuelta, para posteriormente seguir por Corregidora hasta avenida Universidad, para después tomar Ezequiel Montes, en un recorrido que consta de tres kilómetros aproximadamente.
Jadeantes, algunos de los participantes, muchos empleados municipales de la capital, llegan a la Vecindad del Agua Limpia, donde las autoridades locales llevaron a cabo una rueda de prensa. Un “ejército” de elementos de Movilidad los resguarda y hace las maniobras para que el tránsito se vea afectado lo menos posible y los ciclistas no corran riesgo.
Utilizan el nuevo carril para bicicletas que se instaló sobre Ezequiel Montes. Una parte del carril es en el río de la vía, mientras que otra parte sube a la acera, justo en la parada del transporte público que está a unos metros de la Vecindad del Agua Limpia.
Por momentos, peatones y ciclistas se cruzan en la acera, a la cual ni unos ni otros se acostumbran a compartir, temiendo algún percance con los ciclistas que silban a los peatones que se cruzan en su ciclovía de manera distraída.
Luego, las autoridades municipales ofrecen una rueda de prensa en las instalaciones de la dependencia local, mientras los ciclistas, tras descansar por unos minutos, se retiran. Personal del municipio se encarga de llevar las bicicletas a su base.
A unos kilómetros de ahí, en calzada de Los Arcos y Bernardo Quintana, organizaciones de ciclistas colocan una manta en el puente, para que los automovilistas que circulan sobre la segunda rúa en mención la puedan leer: “En bici ya hubieras llegado”. Los automovilistas tienen tiempo de leerla, pues la circulación es lenta, por el congestionamiento que se registra en Bernardo Quintana de manera habitual.
En otras zonas de la capital queretana, los ciclistas, los que usan sus bicis para trasladarse de manera rutinaria a sus empleos, escuelas o que las mismas bicicletas son sus herramientas de trabajo, emprendan la marcha por las calles queretanas, sorteando los riesgos que conlleva trasladarse de esta manera.
Ejemplo de ello, sobre la calle de Hidalgo, una joven ciclista circula del lado derecho de la calle en dirección a Ezequiel Montes. Una pick up avanza delante de ella. El conductor de la camioneta gira hacia la calle de Ignacio Pérez, justo cuando la joven ciclista va a cruzar, el accidente parece inminente, pero en el último minuto el conductor a la joven, quien frenó abruptamente. El conductor de la pick up no encendió su direccional, aunque también la ciclista venía en el punto ciego del automovilista. Por fortuna, no pasa a mayores.
La relación automovilista-ciclista no siempre es tersa. En ocasiones la imprudencia y la falta de tolerancia de unos y otros termina en conflictos, que en la mayoría de las ocasiones no pasan de recordatorios familiares.
En la esquina de las calles de Madero y Ezequiel Montes, el semáforo da el siga a los automovilistas que circulan sobre la primera calle en mención. El automovilista avanza, cuando de manera intempestiva un ciclista se cruza en su camino sobre la banqueta. El conductor del vehículo le toca el claxon para “llamar” su atención, a lo que el ciclista, antes de seguir avanzando a toda velocidad sobre la acera alcanza, a levantar el dedo medio de su mano izquierda. Esa fue la respuesta a su falta de cuidado.
Sin embargo, utilizar la bicicleta para trasladarse en la ciudad en trayectos de cortos a medios, se convierte en una opción para muchos queretanos.