Más Información
Salió de casa por una mejor oportunidad en el deporte y por cuestiones del destino llegó a Querétaro, donde a casi dos años de haber comenzado una nueva vida está en la búsqueda de su primera clasificación para los Juegos Olímpicos.
Erick Josué Portillo Rodríguez es un joven atleta de 19 años que, como muchos talentos mexicanos, se encuentran en el difícil camino del deporte de alto rendimiento para poder representar al país.
Erick Portillo es saltador de altura, ostenta el récord nacional Sub 20 con una marca de 2 metros y 21 centímetros, misma que consiguió de la mano de su entrenador Andrés Guzmán.
Primero intentó emigrar a Estados Unidos donde vive su hermano mayor Alejandro, pero tuvo que regresar a México, y Querétaro le abrió las puertas para poder establecerse deportivamente.
La vida del norte al centro
Considerada la puerta a la Sierra Tarahumara, Cuauhtémoc es una pequeña ciudad con apenas 154 mil 639 habitantes, ahí creció Erick rodeado de un ambiente familiar siempre en la búsqueda de salir adelante. Su padre Ramón Portillo es profesor de nivel medio superior y su madre, Janet Rodríguez, es secretaria. Erick es el hermano de en medio, su hermano mayor, Alejandro (25 años), decidió emigrar a Estados Unidos por mejores oportunidades, y su hermano menor Yahir (17 años) vive con sus padres y también practica el salto de altura.
El clima templado de la región y la comida tan característica de las ciudades del norte son las dos cosas, además de su familia, que el saltador extraña de su natal Chihuahua.
“La comida es lo que extraño más, fue un cambio fuerte, extraño mucho los burritos, los frijoles, la carne, extraño mucho la comida de allá porque es como de al momento. El clima también, me gusta mucho el frío y en donde vivía es muy frío. En Chihuahua hace calor, pero como yo estaba en la sierra es más frío que en la capital, y el sol de aquí como que cala más, es seco, pega muchísimo”, explica. Comenta que en diciembre pasado visitó a su familia luego de un año sin poder viajar a su casa.
Sumado a los relatos de la mayoría de mexicanos que viven en el norte del país, y que día a día se enfrentan a situaciones de inseguridad, Erick recuerda que también las vivió.
“A veces se siente un poco de miedo. Donde yo entrenaba era cerca de mi casa, y a un lado había un panteón, como nadie va allá, a veces me daba miedo, porque la gente que anda en malos pasos llegaba a atrás de donde entrenaba y la barda no era alta, entonces veíamos que traían pistolas, se ponían a vigilar, me tocó que se agarraban a balazos y se sentía la impotencia de no saber qué hacer. También pasaba eso frente a mi casa. todos los días escuchamos que amanecían cinco personas muertas, el hecho de ir por la calle y ver todas las patrullas nos hace vivir con miedo”, explica.
Según datos del secretario del Consejo Estatal de Población de Querétaro, Juan Carlos Oceguera, a Querétaro llegan diariamente 36 personas, esta declaración la hizo en noviembre de 2019. La inseguridad es una de las principales razones por las que habitantes del norte del país deciden llegar a la capital queretana para establecerse.
Los padres de Erick son su principal motor. “Les agradezco por confiar en mí, por siempre apoyarme, por nunca dejarme atrás con mis proyectos, y agradecerles mucho porque me lo han dado todo, me motivan, se preocupan por mí y aunque no esté con ellos me cuidan desde lejos. Duermo con el celular, porque todo el tiempo estoy con el pendiente de que me llamen por si pasa algo”, explica.
El atletismo en su vida
Fue en la primaria cuando Erick tuvo su primer encuentro con el atletismo, Chapulín era su apodo, al ser tan alto fue elegido para participar en la prueba de salto, después de esa experiencia decidió llevar al atletismo a su vida cotidiana.
Comenzó a participar en la Olimpiada Nacional en 2015, en 2017 logró clasificar al campeonato mundial Sub 18 que se celebró en Kenia, ahí quedó en octavo lugar. En 2018 llegó a Querétaro, donde logró el segundo lugar en los Relevos Mt Sac que se celebran en Estados Unidos. Fue campeón panamericano en Costa Rica; tercer lugar en el campeonato NACAC donde quedó en tercer lugar luego de competir contra atletas dos años mayores que él. En 2019 fue campeón nacional en su debut dentro del campeonato de primera fuerza.
La marca para clasificar a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 en salto de altura es de 2 metros con 30 centímetros; un reto importante para el joven saltador, que tiene como mejor marca (no oficial) 2.25 metros.
“Estoy tratando de dar la marca, estoy muy feliz porque sé que puedo, es mi próxima meta y también a un mundial bajo techo que será en marzo en China. Yo digo que sí hay posibilidad, me siento muy bien, me siento inspirado y he estado entrenando bastante duro. Quiero superar mis marcas, récords mexicanos, y poder dejar una huella en el deporte mexicano”, dice.
El saltador decidió posponer este año sus estudios, porque tiene la convicción de dar la marca para la justa veraniega.
En enero comenzó la travesía junto a su entrenador en un campamento en República Checa y continuará en Alemania en búsqueda de la marca, de lo contrario el campeonato de primer fuerza (junio 2020) sería la última competencia para buscar su boleto al país del sol naciente.